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FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Una goleada a fuego lento

Higuaín, CR y Benzema despachan al CSKA (4-1) y lanzan a un Madrid más contenido que de costumbre

José Sámano
Higuaín celebra el primer gol del Madrid.
Higuaín celebra el primer gol del Madrid.ÁLVARO GARCÍA

Tres delanteros de pedigrí, cuatro azotes y a los cuartos de final tras un partido a fuego lento, muy medido por un Madrid más calculador que de costumbre. Suficiente para despachar al CSKA, que tuvo la presencia que le concedió su rival, que le dio vidilla al principio y al final. Nada que le alarmara. Con la caballería al frente, Higuaín, Cristiano y Benzema (85 goles entre los tres este curso) le apuntillaron sin necesidad de que su equipo sacara brillo al encuentro. Para Mourinho hay días en los que se trata de ganar. Y punto. Bien que sabe circular por Europa, donde no consiente alegrías.

REAL MADRID, 4 - CSKA, 1

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, S. Ramos, Marcelo; Kedhira, X. Alonso, Kaká (Granero m. 75), Özil (Lass m, 87); Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzema, m. 68). No utilizados: Adán; Sahin, Albiol y Varane.

CSKA de Moscú: Chepchugov; A. Berezutski, Ignashevich, V. Berezutski, Schennikov; Wernbloom, Aldonin (Mamaev, m. 46), Musa (Oliseh, m. 60), Tosic (Necid, m. 80); Dzagoev y Doumbia. No utilizados: Revyakin; Semberas, Nababkin y Cauna.

Goles: 1-0. M. 26. Higuaín. 2-0. M. 55. Cristiano. 3-0. M. 70. Benzema. 3-1. M. 77. Tosic. 4-1. M. 92. Cristiano

Árbitro: S. Lannoy (Francia). Amonestó a Xabi Alonso, Chepchugov, V. Berezutski, Mamaev y Musa

Bernabéu: unos 70.000 espectadores.

Hay futbolistas cuyos méritos no tienen fin, como si nadie se ocupara jamás de rebobinar su hoja de servicios. Para ellos solo existe el presente. Para Higuaín, por ejemplo, siempre en el microscopio, siempre sometido a un debate interno y externo. Una realidad demasiado cruda porque pocos han tenido la fe del Pipa, excelente futbolista, competidor feroz. Llegó al Madrid en un mercado invernal, bajo la tutela de otra directiva, con solo 19 años y días antes de que Ronaldo, ni más ni menos, dejara la entidad. Desde entonces, enero de 2007, el argentino ha discutido el puesto con una eterna nómina de delanteros: Raúl, Van Nistelrooy, Robinho, Cassano, Soldado, Negredo, Saviola, Huntelaar, Cristiano, Benzema y Adebayor. Indesmayable, gol a gol, puntual en los 98 tantos que lleva como madridista, Higuaín activó anoche al Madrid camino de los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Con su puntería, el Pipa fue el microondas del Madrid, que se puso de inicio los grilletes. Desde que el Barça se asomara por Chamartín, jamás el equipo de Mourinho se había congelado tanto. Al técnico portugués le gusta negociar cuando llegan las eliminatorias. No importa el rival. Desconfiado como es, no rebajó un ápice al débil CSKA. Sin el fuego que le distingue, frío, contemplativo y con un exceso de cautelas, al Madrid le costó entrar en el partido. Lo aprovechó su adversario para lanzar el primer aviso de la noche. Doumbia, en carrera, dentro del área y de frente a Casillas, remató alto. Musa, otro velocista africano importado por Moscú, también se arrimó hacia Casillas. Ramos y Pepe, firmes y atentos, sostuvieron al equipo en el primer tramo.

EL PAÍS

Con el CSKA a su aire, ventilado en todas las zonas del campo por el retraimiento local, el encuentro se abrió con un guion imprevisto. Al Madrid le costaba tener la pelota, cerrar los espacios, dar hilo al juego. Solo Cristiano, para el que no hay riendas, aceleraba. Suya fue la primera aproximación a la portería de Chepchugov. Kaká remató duro y raso, pero desviado. La trama terminó a la segunda aparición de Kaká en el ataque. Khedira, como si fuera Özil, le asistió de forma ejemplar de lado a lado del área. El brasileño evitó el fuera de juego y conectó de maravilla con Higuaín, el más certero entre una selva de piernas. Una distinción de goleador puro. No necesita relacionarse con el juego. Lo suyo es el punto final.

Cristiano Ronaldo marca el 4-1 definitivo.
Cristiano Ronaldo marca el 4-1 definitivo.JAVIER SORIANO (AFP)

Higuaín hizo algo más que adelantar al Madrid. Su diana alteró el rumbo del partido. Fortaleció al Madrid y destiñó al CSKA, que comenzó a metabolizar su verdadero papel. En ventaja, el conjunto español encontró la vía de Marcelo, se animó Özil, dejó huellas Kaká y Cristiano siempre estuvo. El Madrid liberó algo sus temores y se le vio más cómodo. Por si quedaban dudas, de vuelta del descanso, Cristiano las despejó con un disparo desde fuera del área que botó en las narices de Chepchugov. La pelota sacó la lengua al meta ruso, de manos blandas, y se embocó en la red. Pocos minutos antes, Xabi Alonso recibió la tarjeta amarilla que le impedirá jugar la ida de los cuartos de final. Mala señal para Mourinho, en cuyo puesto no tiene relevos salvo una inmediata resurrección de Sahin.

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Con dos goles y el freno puesto, el Madrid remó hacia la siguiente fase con más solvencia que fútbol. El resultado, por encima del juego. No hay Mourinho más pragmático que el de la Copa de Europa, un tránsito en el que sabe muy bien cómo manejarse. Arrimándose lo justo, hace faena. Y más con la nómina de delanteros que suele apadrinar. En Madrid gobierna a tres del olimpo. Con CR, Higuaín y Benzema, el gol es una rutina. Con los tres al frente sucumbió el CSKA.

A la fiesta de los dos primeros se añadió el francés, sustituto del Pipa. Con su primer toque a la pelota hizo bingo. Solidario como es, en el último suspiro se entregó a Cristiano, al que concedió el cuarto tanto de su equipo. Tres delanteros para cuatro goles en una noche en la que solo se trataba de brindar con el marcador. Así lo festejó Mourinho, que antes de refugiarse en el vestuario se dirigió con aplausos a los hinchas más radicales.

Alonso, sin ida de cuartos

D. T.

El partido se había estancado tras el primer gol. El CSKA no salía de su área y el Madrid se inclinaba por los balones largos de Ramos y Alonso, sin esfuerzos suplementarios para meter el segundo. Reinaba la especulación. Hasta que Ramos dio la pelota a Cristiano cerca del medio campo. Fue un pase de seguridad, una situación inocua. Pero el luso escondió la pelota a Dzagoev y, antes de que se le cruzara Mamaev, soltó el palancazo. ¡Bum! Su famoso remate con el interior. El misil botó en el área chica y salió disparado, como las bolas de tenis cuando van liftadas. El portero Chepchugov, suplente habitual, no pudo con el efecto.

El 2-0 rompió la monotonía y cerró la eliminatoria. Al CSKA se le agotaron los suministros para la remontada y la noche se saldó sin más desgaste para el Madrid que la sanción a Alonso, al que una tarjeta amarilla le impedirá jugar la ida de los cuartos de final. La última vez que no estuvo en una eliminatoria de la Champions, en 2010, contra el Lyon, el Madrid se quedó fuera del torneo. Entonces no tenía recambio. El fichaje de Sahin pretendió suministrar esa pieza. Pero apenas ha contado para José Mourinho.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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