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BALONCESTO FEMENINO

Un ‘dream team’ a golpe de talonario

El Ros Casares, con siete millones de presupuesto, gana la Copa de Europa y la Liga sin encajar ninguna derrota en el campeonato español

El Ros Casares celebra el título de la Liga española de baloncesto femenino.
El Ros Casares celebra el título de la Liga española de baloncesto femenino.J.M. GARCIA (EFE)

Victoria es la palabra que resume la temporada perfecta que el Ros Casares acaba de completar. El equipo valenciano finalizó el curso con 30 victorias en los 30 encuentros de Liga disputados, tras vencer ayer al Perfumerías Avenida en el segundo partido de la serie final por el título y proclamarse campeón. Hasta el momento, solo dos equipos, el Dorna Godella en 1992 y el Celta en 1977, habían logrado ganar la Liga sin perder ni un solo encuentro. A ello suma el conjunto valenciano la conquista de la Copa de Europa, frente al Rivas Ecópolis.

Después de terminar la campaña 2010-11 sin ningún título, el pasado verano Germán Ros, presidente y máximo accionista del club, volvió a tirar de talonario para crear el equipo definitivo con el que recuperar su trono en la Liga española y ocupar, de una vez por todas, el trono de Europa, que llevaba años persiguiendo. Llegaron los fichajes de la pívot australiana Lauren Jackson, una de las mejores jugadoras del mundo, dos veces MVP de la WNBA (la NBA femenina), y de la alero estadounidense Maya Moore, elegida por Minnesota Lynx como número uno del draft la pasada temporada y medalla de oro del mundo con Estados Unidos en 2010. Captó a la base internacional Silvia Domínguez y a la pívot nacionalizada española Sancho Lyttle de las filas del entonces campeón de España y de Europa, el Perfumerías Avenida. La pívot belga Ann Wauters, con dos Euroligas y experiencia en la WNBA, y la alero estadounidense Eshaya Murphy, MVP en 2010-11 con el equipo mallorquín de Sóller, completaron junto a la base internacional y capitana del Ros, Laia Palau, un proyecto más que ambicioso que muchos calificaron de dream team, y en el que se invirtió un presupuesto que ronda los siete millones.

Roberto Íñiguez  se hizo cargo del equipo sin tener ninguna experiencia en baloncesto femenino

La mejor plantilla del Ros sería dirigida por Natalia Hejkova, que renovó por una temporada más. Sin duda, la entrenadora eslovaca, una auténtica leyenda en el baloncesto femenino europeo tras quedar cuatro veces campeona de la Euroliga, era la persona idónea para llevar a tanta estrella. A pesar de la buena trayectoria del equipo, algo salió mal. Hejkova no se entendió con Carme LLuveras, directora general del club, y fue sustituida en diciembre. Apremiados por el tiempo, LLuveras y Ros pusieron al frente del equipo a Roberto Íñiguez, un entrenador sin ninguna experiencia en baloncesto femenino y que en ese momento dirigía a equipos masculinos de base del Valencia Basket. La apuesta era arriesgada, pero funcionó.

Íñiguez estuvo a la altura toda la temporada y se responsabilizó del único tropezón que cometió su equipo: perder la Copa de la Reina ante al Perfumerías Avenida. Allá iba el primer título de la temporada. Sin embargo, esta derrota sirvió para estimular al conjunto valenciano, que un par de semanas después se proclamaba campeón de Europa por primera vez en la historia del club, tras protagonizar junto al Rivas Ecópolis una final memorable en la que se enfrentaban, también por primera vez en la historia, dos equipos españoles.

El mejor Ros Casares cumplió por fin su sueño al ganar los dos campeonatos en una temporada casi perfecta en la que las derrotas casi no se atrevieron a plantarle cara. De los 52 partidos disputados durante todo el curso, el equipo de Íñiguez ganó 49. Solo cayó en la final de la Copa y dos veces durante la primera fase de la Liga europea.

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