_
_
_
_
_
FÚTBOL | 31ª JORNADA DE LIGA

Paso atrás del Villarreal

Un buen Espanyol frena la progresión del conjunto de Lotina (0-0)

Weiss se lanza a por el balón en lucha con Zapata.
Weiss se lanza a por el balón en lucha con Zapata.Domenech Castelló (EFE)

Anulado por un Espanyol dinámico e intenso, el Villarreal quedó difuminado y expuesto al buen hacer del conjunto de Pochettino, que siempre tuvo la mirada al frente. A falta de fútbol, el equipo amarillo apeló a la épica para intentar obtener un resultado que le mantuviera alejado prudentemente de la salvación. Le faltó fútbol al Villarreal y suerte en el arbitraje. Al conjunto de Lotina, además, no le sobra nada en este momento.

Pochettino se encontró con el problema de la baja de última hora de Coutinho, que solucionó con Weiss. La fuerte presión ejercida por el Espanyol desde el inicio desnaturalizó al Villarreal, incómodo con el esférico. El juego discurría en el centro del terreno de juego con apenas incidencias en las áreas. Nada resultaba trascendente, a ambos equipos les costaba encadenar tres pases consecutivos y encontrar cadencia en el juego. Ello beneficiaba a un Espanyol con las ideas más claras y con menos urgencias que un Villarreal necesitado de una victoria que le mantenga distante del descenso.

VILLARREAL, 0 - ESPANYOL, 0

Villarreal: Diego López; Mario, Zapata, Musacchio, Joan Oriol; Cani (Martinuccio, m. 66), Senna (Ángel, m. 66), Bruno, Borja Valero (De Guzmán, m. 85); Camuñas y Marco Ruben. No utilizados: César; Marchena, Gonzalo y Castellani.

Espanyol: Casilla; Javi López (Forlín, m. 58), Raúl Rodríguez, Héctor Moreno, Dídac; Baena, Gómez; Sergio García (Álvaro, m. 62), Verdú, Weiss; y Kalu Uche (Pandiani, m. 81). No utilizados: Edgar; Amat, Romaric y Víctor Sánchez.

Árbitro: González González. Amonestó a Weiss, Kalu Uche, Zapata y Gómez.

Unos 17.000 espectadores en El Madrigal.

Con tal escenario, fue el Espanyol quien avisó primero, tras una buena conducción de Verdú, un centro de Sergio García y un remate de cabeza de Kalu Uche que salió desviado por centímetros. El Villarreal no se encontraba, demasiado previsible, escasamente profundo. Le faltaba tacto y elaboración al conjunto amarillo, en parte por la lejanía de Borja Valero de la zona de creación, situado como falso delantero. A la media hora de juego llegó la primera ocasión del Villarreal tras un saque de esquina y una serie de rebotes. Casilla no logró atrapar del todo el esférico y Marco Ruben lo empujó a la red. Un gol con apariencia legal que el colegiado anuló al entender que el portero perico tenía el balón entre sus manos. La polémica acción desesperó al Madrigal y despertó, con más intención que acierto, al equipo de Lotina. Aún así, el Espanyol se encontraba más suelto, convencido de que su propuesta le conducía al éxito.

El grupo de Pochettino siguió con el mismo guion tras el descanso: presionaba a los centrocampistas amarillos y armaba el contragolpe con facilidad aprovechando, sobre todo, la velocidad de Weiss. En una de ellas Kalu Uche se plantó ante Diego López, que se hizo grande ante el delantero nigeriano. El encuentro entró en un cariz caótico. Nadie se conformaba con el empate. Al Espanyol le costaba cada vez más cortar el juego amarillo. Y en una de estas llegó otra jugada más polémica si cabe que el gol no concedido en el primer periodo. Borja Valero se adentró en el área y esperó a ser arrollado por Forlín cuando se disponía a rematar. Parecía penalti y expulsión. Nada se decretó y el encuentro terminó como empezó.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_