La recomposición de Francia
Tras el tormentoso Mundial de 2010, el proceso de transición iniciado por Blanc otorga la esperanza de un futuro mejor
Enfrascada en un proceso de regeneración desde los terribles sucesos en el Mundial de Sudáfrica, donde los jugadores y el técnico Raymond Doménech se enfrascaron en una pelea verbal, una huelga laboral y resultados nulos, la Francia de Laurent Blanc empieza a mostrar motivos para el optimismo. El exinternacional ha abierto la ventana para que el aire fresco ventile al grupo, donde se mantienen futbolistas como Ribéry, Malouda, Benzemá y Evra, y donde también refulgen nuevos valores, como Debuchy, Nasri, Cabaye, Giroud, Ménez y Ben Arfa, recuperado para el fútbol de élite después de su gran temporada en el Newcastle.
En Francia se atiende al duelo del pasado 29 de febrero, cuando fue capaz de imponerse a Alemania en Bremen por 1-2, como el ejemplo de lo que puede ser. La afición gala respiró orgullosa esa fría noche después de que sus muchachos, capitaneados por un enorme Cabaye, le pintaran la cara al equipo de moda del fútbol europeo. Esa Francia, con sangre nueva, es la esperanza de un futuro mejor. Quizás esta Eurocopa le llegue demasiado pronto, con Blanc, además, suspirando por recomponer una zaga que se le ha roto con las ausencias por lesión de dos jugadores fundamentales, el lateral Sagna y el central Kaboul.
El lateral derecho será para el ofensivo Debuchy y en el eje actuarán Mexès, que hace tiempo que dejó de ser un seguro de vida, y Rami, que disputará por primera vez un gran torneo. A Blanc, además, le persigue la duda metódica del doble pivote. Partidario de jugar con Cabaye junto a M’Vila, le ronda también la idea de blindarse en el eje con Alou Diarra, uno de los jugadores moldeados por el técnico en su etapa del Girondins. La debilidad en el centro de la defensa motivaría esta pequeña traición del técnico, pues del centro del campo en adelante el talento fluye a caudales: Ribéry, Nasri, Malouda y Benzemá tienen licencia para jugar.
