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“Esto no se acaba”

Guardiola, en su adiós como técnico azulgrana, expresa su convencimiento de que el juego seguirá igual y festeja junto a su equipo el título número 14 de los 19 disputados

LADISLAO J. MOÑINO
Messi y Guardiola se abrazan al término de la final
Messi y Guardiola se abrazan al término de la finalAndres Kudacki (AP)

Segundos antes de acabar el duelo, Guardiola le dio un abrazo sentido a Vilanova. De felicidad, de relevo. Previamente, sentados en el banquillo, se congratulaban tras el tercer gol sobre el Athletic. “¿Pero qué hacen? ¿Qué hacen?”, le decía Pep, entusiasmado por el fútbol de su equipo, por el último partido oficial que dirigirá en el Barça, al menos en esta época. “Es que no es un adiós, sino hasta luego”, señaló Andoni Zubizarreta, director deportivo azulgrana; “creo que Pep no nos dirá adiós nunca. Seguirá estando en nuestro pensamiento, espíritu, idea y juego”. Un juego que desmontó al Athletic y que desató la felicidad azulgrana con un laurel. “Pep se merecía este final, un homenaje al mejor técnico que ha tenido esta entidad en toda su historia. Ahora, a celebrar los cuatro títulos de este año. Le diremos a Pep otra vez que lo queremos”, explicó el presidente Sandro Rosell.

Para Guardiola su despedida no es el final: “Lo importante es que con la idea que hay, habrá un punto seguido. Estos jugadores serán igual de competitivos. Todo seguirá igual. El proceso de cómo hemos jugado ni empieza ni acaba conmigo, me voy orgulloso y esto no se acaba”. Distendido, el técnico bromeó cuando le preguntaron qué diría si le llegara una oferta para dirigir a Brasil. “¿Dónde viviría?”, preguntó. “En Río de Janeiro”, le respondieron. “Entonces me lo pienso”, bromeó. Una broma, en cualquier caso, que expresa la despedida porque ahora será Vilanova el que ocupe su cargo. “Se acaba una etapa y un ciclo, pero empieza uno nuevo. Hay muchas expectativas y creo que lo haremos muy bien”, señaló Piqué. “No es un fin de ciclo como se dice por ahí; eso es lo más alejado de la realidad que se pueda pensar”, amplió Rosell: “y aunque el listón está muy alto, con Tito seguirá”.

“Ha sido un privilegio entrenar a Leo, el mejor jugador que jamás he visto y que jamás veré”

Antes, en medio de la celebración, hubo una discusión cómica, la que protagonizaron Xavi y Puyol nada más llegar al palco, cuando les iban a entregar la Copa. “Tú, tú”, le dijo Puyol, consciente de que no había jugado la final, quizá también en señal de respeto. “¡Venga, va!”, le respondió Xavi. “¡No, tú!”, persistió Puyol. “¿Pero quieres hacer el favor?”, suplicó Xavi de forma infructuosa. Así que el 6 subió el escalón, recogió la Copa y, con el brazalete en el brazo, alzó la Copa. La sonrisa no le cabía en la cara. Pero pronto se la dio a Puyol, que la levantó y se la cedió a Pinto, el portero de la Copa, uno de los engranajes del vestuario. En la vuelta de honor, Puyol recogió ante el aplauso de las aficiones dos banderas: la senyera y la ikurriña. Luego, tras vestir la copa con la camiseta de Abidal, desplegó las dos banderolas en el centro del campo, al tiempo que todos los del equipo hicieron esa sardana versionada tan famosa alrededor del círculo central. La última de Guardiola.

La fotografía de la felicidad la representaba Piqué, director de orquesta del festejo, radiante porque ha sido un año complicado para él en lo deportivo, plagado de lesiones y alguna ausencia del once titular. “Este título nos lo merecíamos por lo trabajado, sufrido y por cómo hemos jugado”, argumentó el jugador, con la red de la portería sobre el cuello —siempre se lleva un pedazo a su casa—; “y parece que no porque hemos ganado mucho, pero lo tenemos que valorar”.

Lo mismo entendió Pedro, que también se ha visto rebasado por Alexis y en ocasiones por Cuenca y Tello, pero que anoche marcó dos dianas. “Ha sido un año difícil”, reconoció; “pero estoy contento por la victoria y por los goles”. Aunque, directo, aclaró: “Tengo fe de ir a la Eurocopa. El seleccionador tiene la última palabra”. Respondió Guardiola: “Ahora le decía cómo narices no le he hecho jugar más… Cuando está así de intenso… es fantástico. Una pieza vital para nosotros”. También elogió a Messi: “De él he aprendido a ser más competitivo. Sin Leo hubiéramos ganado títulos, pero tantos, imposible. Ha sido un privilegio entrenar al mejor jugador que jamás he visto y que jamás veré”.

Las últimas instrucciones de Guardiola tuvieron algo de simbólico. Le reclamó a Pinto que sacara rápido y en largo tras un saque de esquina del Athletic. El portero optó por jugar con el pie, en corto y a un costado del área. El equipo entonces, se marcó un rondo hasta que pitó el final el colegiado. La decisión de Pinto, en cualquier caso, retrata la asunción del estilo hasta el extremismo por parte de un grupo de jugadores a los que ha llevado a la conquista de 14 títulos de 19 títulos.

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Sobre la firma

LADISLAO J. MOÑINO
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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