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La Cibeles recupera la sonrisa

Del fogonazo de Zamorano en 1995 al gol de Higuaín en Pamplona hace cuatro cursos.- Repasa los alirones del Real Madrid en las dos últimas décadas

A. CIRIZA

En San Mamés, un escenario de alto copete, frente a un rival magnánimo como el Athletic. Después de tres cursos de sequía y hegemonía azulgrana, el Real Madrid volvió a alzar el título de Liga. Su 32º cetro en el campeonato doméstico. El feudo bilbaíno acogió escenas que remontan a otros episodios victoriosos del equipo blanco.

1994-1995: El fogonazo de Zamorano

Con Ramón Mendoza todavía en la presidencia, el Madrid se embolsó en 1995 el título de Liga en la 36ª jornada, a falta de tres para que el campeonato echase la persiana. La batuta de Jorge Valdano en el banquillo, la maestría de Laudrup sobre el tapete y los goles de Zamorano permitieron al equipo blanco destronar al Dream Team de Johan Cruyff, que se había adjudicado las cuatro Ligas previas de forma consecutiva. El Madrid se impuso finalmente en el pulso que libraba con el Deportivo durante todo el curso. Fue precisamente ante los gallegos (2-1), y propulsado por un Bernabéu en ebullición, cuando el conjunto madridista entonó el alirón gracias a un disparo a bocajarro de Zamorano, pichichi del torneo con 28 dianas, que deshacía el empate que figuraba hasta entonces en el electrónico.

1996-1997: Un derbi como colofón

Parapetado por el rígido esquema táctico de Fabio Capello, relevo de Arsenio Iglesias en la caseta, y remozado por incorporaciones de la talla de Seedorf, Roberto Carlos, Mijatovic, Suker, Illgner o Panucci, el Madrid alzó otra corona liguera en 1997. Le costó al equipo blanco derribar la resistencia impuesta por el Barça, dirigido entonces por el inglés Bobby Robson y catapultado por los 34 goles de un estratosférico Ronaldo. El duelo fue vibrante. Ambos conjuntos encararon la recta final muy igualados, pero los azulgrana tropezaron contra el Hércules y el Madrid logró el cetro. Fue un 14 de junio, en la penúltima jornada, en un derbi frente al Atlético, laureado la temporada anterior. Raúl, Hierro y Mijatovic rubricaron un final apoteósico. 3-1. Éxtasis en las gradas de Chamartín.

2000-2001: Raúl descorcha el champán

En el 28º título blanco, el Madrid hizo los deberes con tiempo. Se coronó en la jornada 36, después de endosar una manita al Alavés (5-0) en un Bernabéu abarrotado, testigo aquel año por primera vez de las cabalgadas de Luis Figo, excapitán del Barcelona reclutado a cambio de una cifra astronómica (60 millones de euros). Brilló con luz propia el portugués, como también lo hizo Raúl, pichichi con 24 goles, autor de dos redes aquella tarde ante los vascos, la primera y la última. Guti, Helguera y Hierro se sumaron a la algarabía. El ahora segundo técnico del Madrid, Aitor Karanka, celebraba el entorchado a ras de césped. Como el actual seleccionador español, Vicente del Bosque, entonces a los mandos del buque madridista.

2002-2003: Ronaldo rompe el suspense

Más tardío fue el festejo en 2003. Con Ronaldo enrolado ya a la causa galáctica de Florentino Pérez, el Madrid hubo de esperar a la última jornada para engrosar sus vitrinas. En su primer año en Chamartín, El Fenómeno fue el máximo artillero del equipo con 23 goles, imprescindibles para que el Madrid saliera airoso de su envite, muy intenso todo el curso, con la Real Sociedad. Los blancos dilucidaron ese ejercicio a su favor con un triunfo ante el Athletic, en el Bernabéu, por 3-1. Ronaldo –engalanado para la ocasión con un peinado idéntico al que lució en la final del Mundial de 2002– y Roberto Carlos certificaron la victoria, reforzada además por el topetazo del cuadro txuri-urdin en Vigo, contra el Celta, en una frenética jornada de nervios y transistores.

2006-2007: Reyes despierta a tiempo

Después de tres años de sequía, el mandatario Ramón Calderón echó mano de Capello. Aceptó el reto el preparador italiano, que forjó un equipo de acero con fichajes como Emerson, Diarra o Cannavaro y un pistolero de pedigrí, Van Nistelrooy, decisivo en la consecución de un nuevo título (25 dianas). El esprint final con el Barça fue apoteósico. Los de Rijkaard, que habían liderado gran parte del torneo, se deshicieron en la recta final. La clave estuvo en la penúltima jornada, cuando de un gol de Tamudo en el Camp Nou y otro de Van Nistelrooy en La Romareda, casi de forma simultánea, noquearon a los azulgrana. En la última cita, el Madrid enmendó un inicio dubitativo ante el Mallorca con dos goles de Reyes. El Barça también cumplió frente al Nàstic, pero el trofeo fue a parar al museo blanco.

2007-2008: Fiesta blanca en El Sadar

El penúltimo entorchado del Madrid tuvo lugar en un territorio hostil. El equipo, con Bernd Schuster al volante, se proclamó campeón de forma tempranera, en la 35ª convocatoria del calendario. Fue en Pamplona, en medio del estruendoso despliegue de la grada navarra. Un tanto de Puñal complicó las cosas a los blancos, que reaccionaron con fiereza, con un azote fulminante de Robben, primero, e Higuaín, en última instancia, cuando el cronómetro alcanzaba el minuto 89. El champán y los cánticos inundaron los vestuarios del Reyno. El Barça, desfondado y sin brújula, tuvo que rendir homenaje a su rival con un pasillo en el Bernabéu una semana más tarde. Raúl, por última vez, volvió a encaramarse al cuello de La Cibeles.

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Sobre la firma

A. CIRIZA
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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