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FÚTBOL

Una radiante mañana de fútbol

Uche, con un triplete, y Coutinho, con dos tantos, coronan una actuación pletórica del Espanyol ante un inexistente Rayo

Ramon Besa

A la hora del vermut dominical, un buen momento para reponer fuerzas, exponerse al sol de marzo y leer el periódico, o si se quiere para darse un buen paseo, camino de la comida familiar, tiempo que invita a la pausa y a la modorra, despabiló el Espanyol. Así de extraño y sorprendente es el fútbol. En un abrir y cerrar de ojos, con una facilidad pasmosa, los blanquiazules despertaron de cinco jornadas de sueño, demasiados partidos para un equipo que vive al día. Exigidos por las circunstancias, los muchachos de Pochettino desbordaron nada más sacar de centro al famoso Rayo, extraviado hoy a las 12 del mediodía.

A algunos equipos no les están permitidas ciertas licencias, no pueden concederse ni un respiro, ni siquiera cuando la clasificación asegura otra cosa y la hinchada tiene delirios de grandeza. Al aficionado no se le puede prohibir soñar, faltaría más; a los futbolistas, en cambio, se les exige que no pierdan perspectiva y afronten cada encuentro como si fuera el último. El Espanyol es un equipo admirable por su capacidad para competir y desde hacía unos días se dedicaba a descansar con la pelota. Mal asunto cuando se enfrenta a rivales desesperados como el Zaragoza o expertos como el Levante o excepcionales como el Madrid.

ESPANYOL, 5 RAYO, 1

Espanyol: Casilla; Javi López, Amat, Héctor Moreno, Dídac Vilà; Baena, Cristian Gómez (Romaric, m.61); Sergio García, Verdú, Coutinho (Rui Fonte, m.72); y Uche (Paul Quaye, m.86). No utilizados: Edgar, Galán, Álvaro y Pandiani.

Rayo Vallecano: Joel; Tito, Arribas, Pulido (Diamanka, m.45), Raúl Bravo; Movilla (Piti, m.45), Javi Fuego; Trashorras (Lass, m.45), Michu, Armenteros; y Tamudo. No utilizados: Cobeño, Casado, Delibasic y Diego.

Goles: 1-0. M.3: Uche. 2-0. M.9: Coutinho. 3-0. M. 22. Coutinho. 4-0. M. 44: Uche. 4-1. M. 53. Tamudo. 5-1. 67. Uche

Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Javi López, Michu, Amat, Verdú. Lass y Baena (no podrá jugar el próximo partido contra el Racing)

Cornellà-El Prat. 26.110 espectadores. Gema Mengual hizo el saque de honor.

Dos puntos sobre 15 es una muy mala estadística para cualquier equipo, también para el Espanyol, que se encontró en la zona Champions con un plantel que a juicio de los críticos solo podía aspirar a alcanzar la zona media-baja de la clasificación. No es ninguna desconsideración sino admitir que sus recursos económicos, que no sociales, son más limitados que los de varios de sus competidores. Ocurrió que Planes supo optimizar los recursos y Pochettino dio con un plan de juego estupendo. Jugaba el Espanyol con nervio y de forma solidaria, intenso y directo, y se puso muy arriba en la tabla. Hasta que vivió de rentas.

Recuperó el Espanyol la garra y se regaló una goleada preciosa. Los goles fueron estupendos y su fútbol muy interesante, por dinámico y efectivo. Muy agrupado, no concedió ocasiones y por el contrario fue muy selectivo en sus llegadas, señal de la atención que le prestó al partido. Dejó la pelota en la red prácticamente en cuantas oportunidades creó y, como fueron muy espaciadas, en los momentos decisivos del choque, la jornada transcurrió a gusto de la hinchada de Cornellà-El Prat. Hubo incluso un gol en el minuto 21, el número del añorado Jarque, la mejor manera de homenajear al excapitán.

Igual tuvo mucho que ver en la mañana el saque de honor de Gemma Mengual. El encanto de la nadadora estuvo presente en la ejecución de los goles de Uche y Coutinho. Uche tiene un cuello como el de Tyson. Le pega a la pelota con la testa con más fuerza que con los pies. Tiene un martillo en la cabeza. En el 1-0, Uche quedó suspendido en el aire, como cuando Mengual asoma el tronco en el agua, y remató fuerte y colocado con un movimiento difícil que sorprendió a Joel, que se resbaló en la línea. Luego llegaron los dos tantos de Coutinho, uno muy fácil, porque solo tuvo que poner el pie a un centro de Sergio García, desequilibrante como extremo, jugador decisivo en la suerte del partido porque siempre le tomó la matrícula a Rubén Bravo. Coutinho repitió poco después con un tanto exquisito: se arrancó en la línea de medios desde la izquierda, progresó por dentro y por fuera, regateó a Tito y Arribas y puso el pie ante la salida de Joel. Un juego de pies en la tierra como el de Mengual en el agua. Y antes de alcanzar el descanso, volvió a marcar Uche, ahora con una vaselina desde la media luna del área después de que Rubén Bravo metiera la pata y le dejara el cuero franco.

La presencia de Sergio García, que maltrató en cada uno contra uno a Rubén Bravo, resultó fundamental

Las volteretas de Uche y las penetraciones de Coutinho desarticularon al Rayo, que no dio pie con bola, superado en las áreas y en la medular, incapaz de responder a la movilidad de los centrocampistas y delanteros blanquiazules. Nada tuvo que ver con el conjunto que sumaba 12 puntos sobre los últimos 15, uno de los visitantes más temidos. Incluso la mejor noticia del equipo de Sandoval tuvo que ver con el Espanyol. El gol del honor lo metió Tamudo, excapitán españolista, después de filtrarse entre los dos centrales, Amat y Héctor Moreno, muy vulnerables en las jugadas, malos protectores de Casilla. A la jugada siguiente pudo cambiar el guion del encuentro porque Tamudo reclamó penalti por un encontronazo con Didac Vilà. El árbitro no dijo nada y el Espanyol volvió a meterse en la refriega con un tercer tanto de Uche después de una nueva asistencia de Sergio García.

La presencia de Sergio García, que maltrató en cada uno contra uno a Rubén Bravo, resultó fundamental en una alineación muy renovada respecto a partidos anteriores. Pochettino se la jugó con la suplencia de Álvaro Vázquez y Romaric y acertó con la presencia de Uche y Cristian Gómez. El equipo se tensionó muy bien, ocupó el campo de forma admirable y se desplegó con determinación y precisión. Hasta hubo tiempo para aplaudir y dar las gracias a Uche mientras se retiraba de la cancha y entraba Paul Quaye, un chico ghanés de 16 años, nuevo producto del fútbol base blanquiazul, que debutaba en la Liga. El mejor broche de una jornada redonda para el Espanyol y su hinchada, que recuperó el buen humor en la soleada mañana en Cornellà-El Prat a la hora del vermut. Nunca se habían contado cinco goles en el campo nuevo del Espanyol.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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