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Alonso escala como nadie

El español de Ferrari ha remontado siete posiciones en carrera respecto a la parrilla de salida en las dos pruebas de este año

Oriol Puigdemont
Alonso toma una curva durante el Gran Premio de Malasia
Alonso toma una curva durante el Gran Premio de Malasia AHMAD YUSNI (EFE)

Como si pudiera predecir lo que iba a pasar en Sepang, Mark Webber reconocía en este diario que si hay un piloto del que no se fía un pelo ese es Fernando Alonso, a pesar de los problemas que pueda tener el departamento de Ferrari con el F2012, un monoplaza debilucho, inestable e hipersensible. “Nunca puedes subestimar a Ferrari, especialmente a Fernando. Cuando tiene un volante entre las manos, menospreciarle es un error”, vaticinaba el australiano. En Malasia, el asturiano le dio la razón a su amigo y a todos aquellos que, como por ejemplo Niki Lauda, le consideran desde hace tiempo como el intérprete más avanzado de la parrilla. “Alonso es rápido, tiene cerebro y experiencia y es agresivo al mismo tiempo. Es el más completo”, repite el austríaco siempre que se le pregunta. “Fernando es capaz de sacar el máximo rendimiento del coche porque es único, el mejor de todos”, le define Stefano Domenicali, su jefe y el máximo responsable de los bólidos de il cavallino rampante.

En carreras como la del domingo pasado, el español constata sobre la pista aquello que la mayoría piensa de él desde fuera. En estos dos grandes premios, el bicampeón de 2005 y 2006 con Renault ha sido el que más partido le ha sacado a sus actuaciones, y es líder del Mundial. Alonso es el piloto que más puntos ha ganado (31) y puestos ha escalado (14).

Por el momento, el español remonta de siete en siete. En Melbourne arrancó el 12º y terminó el quinto, mientras que en Malasia salió el octavo y cruzó la meta como ganador. Ese bagaje contrasta con el de la mayoría de los rivales que, teóricamente, deberían pelear con él por la corona. Lewis Hamilton, monopolizador de las pole hasta ahora, no ha sabido defender ese privilegio y ha perdido cuatro posiciones (dos en Australia y dos más en Sepang) y 20 puntos (10 y 10). Vettel, lejos de ser el despiadado dominador de 2011, remontó cuatro posiciones y 10 puntos en la prueba inaugural, los mismos que perdió en Kuala Lumpur. Se da la circunstancia, además, que el chico de Oviedo también tuvo un balance excepcional la temporada pasada. Globalmente consiguió 43 puntos más de los que le habrían correspondido por su posición en la parrilla, mientras que Felipe Massa, su compañero, perdió 26. El paseo de Baby Schumi le llevó entonces a acumular 15 pole, una plusmarca absoluta que le generó las mejores condiciones para no tenerse que preocupar por llevar a cabo remontadas de ningún tipo.

La voracidad del primer piloto de Ferrari no tiene límites, aunque la ruleta no siempre girará a favor de la marca de Maranello como ocurrió en esta última carrera con la lluvia. Lo sabe Alonso, que el domingo celebró el triunfo pero hizo un llamamiento a la responsabilidad de todos y cada uno de los miembros de su equipo, y también lo sabe Domenicali, consciente de que no siempre sonará la flauta. “Los ingenieros saben qué espero de ellos. Pero encontrarse liderando el Mundial con un coche que no es competitivo siempre será mejor que disponer de ese mismo prototipo pero estar en el último puesto”, ironizó el ejecutivo en Sepang. Mientras se despedía, su teléfono móvil no paraba de recibir mensajes: “Os aseguro que en Australia no sonaba nada”.

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