_
_
_
_
_

“Yo no he determinado absolutamente nada”

Mourinho desmiente a Butragueño y niega que sea el responsable de prohibir que sus jugadores hablen, pero luego obliga a Khedira a interrumpir su conferencia

Diego Torres
Mourinho, durante la comparecencia de prensa en Nicosia
Mourinho, durante la comparecencia de prensa en NicosiaKATIA CHRISTODOULOU (EFE)

Pocas veces un partido más irrelevante fue precedido de tanta tensión. El departamento de comunicación del Real Madrid vivió uno de sus días menos felices, hoy en Nicosia, cuando el entrenador, José Mourinho, desmintió lo que dijo el director de relaciones institucionales, Emilio Butragueño, dos días antes en TVE. La decisión de Mourinho de ordenar que tanto los jugadores como el cuerpo técnico interrumpieran todo tipo de declaraciones públicas, tras el 1-1 ante el Villarreal el miércoles pasado, forzó a Butragueño a dar explicaciones el sábado. El director de relaciones institucionales señaló que la medida partía “del vestuario y del cuerpo técnico”. Sin embargo, hoy Mourinho compareció en la sala de prensa del estadio para anunciar que las palabras de Butragueño no eran ciertas. “No es verdad lo que se ha dicho”, afirmó Mourinho, con expresión sombría. “No tengo que justificarme ni he sido yo el que ha determinado absolutamente nada”.

La UEFA impone una multa de 3.000 euros al entrenador que no ofrezca una conferencia de prensa previa a los partidos de la Liga de Campeones. Para un hombre que, como Mourinho, cobra más de 10 millones de euros netos por temporada, la penalización no parece excesiva. Tal vez el técnico debió plantearse no ponerse en una posición en la que se mostró continuamente incómodo. Por momentos no ocultó su rabia. El acto, que empañó por completo el partido que mañana disputará el Madrid contra el APOEL en los cuartos de final de la Liga de Campeones, supuso la ruptura de una ley del silencio que ni Mourinho ni el club han justificado con claridad.

Mourinho se negó a admitir que prohibiera a los jugadores hablar y aludió a terceros responsables a los que nunca nombró. Cuando le pidieron que fuera más específico pidió pasar a la siguiente pregunta. Se mostró seco en general y se extendió poco, además de elogiar el compañerismo y el “equilibrio” del APOEL, y de saludar con palabras amables “a todos los portugueses que juegan en Chipre y que han hecho algo por innovar el fútbol de la isla”.

No es verdad lo que se ha dicho. Yo no tengo que justificarme

“Los entrenadores sueñan cuando sus jugadores les hacen soñar”, declaró, en relación a Jovanovic, el técnico del APOEL. “Cuando tienes un equipo que no te da garantías ni esperanzas no sueñas. Si él sueña es porque tiene jugadores que le permiten pensar que puede conseguir algo. Yo por mi parte intentaré triunfar con mi equipo. Asumo la responsabilidad de decir que somos favoritos por nuestro potencial tanto económico como deportivo. Tenemos que jugar nuestro partido. Para mí la mejor cualidad del APOEL es que es un equipo equilibrado. Para muchos este es un adjetivo sin significado. Para mí es de lo más importante que se puede decir de un equipo. Y mi equipo tiene que ser equilibrado”

Respecto a Coentrão, que fue pitado en el Bernabéu el sábado pasado, el técnico no eludió la respuesta: “No voy a valorar la reacción del Bernabéu. Fabio está recuperado de su lesión. Está bien. Le dimos 20 minutos en el último partido para que coja ritmo. Su ánimo es bueno. Pero podría ser mejor”.

El medio alemán se retiró disculpándose: “Yo solo soy un jugador”

Además de la titularidad de Khedira, Mourinho aclaró poco sobre el equipo que presentará mañana. El propio Khedira acudió a la conferencia junto al entrenador porque la UEFA prescribe que un futbolista debe hablar con su técnico antes de los partidos. Cuando fue interrogado por los medios de comunicación, Khedira no dejó de recibir indicaciones de Mourinho al oído. El centrocampista alemán hizo gala de lo que ha aprendido en las clases de español que ha recibido en los últimos meses. Pero lo interrumpió Mourinho. Ante la pregunta de un periodista, que quiso saber si mañana tras el partido su jefe le dejará hablar, Mourinho lo cogió por el brazo y, poniéndose de pie, le ordenó que se levantara de inmediato sin responder. Abochornado, Khedira se apocó como un niño cuando se acercó al micrófono y balbuceó, antes de marcharse casi disculpándose: “Yo sólo soy un jugador”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_