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FÚTBOL INTERNACIONAL

El amargo regreso de Cassano

El delantero del Milan vuelve cinco meses después de su operación de corazón y el equipo pierde partido y liderato

Eleonora Giovio
Cassano lucha durante el partido
Cassano lucha durante el partidoALESSANDRO GAROFALO (REUTERS)

Cuando el sábado le comunicaron que había sido convocado, Antonio Cassano llamó a su mujer. “Carolina, no me esperes esta noche que duermo en Milanello”. El delantero italiano podía, por fin, quedarse a dormir con todos sus compañeros y volver a la rutina habitual de la víspera de partido. Hoy ha vuelto a pisar el césped el San Siro. La ovación del estadio fue enorme en el minuto 83 cuando sustituyó a Zambrotta. Y sin embargo, ha sido el regreso más amargo para Cassano. El Milan ha perdido en casa contra la Fiorentina (1-2) y,también ha perdido el liderato tras la victoria de la Juve en Palermo (0-2)

Cinco meses y medio han pasado desde el último encuentro que disputó Cassano. El 29 de octubre de 2011 se enfrentó al Roma en el Olímpico. En el vuelo de regreso a casa empezó a marearse, a perder el uso del habla y de los movimientos. Cuando le vieron de cuclillas en unas de las escaleras del aeropuerto de Malpensa, con la mirada perdida, creían que le había pasado algo a alguno de sus familiares. 

Nada de eso. Se lo llevaron corriendo al hospital. Cinco días después entraba a quirófano. Los médicos descubrieron que la pequeña isquemia cerebral que sufrió había sido provocada por un problema congénito en el corazón. Le cerraron el orificio en una de las aurículas del corazón. “Si no es por el doctor Tavana que me tira del pelo y me lleva corriendo al hospital, no estaría aquí. Me llamaron todos: desde Mourinho a Capello hasta Iniesta. Fue bonito saber que la gente me estima no solo como futbolista sino también como persona”, dijo Cassano a la cadena Mediaset

“Ocurrió un imprevisto [algo inesperado] pero ahora vuelvo a una nueva vida”. Imprevisto, así define Cassano el problema que le ha tenido lejos de los campos de fútbol durante cinco meses. Se perdió 28 partidos. Los médicos estimaron el tiempo de baja entre cuatro y seis meses. “Hubo 36 horas en el hospital en las que tenía dificultades para hablar y acordarme de las cosas”, reconoce ahora. Había, de hecho, quien le leía todos los mensajes que recibía en el móvil. Los médicos del Milan se dieron cuenta de que las cosas habían vuelto a la normalidad cuando Cassano empezó a vacilar a las enfermeras. 

Era el Cassano de siempre. Tras la operación le obligaron a quedarse en casa tres semanas para descansar. En diciembre empezó a asomar la cabeza en Milanello: entre las cintas y las bicicletas del gimnasio. Volvió a corretear la semana pasada. Mientras sus compañeros se jugaban el pase a semis de Champions en el Camp Nou él jugaba su primer partidillo con el filial. Por la mañana recibió la idoneidad para la actividad profesional y por la tarde ya estaba marcando goles. 

Allegri dijo que está mejor ahora que en enero de 2010 cuando debutó con el Milan. “Tuve miedo de morir. Superado ese miedo, pensé que no iba a poder volver a jugar al fútbol. Los pies siguen siendo los mismos, falta un poco de forma física. Si en un par de meses veo que no hay manera y que no me encuentro bien, daré las gracias y me iré mi casa”. Es el Cassano de siempre, todo pasión. Para él no hay grises, todo es blanco o negro. Pero ahora le espera el azzurro de la selección italiana. Cesare Prandelli se lo había prometido.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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