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El Málaga ya es tercero

Cómodo triunfo del conjunto de Pellegrini sobre un Racing incapaz de ofrecer resistencia

Van Nistelrooy celebra su gol ante el Racing.Vídeo: JORGE GUERRERO
Rafael Pineda

Casi de puntillas, sin llamar demasiado la atención, pero con el buen fútbol de una plantilla de calidad confeccionada a base de talonario y bien llevada por Manuel Pellegrini, el Málaga ya es tercero. Por ahora, el mejor de la otra Liga que se juega en España. En pocas ocasiones el cuadro andaluz lo tendrá tan fácil como en el duelo de anoche contra un Racing que huele ya la Segunda División y al que cualquier lance del juego se le convierte en una desgracia.

La expulsión a los dos minutos de Francis o la lesión de su mejor hombre, el guardameta Mario, afectaron de lleno a un Racing sin alma, entregado ante tanta adversidad. El control del Málaga fue absoluto, demoledor, y la resistencia del rival casi nula. Los de Pellegrini acumularon ocasión tras ocasión, entregados al asedio del área del Racing, que se defendió como pudo y con cierta fortuna, pues entre la actuación de sus dos porteros y los palos se escapó de una goleada de escándalo.

MÁLAGA, 3 - RACING, 0

Málaga: Kameni; Gámez, Mathijsen, Weligton, Monreal; Isco, Demichelis, Maresca, Cazorla (Portillo, m. 84); Seba (Van Nistelrooy, m. 60) y Rondón (Duda, m. 75). No utilizados: Rubén; Sergio Sánchez, Camacho y Buonanotte

Racing: Mario (Sotres, m. 48); Francis, Torrejón, Bernardo, Cisma; Diop, Edu Bedía; Kennedy (Munitis, m. 65), Adrián, Luque (Osmar, m. 23); y Stuani. No utilizados: Colsa, Arana, Javi Martínez y Quique Rivero.

Goles:1-0. M. 22. Isco. 2-0. M. 64. Cazorla. 3-0. M. 83. Van Nistelrooy.

Árbitro: Del Cerro Grande. Expulsó con roja directa a Francis (m. 2). Amonestó a Isco, Diop, Cisma, Mathijsen y Demichelis.

La Rosaleda: unos 20.000 espectadores.

El Málaga, mientras tanto, sueña con la Liga de Campeones al ritmo que imponen Isco y Cazorla, dos joyas que despuntan en el fútbol de toque, cadencioso, que diseña el técnico chileno.

Al Racing no le dio tiempo a jugar el partido cuando ya lo tenía perdido. A los dos minutos, un pase de Cazorla a Rondón fue cortado por Francis en un claro penalti. Lo que no esperaba el conjunto cántabro es que el colegiado aplicara con excesivo rigor el reglamento y expulsara al lateral, con lo que al Racing, a pesar del error de Cazorla en el lanzamiento, el primero que falla en Primera, le esperaba un auténtico suplicio. Con uno menos, cargando con una mochila de 12 partidos sin ganar y con la autoestima por los suelos debido a su deriva institucional y deportiva, fue literalmente barrido por el Málaga.

La superioridad del cuadro de Pellegrini fue tan palpable que cada acercamiento al área de Mario, inconmensurable no solo por el penalti detenido, se convertía en una oportunidad de gol. A intervención por minuto, Mario rechazó disparos de todos los colores de Maresca, Isco, Seba y Rondón hasta que el citado Isco se inventó una rosca en el minuto 22 imposible para el guardameta. El gol no fue más que el lógico fruto a la aplastante superioridad del conjunto andaluz, que vivió una de las noches más plácidas que recuerda.

Álvaro Cervera, el técnico del Racing, intentó solventar la patente inferioridad de su equipo disponiendo una defensa de tres centrales, lo que, al fin y al cabo, degeneró en una disposición defensiva más palpable, traducida en una aglomeración de hombres en el borde del área Nada que hiciera daño al Málaga, cómodo, a un ritmo apto para sus jugadores, exquisitos técnicamente, sobre todo cuando no se ven presionados de forma asfixiante. Con el control del balón desde el primer minuto, el encuentro se convirtió para los de Pellegrini en un auténtico paseo militar.

En realidad, lo único incierto del partido era el marcador, anclado demasiado tiempo en el 1-0 hasta que Maresca habilitó a Cazorla, que batió a Sotres con un toque de calidad después de su irrupción en el área. Fue la constatación de la plácida noche del Málaga, el tercero de la Liga, que cerró la fiesta con otro gol de Van Nistelrooy y la entrada en el campo de Portillo, un canterano de futuro.

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