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Giorgio Chinaglia, uno de los pistoleros del Lazio más salvaje

Al margen de su carrera deportiva fue un turbio filofascista y tuvo tratos con la Camorra.- Será recordado por su historia fuera de los campos de fútbol

Alejandro Prado
Giorgio Chinaglia en su época de delantero del Lazio.
Giorgio Chinaglia en su época de delantero del Lazio.

Giorgio Chinaglia (Carrara, Italia, 1947) será más recordado por su historia fuera de los campos de fútbol que por su carrera deportiva, y no será por falta de méritos en este último aspecto. Delantero del Lazio de Roma durante varios años, es considerado uno de los más grandes en la historia del club. Falleció ayer en Florida a causa de un infarto a los 65 años.

Chinaglia se trasladó a Gales junto a su familia cuando solo era un niño. Allí creció y se hizo futbolista en el Swansea City. Retornó a Italia a los 19 años y ya en su país se abrió camino en las divisiones inferiores en equipos como el Massese y el Internapoli. Delantero centro de gran fuerza física, suplía la falta de técnica con una enorme entrega en cada partido.

Llegó al Lazio de Roma, que sería el equipo de su vida, en 1969. Con él como ariete, empezó a crearse uno de los equipos más legendarios de la historia de Italia. Aunque solo conquistaron una Liga, en 1974, aquel equipo será recordado más como banda armada que como conjunto deportivo. En aquel Lazio de los años setenta casi todos los jugadores tenían pistolas, practicaban actividades tan alejadas del fútbol como el paracaidismo y simpatizaban con el fascismo, una ideología siempre vinculada al equipo romano. Si obtenían éxitos deportivos no era precisamente porque fuesen una piña; se odiaban entre sí. Había dos clanes: uno encabezado por Chinaglia y otro por el lateral Gigi Martini, que posteriormente fue diputado fascista.

“Si alguien entraba en la habitación errónea corría el riesgo de verse con una botella rota bajo el cuello”, cuenta el periodista y seguidor del Lazio Guy Chiappaventi en su libro Pistolas y balones, dedicado a aquel equipo. Los jugadores se divertían disparando a las farolas o a las lámparas de los hoteles. El centrocampista Luciano Re Cecconi murió en 1977 cuando un joyero le disparó: estaba simulando un atraco solo para divertirse. Ese era aquel Lazio salvaje; amado por sus tifosi fascistas, odiado y temido por rivales.

Chinaglia, que era apodado Long John, era el líder y prolífico goleador del equipo. Sus cifras de goles (98 en 209 partidos) le reservan un lugar en la historia laziale, al margen de su polémica historia extradeportiva. Incluso jugó el Mundial de Alemania en 1974 con Italia.

Siendo una estrella del calcio decidió emprender una aventura en el Cosmos de Nueva York, donde coincidió con Pelé. Su aventura americana estuvo llena de títulos y goles, pero no contribuyó a que el fútbol prendiera en Estados Unidos.

Tras colgar las botas presidió el Lazio en 1983 y consiguió el dudoso honor de descenderlo a la serie B envuelto en escándalos de corrupción. Quiso volver a la presidencia en 2006. Presionó y amenazó —con ayuda de la Camorra— al presidente Claudio Lotito para que le vendiese el club. Acosado por la justicia italiana y con una orden de busca y captura, se embarcó de vuelta a EE UU, donde vivió sus últimos años.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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