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FÚTBOL SALA | FINAL UEFA CUP

Reyes de Europa

El Barcelona logra el máximo título continental de fútbol sala, el único que faltaba en sus vitrinas tras derrotar al Dinamo de Moscú (3-1)

Los jugadores del Barcelona con la el trofeo tras imponerse al Dinamo de Moscú
Los jugadores del Barcelona con la el trofeo tras imponerse al Dinamo de MoscúDavid Besora (EFE)

El Barça Alusport se coronó anoche nuevo campeón de Europa de futbol sala al vencer, en su primera participación en una final a cuatro, al Dinamo de Moscú, por 3-1, en un partido trepidante que se resolvió con más tesón que brillantez.

El triunfo azulgrana ha dado a la institución el único trofeo europeo que le faltaba y supone el cierre de un ciclo inigualable para una sección que ha crecido a pasos agigantados en los últimos diez años y que conseguido todos los hitos posibles, destacando una Liga, dos Copas de España y una Copa del Rey en el último año.

El equipo que entrena Marc Carmona no tuvo un partido plácido y su victoria tiene en este caso un mérito especial por la gran hechura del rival, un ex campeón europeo que presentó batalla en todos los frentes y fue capaz de poner al Barça contra las cuerdas en algunas fases usando sus mismas armas. Pero se encontró, como le sucedió el viernes al Sporting portugués, un baluarte bajo los palos llamado Paco Sedano. El meta estuvo siempre atento y desactivó con sus paradas el arsenal ofensivo de los moscovitas.

El encuentro empezó intenso, con florituras por parte del Barça y con gran solidez del bloque ruso, formado mayoritariamente por brasileños. Al gol de Wilde, en el segundo minuto, replicó con insistencia el Dinamo, dirigido por Tatù, pero Sedano evitó el empate. El quinteto azulgrana tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantener la ventaja y Carmona optó por dosificar a sus hombres. Con Wilde y Torras en la pista el equipo estuvo más cómodo.

La presión de los jugadores rusos obligó al Barça a dar un paso atrás y buscar el contragolpe. Fue así como llegó el segundo tanto de Lin, en el minuto 24. El juego se embarulló. No obstante, el balón rondó por igual ambas porterías, pero más la del Barça, con menos frescura física.

El Dinamo jugó los últimos cinco minutos con Tatù como portero-jugador y Rakhimoc puso el miedo en el cuerpo del Barça al culminar junto al poste una triangulación al primer toque. Acto seguido Cirilo remató al palo. Sedano continuó impenetrable y allí se acabó la pólvora de los rusos que, con la portería desprotegida encajaron el tercer gol. Ari luchó por un balón rebotado y Torras marcó a placer. Lo que siguió fue una gran fiesta de los nuevos reyes del fútbol sala europeo.

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