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EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Dejó su corazón en Barcelona

Touré es capaz de jugar en prácticamente cualquier posición y tiene un trato excelente del balón.

Yaya Toure celebra su segundo gol ante el Newcasttle
Yaya Toure celebra su segundo gol ante el NewcasttleANDREW YATES (AFP)

Curioso el consenso en Inglaterra sobre el mejor futbolista de la temporada. El elegido, tanto por los periodistas deportivos como por los jugadores profesionales, ha sido Robin van Persie, el delantero holandés del Arsenal. Se equivocan. El mejor futbolista de la temporada en Inglaterra ha sido alguien mejor conocido por los españoles, Yaya Touré, el marfileño del Manchester City. ¿Por qué, por qué, el Barcelona le habra dejado irse?

Es verdad que Van Persie ha anotado la nada desdeñable cantidad de 37 goles, pero el Arsenal no ha ganado nada. En cambio, el Manchester City probablemente se consagrará campeón hoy, en la última jornada de la Liga, y la roca sobre la que ha construido su éxito ha sido Touré. El marfileño no solo ha sido el jugador más consistente del equipo mes tras mes, sino que ha sido la figura determinante en los dos partidos más importantes de la temporada.

"Es mejor haber amado, y perdido, que nunca jamás haber amado."

Lord Tennyson, poeta inglés del siglo XIX.

Primero, en la victoria contra su rival directo por el título, el Manchester United, hace dos semanas, y después en la del domingo pasado contra el Newcastle. Contra el United dominó el centro del campo como un coloso; contra el Newcastle, desatascó un partido que se le ponía muy complicado al City con dos goles en el segundo tiempo, el primero, una fina obra de arte que los bailarines David Silva o Sergio Agüero, los otros dos jugadores importados de la Liga española, habrían estado orgullosos de ejecutar.

Pese a su gran envergadura (mide 1,91 metros y pesa 89 kilos), Touré es el prototípico jugador del Barcelona. Es capaz de jugar en prácticamente cualquier posición y tiene un trato excelente del balón. Se supone que su puesto natural es el centro del campo, ejerciendo labores defensivas, pero, como ha demostrado en el City, es también un sutil creador de juego. Contra el Newcastle, su entrenador, Roberto Mancini, tuvo la novedosa idea de colocarle de delantero centro y en media hora casi marcó un hat-trick. Y no olvidemos que en el Barcelona ganó la final de la Champions en 2009 jugando de central.

Hace dos años, ya dije que volvería”, dijo en la radio catalana RAC1

Además, es rápido y fuerte, tiene un potente disparo y es tan incansable como Dani Alves. Pero quizá lo más admirable sea su inteligencia sobre el campo. A diferencia de jugadores como Zlatan Ibrahimovic o Thierry Henry, aprendió en tiempo récord el complejo lenguaje táctico (o lo que Cesc Fábregas llama el software) del Barcelona. Se amoldó al sistema como si hubiera aprendido el deporte desde pequeño, junto a Messi, Xavi e Iniesta, en La Masia. Solo así se entiende su imprudencia de esta semana (no habrá caído muy bien entre los fans del City) al declarar que el Barça es el equipo de su vida. “Hace dos años, ya dije que volvería”, dijo en la radio catalana RAC1; “ha sido el equipo más importante para mí y, si te llaman, no te lo piensas dos veces. Barcelona me encanta. Ya me gustaría volver”.

Si Touré se lo hubiera callado, si no hubiera hablado de su sueño catalán con tan palpable entusiasmo, a nadie se le habría ocurrido. Hace meses que se vincula a Van Persie con un traspaso este verano al Real Madrid, el Manchester City, el Juventus o el propio Barcelona. Pero Touré parecía que se quedaba donde estaba, entre otras razones porque en Manchester se ha convertido, según cuenta la prensa inglesa, en el séptimo jugador mejor pagado del mundo. Ahora Touré da la impresión, por las palabras que utilizó, de estar dispuesto a volver al Barça a cambio de un sueldo inferior. Se podría inferir incluso que se arrepiente de haberse ido, ya que nadie le enseñó la puerta.

Se podría inferir incluso que se arrepiente de haberse ido, ya que nadie le enseñó la puerta

Si nadie tampoco en el Barcelona parece haber luchado para que se quedara quizá fue porque su competidor inmediato era Sergio Busquets, pieza fundamental en el sistema operativo del equipo. Por otro lado, es raro que un jugador tan completo y tan bien adaptado a ese mismo sistema no encuentre hueco en él. Quizá Tito Vilanova, el que será el entrenador del Barça en poco tiempo, dé con la fórmula. Poniéndole, por ejemplo, de central o de delantero centro. O donde sea. Aunque lo más probable es que el grandote africano se vaya a la tumba lamentando su triste destino, su trágica elección, consciente siempre de que dejó su corazón en Barcelona.

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