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FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES, VUELTA DE SEMIFINALES

Del Inter de 2010 al Chelsea de 2012

El esquema ultradefensivo de Di Matteo, como el de Mourinho, la expulsión de Terry y el despliegue defensivo de Drogba, como el de Eto’o, evocan a la eliminatoria de hace dos años

A. CIRIZA
Drogba celebra la clasificación del Chelsea para la final.
Drogba celebra la clasificación del Chelsea para la final.STEFAN WERMUTH (REUTERS)

Anoche, el tiempo pareció rebobinar dos años para la hinchada del Camp Nou. En concreto, hasta el 28 de abril de 2010, cuando el Inter de Milán apeó al Barcelona de la final de la Champions después de un ejercicio ultradefensivo sobre el tapete del coliseo azulgrana, donde arañó un 1-0 que le sirvió para clasificarse para la final del Bernabéu tras el 3-1 de la ida. Como en aquella ocasión los italianos, el Chelsea lucía ayer un uniforme blanco y, como entonces, el equipo londinense apostó por un once inicial forrado de músculo y centímetros (siete más de media que el Barça) con el objetivo de frenar las reiteradas acometidas del equipo azulgrana, obligado a marcar dos goles de nuevo para voltear la eliminatoria.

Tomó buena nota el técnico Roberto Di Matteo de la apuesta que hizo en su día José Mourinho. Parapetado de inicio en una línea defensiva de cuatro hombres -Ivanovic, Cahill, Terry y Ashley Cole-, la retaguardia fue creciendo conforme avanzaban los minutos y se prolongaba el asedio azulgrana. Sobre todo después de la expulsión de Terry, eje vertebrador de la defensa blue. Excluido su capitán, los londinenses se atrincheraron y jugadores como Mikel, Ramires, Meireles o Lampard pasaron a actuar como zagueros impostados.

Un guiño al guion que escenificó en su día el Inter, recluido en su área y escudado en el desempeño espartano de futbolistas como Samuel, Lucio, Zanetti, Chivu, Maicon y Cambiasso. No obstante, fue Motta el protagonista. Si Terry asestó ayer un rodillazo a Alexis y su equipo jugó en inferioridad desde el minuto 37, el centrocampista -ahora en las filas del PSG- se decantó por soltar un codo en dirección al rostro de Busquets. Los italianos jugaron con 10 desde el minuto 28 y entregaron por completo la pelota a su rival.

En aquella velada, el Barça disparó en 15 ocasiones a portería, por solo una del Inter, y sirvió hasta 60 balones al área. Frente al Chelsea, el equipo de Guardiola remató 23 veces (dos a la madera), por solo siete de los británicos, que firmaron dos dianas al contragolpe en las tres únicas ocasiones que abordaron la meta de Valdés. Tal fue el dominio del Barça que su posesión alcanzó hasta el 81,35%, un registro que deparó una escena asombrosa. A sus 34 años, Drogba se pasó casi todo el encuentro en su propia área, achicando balones y batallando en el carril izquierdo, en una actuación muy similar a la que en su día completó Eto’o, al que Mourinho le encomendó el lateral derecho y la tarea de abortar las incursiones de los azulgrana por esa banda.

El gol anulado anoche a Alexis completa los paralelismos entre ambas citas. El chileno se quedó perplejo cuando el árbitro anuló por fuera de juego de Alves un tanto que (con 2-1 todavía en el marcador) le habría concedido el pase a la final a su equipo. Una escena muy similar a la que protagonizó Bojan en 2010, cariacontecido cuando el colegiado anuló una diana salvadora por mano anterior de Touré.

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Sobre la firma

A. CIRIZA
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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