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Los gestores frente a la montaña

La necesidad de descolgar a Hesjedal, urgencia de Purito y Basso en el Alpe di Pampeago

Carlos Arribas
Guardini se impone a Cavendish en la meta de Vedelago.
Guardini se impone a Cavendish en la meta de Vedelago.AFP

Ahora que ya no hay periodistas sino productores de contenido, a nadie extrañará que los gregarios hayan desaparecido del ciclismo, sustituidos por dos nuevas especialidades, la de gestores de la fatiga y la de ingenieros de logística hidráulica. Ivan Basso, por ejemplo, es un buen gestor de la fatiga, de la propia y de la de Purito Rodríguez, que calca el 99% de sus movimientos (el 1% restante, cuando Basso, como buen gestor, se aparta a un lado, Purito le adelanta, le distancia, le agradece el gesto), pero no se ocupa de los recursos hídricos (ni de los propios ni de los de Purito), que para eso dispone de sus propios especialistas, una multitud que se pega por llenar sus maglias de múltiples botellines para acercárselos a su líder serenísimo.

Este moja sus labios de líquido precioso -¿cuánto vale un botellín de agua fresca a mitad de una subida como la del Giau el miércoles, con calor y sol inesperados?- y aconseja: no os lo bebáis de golpe todo, que no vale para nada, dad traguitos cortos. Scarponi, que no le hace caso, y que sufre además de problemas de abastecimiento -su último proveedor pinchó kilómetros ha y su compañero Cunego no está por la faena- ingurgita medio litro de golpe: poco después, cuando el querubín Pozzovivo acelera ligeramente, se queda cortado Scarponi, las piernas paralizadas por calambres. Purito, del que más bien podría decirse que hasta el momento ha explotado a la perfección la regular gestión de Basso, dispone de sus propios aguadores, rusos en el llano y un madrileño en la montaña, su fiel Moreno, que arriesga el cuello en los descensos para alcanzar cargado el grupo de Purito, descargar y descansar.

Clasificaciones

Clasificación de la etapa:

1º.- Andrea Guardini (CTT)

2º.- Mark Cavendish (SKY)

3º.- Roberto Ferrari (SDA)

4º.- Robert Hunter (GRM)

5º.- Lucas Sebastian Haedo (SAX)

Clasificación general:

1º.- Purito Rodríguez (CTT). 77:47:38

2º.- Ryder Hesjedal (GRM), a 30'.

3º.- Ivan Basso (LIQ), a 1'.22''.

4º.- Michelle Scarponi (LAM), a 1'.36''.

5º.- Rigoberto Uran (SKY), A 2'.56''.

Esta pareja tan simbiótica, Purito y Basso, se hizo trío con el ascenso del canadiense Ryder Hesjedal, que, como Purito, aprovecha la gestión de Basso, pero que, a diferencia de Purito, no salta al final de los repechos sino que espera a que llegue la contrarreloj, donde espera hacer la diferencia. Este trío de tan complicada convivencia deberá romperse inevitablemente para dar sentido al Giro. Para ello, ya que los gestores no han podido sino construirlo, llegan para ayudar a su destrucción las montañas de pendientes imposibles, el Alpe di Pampeago (y dos veces) el viernes, el Mortirolo y el Stelvio el sábado. Los viejos seguidores del Giro no dudan. Alimentados de memoria idealizada -ah, cuando Pantani, Simoni, Gotti, Sella, escaladores de verdad, volaban-- y de deseo -ah, España e Italia, para qué un canadiense-, de pesos y de medidas, dibujan lo que ocurrirá, el viernes y el sábado. En el Alpe, que se sube dos veces y es más duro que el de Huez, Basso y Purito descolgarán a Hesjedal, que pesa 70 kilos y no podrá aguantar su ritmo en esos porcentajes, 10% de media, máximos del 16%; el sábado, puede que Purito, que pesa 53 kilos, aguante a Basso en el Mortirolo, pero no en el Stelvio (23 kilómetros al 7%), donde debe imponerse la potencia en progresión del mayor motor de Basso.

“Ah, Hesjedal es mi mayor preocupación, no la única”, dice Purito, siempre de rosa, después de la etapa más rápida, más corta, más fácil, más calurosa, 149 kilómetros hacia la húmeda Venecia cuesta abajo recorridos en tres horas a casi 50 de media, en la que el diminuto Purito ni tuvo que cambiar de desarrollo, siempre con el imponente 53x11.

“Ah, todos dicen que Hesjedal tendrá un día malo, pero yo no lo tengo tan claro”, dice el ciclista catalán, que continúa abonándose a la gestión de la carrera del contable Basso.“Será el Liquigas el que lleve la carrera, y yo encantado, pues cuanto más tranquilo y controlado esté todo, menos trabajo para los míos. Tengo la suerte de que Basso debe recortar tiempo a todos, pero yo, si me siento bien, seguro que ataco en el Alpe, una subida de las que me gustan, de las que se suben a 15 por hora y en la que la diferencia de peso, esos casi 20 kilos, será muy importante”.

Basso no prometió atacar sino gestionar como hasta ahora la carrera en la que se encuentra tercero, a 1m 22s de Purito y a 52s de Hesjedal. Y añadió: “No tengo prisa en la montaña. Las cuentas se harán el domingo, después de la contrarreloj, que, llegada después de dos días de montaña, dará sorpresas”. Y Hesjedal respondió feliz:“Para mí, perfecta la táctica de Basso, cuanto más largas son las subidas y las etapas, mejor para mí, soy un resistente”.

Hubo sprint todo recto y sin caída, y no ganó Cavendish su cuarta etapa, sino el joven Guardini (el mismo que llegó el último el miércoles), que se anticipó a 300 metros al salto del inglés.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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