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FÚTBOL | FINAL DE LA LIGA DE CAMPEONES

Palabra de Cech

El portero, cuestionado por Villas-Boas, prometió a Di Matteo que le daría el título

Diego Torres
Cech desvía la pena máxima lanzada por Schweinsteiger.
Cech desvía la pena máxima lanzada por Schweinsteiger.CHRISTOF KOEPSEL (GETTY)

La carrera de los grandes jugadores suele gravitar sobre tres grandes estímulos: el miedo, el orgullo, y el miedo a que les hieran el orgullo. A Petr Cech, portero del Chelsea, le estimularon por triplicado en el último año. Llegó al final de temporada con tantas ganas de salir del atolladero que se convirtió en un muro infranqueable. Entre el Bayern y el Barça le remataron un total de 81 veces durante las semifinales y la final de la Champions. Dieciocho tiros fueron entre los tres palos. Pero solo le hicieron tres goles. Lo suficientemente poco como para que Cech pudiera cumplir su promesa de entregarle la Copa a Roberto di Matteo.

La última década descubrió a Cech como el mejor portero de la Premier. Sin embargo, desde que André Villas-Boas llegó a Stamford Bridge, vivió amenazado por la destitución. Disconforme con su rendimiento, el entrenador portugués propuso al club recambios como Courtois o Rui Patricio. Despedido Villas-Boas, el portero checo se encontró ante el desafío de demostrar que las sospechas que pesaban sobre el declive de su capacidad habían sido infundadas. A sus 30 años, entre la plenitud y el crepúsculo, se encontró con que su nuevo jefe, Roberto di Matteo, le tendía una mano salvadora. Una oportunidad de restituir su reputación.

“Por primera vez en mi vida, durante unos 20 segundos, no supe ni quién era yo”, dijo Cech sobre el césped del Allianz Arena, tras la final, cuando le preguntaron qué sintió al ver que Drogba metía el penalti decisivo. “Oía a mis compañeros gritar y llorar y yo mismo lloraba sin poder parar”.

Por primera vez en mi vida, durante unos 20 segundos, no supe ni quién era yo Cech, sobre la victoria

Drogba se acercó a Cech mientras hacía sus declaraciones. El goleador del Chelsea, el héroe de Múnich, señaló a su colega y le hizo un homenaje ante las cámaras. “David Luiz me dijo que había que tener fe”, dijo Drogba, “porque si alcanzábamos los penaltis tendríamos a Petr. Y cuando tienes a un tío como él ahí detrás tienes que creer”.

No había más explicación científica que su presencia larga y pálida, tocada por el gorro protector, recuerdo de un rodillazo en Reading que casi le manda a la tumba. El entrevistador le preguntó por el penalti que le paró a Robben en la prolongación y se encogió de hombros: “Me tiraron seis penaltis y paré tres, así que el balance en propia meta fue bueno. Le prometí esta Copa al jefe \[Di Matteo\] y me alegro de haber podido mantener mi palabra”.

Cech paró un penalti a Robben en el tiempo adicional antes de exhibirse en la tanda. Adivinó la intención de los cinco lanzadores. Rozó con la punta de los dedos el tiro de Neuer, el tercero, paró el de Olic, el cuarto, y desvió al palo el disparo de Schweinsteiger, el último. Estaba encendido.

El Chelsea no se defendió mejor que otros equipos, más bien al contrario. Fue el que más remates recibió en esta Champions: 245 tiros en total. Una media de 19 disparos por partido, solo superada por el Apoel (23), el Bate (21) y el Dinamo (19,5). Al Chelsea le hicieron siete remates más por partido que al Madrid, nueve más que al Chelsea y 13 más que al Barça. Sin embargo, acabó con un promedio de menos de un tanto en contra por jornada. El cuarto equipo menos goleado del torneo.

Si el Chelsea no acabó fulminado fue gracias Cech.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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