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“Hay gente que viene a faltar al respeto”

Almagro gana 6-4, 6-3 y 7-5 a Baghdatis después de que le robaran el contenido de su taquilla y de que le gritara parte del público

J. J. M.
Nicolas Almagro celebra un punto ante Marcos Baghdatis
Nicolas Almagro celebra un punto ante Marcos Baghdatis Christophe Ena (AP)

Antes de imponerse 6-4, 6-3 y 7-5 al chipriota Baghdatis en segunda ronda, el murciano Nicolás Almagro se lleva una desagradable sorpresa: “Pensaba que estarían mis cosas en la taquilla del vestuario, y no había nada de lo mío. No lo entiendo. Me han tenido que traer unas zapatillas, me estaban pequeñas… pero las que usé serán buenas, aunque fueran de otra marca, porque conseguí la victoria”.

No fue un fácil triunfo. Programado en la pista dos, donde los estrechos fondos le ayudan a no ceder pista retrasando en exceso su posición defensiva, Almagro sufrió a los hinchas chipriotas que siguen a Baghdatis. Pegado a los muros verdes, al murciano le calentaron a voluntad el oído, aunque no llegó a enfrentarse con los seguidores contrarios, igual que Marcel Granollers en la primera ronda que le ganó al portugués Joao Sousa.

El número 13, tenista de sangre caliente, que ya tuvo sus más y sus menos con el público francés la semana pasada en Niza, donde se alzó con el título, pudo ser uno más en la larga lista de tenistas que perdieron la cabeza frente a los ultras chipriotas, que siguen a su ídolo por todo el mundo y lo consideran un símbolo en su enfrentamiento con Turquía. Rodeado de voces aguardentosas, Almagro venció un partido caliente y se citó en tercera ronda con el ganador del duelo Mayer-Kohlschreiber: "En una pista como la de número dos se corre el riesgo de encontrarse con gente que no viene a disfrutar, sino a molestar a los jugadores, a incordiar y faltar al respeto a los que están cumpliendo con su trabajo. Hay que olvidarse de ello”, dijo.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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