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LA LUCHA CONTRA EL DOPAJE

La Agencia Antidopaje de EE UU acusa formalmente a Armstrong

El organismo retira la licencia para competir al deportista, que se había reconvertido en triatleta El exciclista tejano, que se ha reconvertido en triatleta, se siente víctima de una “caza de brujas”

Carlos Arribas

En el entorno de Lance Armstrong no han dejado de resaltar el hecho de que prácticamente todos los años a semanas vistas del Tour de Francia surgen noticias relacionadas con acusaciones de dopaje al ciclista tejano, el único que ha ganado siete veces la grande boucle. Intentan así contextualizar la última nueva, la publicada por The Washington Post hoy, en la que se informa de que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), ha acusado formalmente de dopaje a Lance Armstrong, a quien ha enviado esta semana una carta de acusación de 15 páginas. Basándose en ella, la USADA ha retirado la licencia para competir a Armstrong, de 40 años, quien se había reconvertido en triatleta y que tenía previsto disputar el próximo 24, San Juan, el triatlón de larga distancia de Niza. Según el diario estadounidense, otras cinco personas que trabajaron en los equipos de Armstrong desde 1999 hasta su última retirada, 2010 –su director de casi toda la vida Johan Bruyneel, el médico italiano Michele Ferrari, los médicos españoles Pedro Celaya y Luis García del Moral, y el entrenador valenciano Pepe Martí— han recibido la misma carta con las mismas acusaciones que las efectuadas a Armstrong.

Según personas conocedoras del documento, este no hace sino resumir lo cosechado en dos años de trabajo por el investigador Jeff Novitzky, acusaciones a las que la fiscalía de Los Angeles dio carpetazo en febrero, pues no veía indicios para justificar una acusación penal. La USADA, sin embargo, ha encontrado en las pruebas recolectadas –fundamentalmente las acusaciones de más de una decena de ciclistas—suficiente material para abrirle un expediente disciplinario al ciclista que personifica lo mejor y lo peor de su deporte y todo un símbolo social por su lucha contra el cáncer.

“Mi declaración oficial en referencia a la última caza de brujas de la USADA”, escribe Armstrong en su Twitter, vinculándolo con un documento en el que recuerda que la USADA intenta prohibirle competir como triatleta y privarle de sus siete Tours desenterrando “acusaciones desacreditadas de hace más de 16 años”. “Son los mismos cargos y los mismos testigos que el Departamento de Justicia no consideró válidos después de una investigación de dos años”, dice Armstrong en un comunicado en el que califica la acusación de “vendetta”. “Y aunque la USADA habla de una conspiración de 16 años implicando a seis personas, yo soy el único deportista al que acusa. Nunca me he dopado”.

“En el documento no figuran análisis ni laboratorios ni nada concreto. Todas las acusaciones de barbaridades son anónimas. En ninguna parte del documento se dice quién dice lo que dice”, señalan fuentes cercanas a los acusados por la USADA, quienes también minimizan uno de los ases en la manga que, según The Washington Post, maneja la USADA, la existencia de unas muestras de sangre de Armstrong de 2009 y 2010 (los años de su regreso al ciclismo después de retirarse en 2005) “consistentes con manipulación sanguínea incluyendo uso de EPO y/o transfusiones sanguíneas”. Según dichas fuentes esta noticia no es, por su parte, consistente con todos los análisis a que se sometió Armstrong esos años (más de 80) tanto por parte de la Unión Ciclista Internacional (UCI), como de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y los propios controles internos del equipo y el pasaporte biológico, que resultaron siempre negativos. De hecho, la UCI, en un comunicado emitido casi a medianoche, se declara absolutamente ajena a la decisión de la USADA, de la que tuvo conocimiento ayer mismo por una carta desde Estados Unidos, y también manifiesta su desconocimiento absoluto de las pruebas de cargo en poder de la agencia estadounidense. Además, el director del laboratorio de Lausana, Martial Saugy, desmiente en The Washington Post otra de las supuestas pruebas de dopaje, un análisis positivo de EPO, según la USADA, en la Vuelta a Suiza de 2001. “Lo descubierto en el análisis es sospechoso pero no suficiente para decir que es un positivo”, declara Saugy.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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