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FÚTBOL

Una “manada” en el Madrigal

Algunos jugadores del Madrid arremetieron contra todo al terminar el duelo ante el Villarreal

Özil, ante los jugadores del Villarreal, que celebran el gol de Senna.
Özil, ante los jugadores del Villarreal, que celebran el gol de Senna.Domenech Castelló (EFE)

La excepción fue Arbeloa, comportándose “en plan señor”, según el vicepresidente del Villarreal, José Manuel Llaneza, yendo a felicitar a Diego López, portero amarillo. El resto fue un pandemonio en el túnel de vestuarios del Madrigal al terminar el duelo del miércoles del Villarreal frente al Real Madrid (1-1). “Una manada de toros, insultando y provocando a todo lo que se movía”, según el testimonio de un empleado del club castellonense. Un grupo de jugadores del Madrid encabezados por Pepe y Cristiano Ronaldo, acompañados de miembros del cuerpo técnico, cargaron contra los árbitros, los jugadores y los directivos del Villarreal. “Gritaban: ‘Nos han robado”, contó ayer a este periódico Llaneza, disculpando anteriormente en Radio Marca la actitud de los madridistas porque “van a 1.000 por hora y tienen una enorme presión”. Uno de esos jugadores dio una estruendosa patada a la puerta del vestuario visitante, según el mencionado empleado del club. “En la zona de vestuarios ha habido mucha tensión”, reconoció el presidente, Fernando Roig, que, al ir a pedir explicaciones, se llevó una catarata de insultos. “Esto es un campo de mierda y usted es un indecente”, le gritó Cristiano a Roig, según cuenta un jugador del Villarreal. La policía tuvo que separarlos. “Es como si hubieran perdido la final de la Champions”, añade ese futbolista.

“Usted es un indecente”, le gritó Cristiano Ronaldo a Fernando Roig

Antes de acabar el encuentro, el pasillo de entrada a las casetas —tres metros de ancho y ocho de largo— se fue llenando de gente. Primero se instaló Rui Faria, ayudante de José Mourinho, al ser expulsado por el árbitro, Paradas Romero. Poco después llegaron Mourinho, Özil y Sergio Ramos, todos expulsados. Al finalizar el encuentro, estos formaron un todo con los jugadores y entrenadores que iban entrando, juntándose con los guardias de seguridad y los futbolistas y técnicos del Villarreal. “Un tsunami”, relata la misma fuente. Fue cuando Pepe, central del Madrid, se acercó al árbitro y le soltó: “¡Vaya atraco, hijo de puta!”, acorde al acta arbitral. Antes, todavía en el campo, Mou insultó al árbitro en portugués: “Filho puta”, según recogen las cámaras de Cuatro. “Solo robar, solo robar”, gritó Cristiano Ronaldo al abandonar la cancha. Antes, Özil se encaró con algunos aficionados tras ver la roja por aplaudir al árbitro con intención de mofarse de él, según recoge el acta arbitral.

“¿Un robo para quién?”, se preguntó Llaneza en referencia a las protestas madridistas por la actuación arbitral. “El tema de los árbitros lo están desquiciando los equipos más favorecidos [en alusión al Madrid y al Barça]. Joder, si se empata un partido, se empata, y no es una tragedia griega”.

El primero que se metió en el vestuario local fue el nuevo técnico del Villarreal, Miguel Ángel Lotina. “Me metí rápido. Hubo chillidos, pero yo ya estaba dentro”, explicó Lotina, que vio al Madrid “un poquito nervioso, pagando el empate del Málaga”.

Siempre fueron tensas las relaciones entre el conjunto madrileño y el castellonense

Siempre fueron tensas las relaciones entre el Villarreal y el Real Madrid. El exmadridista Guti, por ejemplo, tachó de “paletos” a los hinchas castellonenses cuando se dirigía al autobús del Madrid, en un duelo de 2005. Ayer, Guti, en su cuenta de Twitter, apoyaba la teoría de la conspiración contra su exequipo: “Estoy con Cristiano. Solo robar. Esto parece el caso Malaya, pero en el fútbol”. El año pasado, también en la Liga, Mou celebró el 4-2 de su equipo, obra de Kaká, frente al banquillo del Villarreal, entonces dirigido por Juan Carlos Garrido. El volante Cani, sustituido ocho minutos antes por Oriol, lanzó una botella vacía de agua al suelo como muestra de cabreo y se encaró con el banquillo madridista. Mourinho alegaría después que le estaba dedicando el triunfo a su hijo, sentado detrás del banquillo visitante. En verano de 2009, el Madrid pagó cinco millones al Villarreal para poder fichar a su entrenador, Manuel Pellegrini. A continuación, el club blanco trató de contratar sin éxito a la principal estrella amarilla, Santi Cazorla, traspasado dos años después al Málaga.

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