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La regeneración silenciosa

El método de Mendilibar catapulta a Osasuna, que apunta a Europa tras años de zozobra

Mendilibar, durante el entrenamiento del sábado de Osasuna.
Mendilibar, durante el entrenamiento del sábado de Osasuna. J.DIGES (EFE)

Hay pocos entrenadores que terminen con la voz tan rota tras un partido como José Luis Mendilibar. No es que necesite estar aleccionando a sus jugadores a cada instante para que ejecuten sus órdenes, pero tras cumplirse en febrero su primer aniversario como técnico rojillo y prolongar su contrato con Osasuna hasta 2013, sigue afrontando las ruedas de prensa tras el partido con una botella de agua como mejor aliada. “No para, está siempre encima. Nos da muchísima caña”, atestigua Raúl García, exhausto, tras una intensa sesión en Tajonar.

El hábito que castiga sus cuerdas vocales se debe más al torrente que le mueve por dentro, y que le impide mantenerse quieto. No importa que su equipo esté casi salvado a falta de ocho jornadas para el final de la temporada con 43 puntos, ni que descanse en puestos de Liga Europa, a cuatro puntos del Málaga, cuarto. De vez en cuando, sigue advirtiendo: “No nos cuesta mucho hacer el indio”. Sin embargo, los números de Osasuna refuerzan la buena mano del técnico de Zaldibar (Bizkaia) desde que se hiciera cargo del banquillo navarro tras la marcha de Camacho.

Está siempre encima, nos da muchísima 'caña' Raúl García

A excepción del Real Madrid (2) y el Barcelona (2), Osasuna es el tercer equipo que menos partidos ha perdido a lo largo de la temporada (6), y encadena seis encuentros consecutivos sin caer. Una racha que ha revitalizado el ánimo de un grupo que aspira a cerrar una campaña sin agobios que en pretemporada se veía con otros ojos. “Por fin tenemos un año de tranquilidad”, explica el directo deportivo, Ángel Martín González; “está siendo una campaña preciosa, pero sabemos de dónde venimos. Somos un club pequeñito, pero el que llega se siente como en casa”. Una humildad que les lleva a no recrearse en excusas. “Me hace mucha gracia que los grandes se quejen de los árbitros. Nosotros también somos protestones, lo que ocurre es que a ellos se les oye mucho más”, refrenda Mendilibar. Su método e identificación con la grada han catapultado a Osasuna. “Ha cambiado la dinámica del club, sin hacer ruido, con humildad. ¿El secreto? Es un hombre de aquí, del norte. Encaja con nuestra filosofía y nuestro modo de ver el fútbol. Lo lleva en la sangre”, deslizan desde los despachos. “No hemos perdido la garra, la brega, pero además ahora trabajamos mucho con la pelota”, agrega Raúl García, que ha recuperado, con siete dianas y otras tantas asistencias, la efervescencia que perdió en el Atlético.

Otra de las claves de la regeneración del conjunto navarro, capaz de sobreponerse a la venta de algunos de sus pilares —Azpilicueta, Monreal o Camuñas, por ejemplo— y la marcha de miembros de la vieja guardia como Josetxo y Cruchaga, apunta a la portería. Allí se asienta Andrés, que comenzó el curso como escudero de Riesgo y Ricardo y ahora traduce sus estiradas en puntos. Los que aportan el aliento y los decibelios de El Sadar. Un fortín infranqueable desde hace tres años para el Madrid. Osasuna es el cuarto mejor equipo como local. Solo Racing y Atlético asaltaron el Reyno.

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