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Diego se mide en su infierno

Alabado por Simeone, el mediapunta del Atlético vuelve a Hannover, cuya afición le acusa de hacer teatro en su etapa en Alemania

Ladislao J. Moñino
Diego, durante un entrenamiento.
Diego, durante un entrenamiento.Peter Steffen (AFP)

El Atlético se juega esta noche el pase a las semifinales de la Liga Europa y gran parte de la temporada. Eliminado de la Copa —por el Albacete, de Segunda B— y alejado en la Liga de la cuarta plaza que da derecho a disputar la Champions, le toca salir airoso de una eliminatoria que no sentenció en el Calderón (2-1). Las miradas del equipo apuntan a Diego, que es el jugador que tiene más facilidad para generar juego ofensivo en un equipo con más carácter que fútbol.

Hay una máxima que no suele fallar, allá por donde ha jugado: si Diego saca a relucir su talento, el equipo se asocia bien. Hoy, su figura se antoja imprescindible en un escenario volcánico. El 22 jugará bajo la presión de una hinchada muy ruidosa que no olvida que con el Werder Bremen hizo teatro en alguno de los enconados derbis del norte de Alemania en los que se midió al Hannover 96. “Tenemos que ser inteligentes y jugar un partido normal. No vamos a ir a empatar, sino a ganar como siempre, pero con inteligencia”, analiza Diego. Sus estadísticas revelan a un jugador con una gran actividad en el juego ofensivo del Atlético, aunque en los apartados decisivos sus números no resultan excesivamente brillantes. En Liga ha marcado tres tantos y ha dado una asistencia de gol. En estas dos facetas está lejos de los mejores mediapuntas del campeonato.

Su regate, su criterio y su visión de juego han conquistado el Calderón

Sí lo está, sin embargo, entre los que más asistencias dan que no acaban en gol (54), una cada 31 minutos. En la Liga Europa, ha marcado dos tantos y ha dado tres pases de gol. Con todo, su regate, su criterio y su visión de juego han conquistado al Calderón, que se sabe ante a un futbolista especial y que no escatima en corear su nombre a cada ocasión que Simeone decide cambiarlo. Lo cual ocurre en más de la mitad de las ocasiones; en Liga ha acabado nueve encuentros de los 22 que ha disputado.

“Hace mejores a sus compañeros”, dijo recientemente el técnico rojiblanco para calibrar el impacto del regreso del mediapunta brasileño tras un mes de baja por una rotura fibrilar. En ese tiempo, el Atlético no encontró juego. Ganó partidos, pero dejó el poso de que sin Diego era un equipo demasiado previsible y escaso de ideas en ataque, condenado a los golpes de genialidad de Arda Turan y de Adrián.

Desde que salió del Werder Bremen, no se ha visto al jugador que brilló en el Santos

Ante el Hannover, su participación en la última media hora fue capital, hasta el punto de que revolucionó el duelo, bien con pases de escuadra y cartabón, bien con movimientos que generaron espacios para el remate final. También fue el mejor en el último partido del equipo, ante el Getafe, porque ejerció el liderazgo ofensivo que se le demanda desde su llegada y que él mismo se autoimpone para relanzar su carrera. Nada más llegar al Atlético aseguró que esta sería la temporada de su vida. Necesita firmar un curso sobresaliente para alcanzar su obsesión: regresar a la selección brasileña.

Desde que salió del Werder Bremen, sin embargo, no se ha vuelto a ver con regularidad al futbolista que deslumbró en el Santos junto a Robinho. No ha encontrado estabilidad ni en el Juventus, ni en el Wolfsburgo, club al que aún pertenece y que le cedió al Atlético. Tanto es así que Diego ya ha dejado caer en su entorno y en el vestuario rojiblanco que hacía tiempo que no disfrutaba tanto con el fútbol y que su deseo es continuar en la Liga, un campeonato que considera ideal para sus condiciones, menos físico que el germano y con mejor trato al balón. Pero para que eso ocurra, el Atlético deberá pagar una millonada, ya que el Wolfsburgo lo cedió sin opción a compra.

Pero la recta final del curso le presenta otro reto. En Alemania le achacaban que solo jugaba bien hasta marzo, que no tenía suficiente gasolina para rendir hasta mayo. Y abril empieza hoy para el Atlético y para Diego.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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