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Williams renace de las cenizas

Dos semanas después de incendiarse su taller en Montmeló, la escudería británica llega a Mónaco con plenas garantías gracias a la ayuda de los rivales

Oriol Puigdemont
Explosión en el taller de Williams en el circuito de Montmeló
Explosión en el taller de Williams en el circuito de MontmelóJosep Lago (AFP)

Dos semanas después del bombazo que incendió el taller de Williams, en Montmeló, tras la primera victoria de la escudería británica en ocho años, las causas que provocaron la deflagración del tanque de combustible que conmocionó la trastienda del circuito barcelonés aún se desconocen, al menos oficialmente. La principal hipótesis apunta a que los vapores que emanaban de uno de los depósitos de gasolina se inflamaron con una chispa durante el trasiego que llevaba a cabo uno de los mecánicos. Lo primero que hizo el departamento técnico de los bólidos azules fue un balance de daños y regresar a su sede, en Grove (Reino Unido), para comenzar a rearmarse. “Tras el análisis, nos dimos cuenta de que 90% del taller había quedado inservible, igual que todos los componentes metálicos del coche de Bruno (Senna)”, expone Mark Gillan, jefe de operaciones de Williams. “Perdimos todos los ordenadores, los intercomunicadores y la radio. De los ordenadores teníamos recambio porque siempre contamos con una copia de seguridad, y ya se sabe que un solo portátil se puede hacer rodar un coche de F-1”, matiza el ingeniero. Gillan también reconoce que el pasado viernes mantuvo una reunión con miembros de las demás estructuras y de la FIA, para revisar los procedimientos y protocolos que se pusieron en práctica en España, aunque no especificó cuáles, con tal de que episodios como aquel no se repitan nunca más.

“Perdimos todos los ordenadores, los intercomunicadores y la radio”, cuenta el ingeniero Mark Gillan

El equipo ya se encuentra en Montecarlo, donde mañana arranca la 70ª edición del gran premio de fórmula 1 más glamuroso del calendario, y trata de ofrecer una imagen de normalidad. Al mismo tiempo, no se cansa de agradecer la ayuda recibida estos últimos días de parte de algunos rivales, un gesto que juega a favor de un certamen que cada vez fomenta más el individualismo. “Lo más importante es que todos estamos bien y que solo hay un mecánico que sigue hospitalizado con algunas quemaduras en las piernas”, explica Pastor Maldonado, que en Montmeló estrenó su casillero de victorias y que ahora llega a un escenario en el que ha ganado tres veces en las categorías inferiores, tanto en las World Series (2006) como en la GP2 (2007 y 2009).

Además de Maldonado y Frank Williams, fundador del tinglado que lleva su nombre, uno de los más felices en Montmeló era Xevi Pujolar, ingeniero de pista del corredor sudamericano. Como el resto de sus compañeros, el técnico estaba celebrando el éxito en el box cuando el bidón de gasolina estalló. “¡Qué susto!”, comenta ahora a este periódico, desde la puerta de subox. En él figura lo poco que sobrevivió al incendio, además de parte del material reservado a los ensayos de pretemporada, pero también elementos de formaciones rivales. “Entre lo que pudimos salvar, cosas del equipo de pruebas y lo que nos han dejado prestado, como intercomunicadores, prácticamente lo tenemos todo. McLaren y Lotus, por ejemplo, nos han dejado material electrónico”, desgrana Pujolar. “Aunque hay cosas provisionales, creo que estamos listos para afrontar esta carrera con garantías”, concluye el catalán. “Estos últimos días hemos sufrido mucho y hemos tenido suerte de que las dos carreras no eran consecutivas. En ese caso aún hubiera sido más difícil”, ahonda Gillan, antes de remachar: “Solo nosotros sabemos lo que hemos trabajado”.

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