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FÚTBOL | LIGA ITALIANA

Prandelli y su código ético dejan fuera a Criscito

El defensa de Italia, investigado desde esta mañana por amaños de partidos y apuestas ilegales, excluido de la lista de la Eurocopa

Eleonora Giovio
Balotelli, Nocerino y Criscito, en la concentración de Italia.
Balotelli, Nocerino y Criscito, en la concentración de Italia.F. Giovannozzi (AP)

La selección italiana, concentrada en Coverciano, ha amanecido esta mañana con una visita de la policía. Los agentes han estado tres horas en la habitación de Domenico Criscito, exjugador del Génova y ahora en el Zenit. Desde las 6.30 de esta mañana, el defensa ha entrado a formar parte del registro de los investigados por el escándalo de amaños y apuestas ilegales en el calcio. Según recogen las ediciones digitales de varios medios italianos, hay fotos en la que Criscito (en su época en el Génova) aparece hablando y cenando junto a su compañero Sculli, algunos jefes de los ultras del equipo y, sobre todo, a Safet Altic (ahora en prisión). Altic está siendo investigado por tráfico de drogas y la policía le vincula con una de las tramas que controla las apuestas ilegales.

“No tengo nada que ver con eso, simplemente fui a cenar con algunos hinchas del Génova”, ha asegurado Criscito. Pero Prandelli ha decidido dejarlo fuera la de Eurocopa a pesar de ser uno de los titulares habituales del equipo. Así se ha anunciado este mediodía. "Es un chico tan sensible que me parece increíble que pueda ser culpable", ha declarado esta tarde Prandelli antes de explicar los motivos por los que había dejado fuera al lateral izquierdo. "No me lo llevo porque habría tenido que soportar una presión que ningún ser humano puede aguantar. Los investigadores podrían haberlo llamado en cualquier momento, incluso antes de un partido”.

Criscito, encerrado en su habitación, no se había entrenado con el grupo por la mañana. Sí lo han hecho, ironía de la suerte, Simone Farina y Claudio Pisacane, invitados por Cesare Prandelli como premio a su honestidad. Los jugadores del Gubbio y del Lumezzane, respectivamente, rechazaron dinero para amañar partidos y acudieron a la policía para denunciar los hechos. El que iba a ser un día para el homenaje a la deportividad, se ha transformado en la peor pesadilla para Italia. Ya antes del Mundial de 2006, la selección fue embestida por calciopoli y el moggigate, la compra de árbitros por parte del entonces director general del Juventus.

Desde que se sentó en el banquillo de la selección italiana en agosto de 2010, Cesare Prandelli ha impulsado un código ético. Eso es: saber comportarse y cumplir con los valores deportivos. Dejó fuera de las convocatorias a jugadores como De Rossi por soltar codazos a los rivales en sus clubes. Y ahora ha decidido dejar fuera a Domenico Criscito. Hace pocos días el seleccionador se mostró indignado con el tema de las apuestas ilegales. “Tiene razón Platini, al que lo pillen, que no vuelva a jugar al fútbol”. Palabra de Prandelli y de su código ético.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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