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El rondo de Pirlo

El juego de La Azzurra gravita sobre el más grande arquitecto que ha dado la selección italiana desde Gianni Rivera

Diego Torres
Pirlo juega con el balón durante el entrenamiento.
Pirlo juega con el balón durante el entrenamiento.ALEJANDRO RUESGA

El tipo de ojos hinchados y melena lacia que sale del vestuario cada día con los hombros cargados, como si no acabara de desprenderse de las sábanas, parece un polizón en un equipo repleto de atletas que cuidan su bella figura. A sus 33 años, cuando sale al campo a entrenarse, lo único que le importa a Andrea Pirlo es formar un rondito. Mientras los técnicos organizan la práctica y los compañeros terminan de vestirse o se sientan a hablar un rato, él se lleva el balón y convoca a los que gusten. Acuden, como el viernes, De Rossi, Balotelli, Ogbonna, Marchisio, Balzaretti, Chiellini, Borini y Giaccherini. Se ponen a pelotear alrededor del más desgarbado de todos, que también es el que manda. Pirlo se sacude el sueño tocando la pelota. Tocando la pelota ha construido una carrera colosal en un entorno poco propicio a dar licencias a los que entienden el juego como él. Inventando pases que nadie más imaginó, ha conseguido gobernar a Italia, que esta tarde, ante España, atacará y se defenderá según su dictado.

“La ventaja que, verdaderamente, puede beneficiar a España frente a Italia es la experiencia de sus jugadores”, advierte Demetrio Albertini, vicepresidente de la federación italiana. Frente a la selección de Vicente del Bosque, mayoritariamente compuesta por futbolistas que han ganado un Mundial o una Eurocopa, los italianos tienen pocos referentes de largo aliento. De los 23 de la plantilla, escasamente ocho han participado en un gran torneo alguna vez. Buffon, Barzagli, Chiellini, Pirlo y De Rossi han disputado más de dos. Solo De Rossi se aproxima a los 83 partidos como internacional de Pirlo —Buffon suma 114—. El capitán del Roma, que hoy le cubrirá la retaguardia, le define de un plumazo: “Pirlo es un constructor de equipos. Marca la diferencia a largo plazo. No solo con sus asistencias o sus tiros de falta, que también deciden partidos”.

De Rossi: “Es un constructor de equipos. Hace y marca la diferencia a largo plazo”

Pirlo debutó en el Brescia, el equipo de su ciudad natal, en 1995 con 16 años. Era un mediapunta clarividente pero lento. Demasiado lento y demasiado débil para las exigencias culturales y tácticas del fútbol italiano. Cuando lo fichó, el Inter le dejó languidecer, sin saber muy bien qué hacer con él, antes de cedérselo al Reggina y el Brescia. Cuando regresó a su club de origen, se encontró con Carlo Mazzone. El viejo maestro ideó una fórmula simple para sacarlo del torbellino. Lo retrasó 20 metros, donde hay más tiempo para pensar, y obligó a todos sus compañeros a que no hicieran nada sin antes pasarle la pelota. “Si no te la dan”, le conminó, “vas y les robas tú mismo la pelota”. Así nació el más grande arquitecto que ha dado el fútbol italiano desde Gianni Rivera.

Prandelli: “Si los españoles necesitan marcarle, significará que jugamos mejor”

Preocupado por las dificultades de su equipo para robar el balón en los partidos amistosos previos al Europeo, contra Rusia y Uruguay, el seleccionador, Cesare Prandelli, ha procurado construir una zona de seguridad alrededor de su regista. Por detrás, entre los centrales, ha situado a De Rossi y a los costados le ha escoltado con Marchisio y Motta. Entre los tres deben correr para auxiliarle en la defensa y ofrecer una salida a las jugadas cuando, como previsiblemente ocurrirá, algún español lo tape. “Hemos probado algunos movimientos para el caso de tener dificultad en la salida del balón”, dijo ayer Prandelli; “si los españoles se ven en la necesidad de estar marcando a Pirlo, paradójicamente, significará que jugamos mejor. Estaré contento porque supondrá que, tácticamente, alguna cosa habrá funcionado”.

Motta fue explícito sobre su misión de apoyo a Pirlo: “Tenemos que esforzarnos por entenderlo siempre, por ayudarlo, porque cuando Andrea tiene la pelota debemos desmarcarnos. Él juega con la cabeza alta y ve siempre el primero los movimientos de nuestros jugadores. Debemos ofrecerle siempre una o dos salidas porque así es como se aprovecha su juego. Su experiencia es importantísima para el equipo y la mejor forma de aprovechar su juego es trabajar mucho para él a fin de que, cuando reciba el balón, esté lúcido para darnos soluciones”.

Hacía muchos años que el juego de Italia no gravitaba tanto sobre un jugador así. Después de España, no ha habido otro equipo con más porcentaje de posesión del balón en la fase clasificatoria. Señal de que Pirlo está en su rondo. Pensando y tocando.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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