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José María Busto, el último superviviente de un Sevilla legendario

José María Busto defendió la portería del equipo andaluz entre 1942 y 1958

Rafael Pineda
José María Busto.
José María Busto.

“Las paradojas de la vida provocan que el mismo día que presentamos a nuestro nuevo portero, Diego López, se nos va José María Busto, el guardameta del Sevilla campeón de Liga en 1946, segundo dorsal de leyenda de nuestra entidad”. Las palabras de José María del Nido, presidente del Sevilla, constituyeron todo un guiño emotivo a otro José María, en esta caso Busto, un vasco nacido en Portugalete el 12 de noviembre de 1924 que fue portero titular del Sevilla durante 16 temporadas, desde la campaña 42-43 hasta la 57-58. Con el fallecimiento de Busto a los 87 años en Sevilla, ciudad a la que quedó ligado desde su llegada en el verano de 1942, se va el último superviviente de un equipo legendario, el que conquistó la única Liga que encuentra hueco en las vitrinas de la entidad andaluza. Un equipo que ganó la Liga en Les Corts, antiguo campo del Barcelona, con un once cuyos nombres siempre fueron motivo de orgullo para el sevillismo: Busto; Joaquín, Villalonga; Alconero, Antúnez, Eguiluz; López, Arza, Araújo, Herrera y Campos. La actuación de Busto en ese encuentro fue crucial para lograr un empate (1-1) que le dio el título a los andaluces.

Gran amigo y coetáneo del primer dorsal de leyenda del Sevilla, Juan Arza, Busto fue fichado por el equipo andaluz procedente del Barakaldo Altos Hornos. De inmediato se hizo con la titularidad y logró hacer olvidar a otro de los mitos de la entidad en la portería, vasco como él, Eizaguirre. Busto fue campeón de Liga en 1946 y campeón de Copa en 1948, bastión y guardián de un Sevilla que además de estos títulos logró el subcampeonato de Liga en 1943, 1951 y 1957. Portero de grandes reflejos y buena colocación, no tuvo la oportunidad de debutar con la selección española, donde metas como Ramallets o Carmelo Cedrún le cerraron el paso. Sí fue una vez internacional B con España, el 30 de mayo de 1954, con triunfo hispano por 0-2 en un choque jugado en la localidad francesa de Bayona. Busto fue convocado dos veces por la selección absoluta, aunque no llegó a debutar. Su longeva trayectoria en el Sevilla hizo que disputara un total de 399 partidos, siendo el portero que más encuentros ha disputado con la elástica del equipo andaluz y el quinto en números globales después de Pablo Blanco, Juan Arza, Manolo Jiménez y Campanal.

Busto colgó las botas en 1958 y se quedó ya para siempre en Sevilla, ciudad a la que se aclimató a la perfección. En ese mismo año disputó la Copa de Europa con el equipo andaluz, que llegó a los cuartos de final después de eliminar al Benfica y al Arhus, cayendo en semifinales frente al Madrid de Di Stéfano. Tras su retirada, siguió ligado al Sevilla como entrenador del filial, el Sevilla Atlético, e incluso en 1963 dirigió al primer equipo durante las tres últimas jornadas de Liga en sustitución de Antonio Barrios, logrando la permanencia en Primera. Josemari Busto, como era conocido en Sevilla, montó una tienda de electrodomésticos que funcionó muy bien. Las casualidades de la vida provocaron que su hija se casara con otro futbolista, Juan Manuel Cobo, un cántabro de Cabezón de la Sal que fue capitán del Betis y levantó la I Copa del Rey que el rival andaluz del Sevilla conquistó en 1977. Antes de que una trombosis pulmonar acabara con su vida el domingo por la noche, Busto recibió el homenaje del Sevilla en 2009, que le otorgó el segundo dorsal de leyenda de la entidad.

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