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El grito del líder silencioso

Pirlo ha recuperado el pulso de Italia tras un gran curso en el Juventus

Pirlo marca un gol a Francia en la Euro 2008.
Pirlo marca un gol a Francia en la Euro 2008.EFE

No ha habido jugador más elocuente en el último decenio del fútbol italiano que Andrea Pirlo (Flero, Lombardía; 1978). Cuando quisieron callarlo en la que había sido su casa durante 10 años, el Milan, se apartó, obtuvo la carta de libertad y se marchó al único grande de Italia que le faltaba, el Juventus, para volver a gritar su liderazgo. Una jerarquía marcada sin palabras, más bien por cientos de pases y un ritmo muy travieso.

En la Vecchia Signora, dio su penúltima lección: 13 asistencias y tres goles para conquistar su tercer Scudetto, una muesca más en quien coleccionaba dos Ligas más y dos Champions con el Milan, además de la Copa del Mundo de Alemania 2006. El técnico del Juventus, Antonio Conte, lo abrigó con Marchisio y Arturo Vidal en un centro del campo clave en la resurrección del equipo turinés.

Acostumbrado a desenvolverse en ambientes hostiles, Pirlo se enfrenta ahora al reto de imponerse en una selección más adaptada a su gusto por el seleccionador, Cesare Prandelli. Más orientada al ataque que obsesionada con la defensa, con las muecas de disgustos de los nostálgicos, refractarios a romper con la tradicional querencia defensiva de los azzurri. “Es un equipo demasiado ligero”, denuncian, mientras Pirlo (nueve goles en 82 partidos con Italia) debe pensar que por fin no caminará tan solo por las tierras polacas y ucranias.

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