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Torres reina en Da Luz

Una gran jugada del delantero español da la victoria a la contra al Chelsea El Benfica elabora mucho más el juego, pero choca contra los centrales y el meta Cech

Terry intercepta el balón con la mano.
Terry intercepta el balón con la mano.JOSE MANUEL RIBEIRO (REUTERS)

El Chelsea en estado puro conquistó Da Luz. Fiándose de la fortaleza del portero Cech y sus centrales —Terry y David Luiz— antes de descolgarse en velocidad a la contra. La de un Torres especialmente fresco para caer a los costados y fabricar la jugada decisiva, rematada por Kalou. El Benfica quiso crear y el Chelsea, golpear. Ganó el cuadro inglés, pero que nadie entierre a los lisboetas en Stamford Bridge porque en su estadio merecieron mucho más de lo obtenido.

Di Matteo pretendía afilar la carrera de Ramires, que humilló la lateral zurdo Emerson a la primera ocasión. Pero Mata movió la cabeza en gesto de desaprobación antes del descanso. Apenas tocó la pelota en la primera parte. Es un mal endémico del cuadro londinense: menospreciar el centro del campo. La elección de los mediocentros —Obi Mikel y Meireles— no es nada inocente. De modo que Torres hubo de bajar a la medular para alimentarse, apoyarse en un compañero y, ya dentro del área, tumbar con un recorte a cuatro defensores antes de disparar con la zurda demasiado alto. El Niño animó al Chelsea y el tiro de Meireles desde la fronta exigió la estirada del meta Artur. Ya desde el calentamiento sobre el césped de Da Luz, se vio a un Torres sonriente y relajado, disfrutando del momento: una titularidad recuperada y la chispa de los mejores tiempos. En la segunda parte, también se dejó caer a las bandas y desde la izquierda metió un centro enroscado que Kalou, solo, cabeceó alto.

BENFICA, 0 - CHELSEA, 1

Benfica: Artur; Pereira, Luisao, Jardel, emerson; Javi García (Nolito, m. 79); Witsel, Gaitán, Aimar (Matic, m. 68), Bruno César (Rodrigo, m. 68); y Cardozo. No utilizados: Eduardo, Vitor, Matic, Nelson Oliveira, y Saviola.

Chelsea: Cech; Ferreira (Bosingwa, m. 79), David Luiz, Terry, Cole; Mikel, Ramires, Meireles (Lampard, m. 67); Kalou (Sturridge, m. 82), Torres y Mata. No utilizados: Turnbull, Cahill, Romeu, Essien.

Goles: 0-1. M. 73. Kalou empalma el balón con la zurda tras un pase de Fernando Torres.

Árbitro: P. Tagliavento (Italia). Amonestó a Meireles, Bruno César, Luisao y Emerson,

Unos 60.000 espectadores en el estadio Da Luz.

La propuesta de Jorge Jesús consistía en masticar más el juego. Para eso estaban Witsel, Gaitán y Aimar, acorazados por el permanente equilibrio de Javi García como medio de contención. Al ataque se incorpora con frecuencia el lateral derecho Maxi Pereira. El destino final siempre es Cardozo, un poderoso imán para sus compañeros. El desgarbado paraguayo suple su falta de velocidad con un poquito de todo lo demás: juega de espaldas, descarga a un lado y a otro y remata tanto de cabeza como con la izquierda. Uno de ellos lo sacó David Luiz en la misma línea de gol entre el pecho y el brazo derecho, propiciando que la grada pidiera penalti. Mucho más clara fue la mano de Terry tras un centro de Maxi Pereira, con el brazo extendido el central de los blues.

El exvalencianista Aimar, a los 32 años, sigue siendo muy aprovechable para moverse en espacios cortos: arrancada y toque. Claro que la sensación del Benfica está siendo Gaitán, el volante zurdo de 24 años procedente del Boca Juniors. Sus regates en carrera, con el balón pegado al pie izquierdo, ponen Da Luz al rojo vivo. En muchas cosas recuerda a Di María.

El partido merecía algún gol, pero se resistía. Y Cech optó por el atajo más corto: un envío desde su portería superó todas las barreras hasta llegar a Mata, que desbordó con un toque al meta Artur aunque, muy escorado, disparó al palo. El Benfica estaba volcado sobre la meta de Cech. El portero checo hubo de emplearse a fondo, despejando un cabezazo a bocajarro del central Jardel. El centro, por supuesto, de Gaitán.

El Niño disfrutó de la titularidad y de la chispa de los mejores tiempos

El ritmo era intensísimo y los técnicos le dieron un respiro con un par de cambios. Di Matteo quería parar el encuentro e introdujo a Lampard. Jorge Jesús pretendía revolucionarlo y dio paso a Matic y al hispano-brasileño Rodrigo, que volvía tras superar la lesión causada por Bruno Alves, del Zénit, en la eliminatoria anterior.

Ese parón benefició al Chelsea, más predispuesto a los tirones. Torres se situó pegado a la línea de cal en posición de extremo derecho, recibió un pase vertical de Ramires e inició la jugada de la noche: primero atrajo a Jardel, le aguantó la tarascada y se despidió —ciao— en cuanto puso la quinta marcha. Al entrar en el área, levantó la cabeza un par de veces y esperó el momento justo para centrar, ligeramente picado para que la pelota aterrizara justo en la bota izquierda de Kalou, que que la emplamó a gol desde apenas cinco metros.

Jorge Jesús cargó ya con todo retirando a Javi García por Nolito, pero el Benfica estaba ya exhausto y desmoralizado. Menos desgastado, el Chelsea se disponía a aumentar el botín con más superioridad en las contras. Aunque a Mata la vaselina se le fue alta. La noche era de Torres.

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