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A más dificultad, más Piqué

El central del Barcelona, exigido por la ausencia de Puyol, lidera la zaga de La Roja, que solo ha encajado un gol ● “Para detener a Cristiano se necesitan muchas ayudas colectivas”, explica ante el próximo duelo

Gerard Piqué, en un entrenamiento.
Gerard Piqué, en un entrenamiento.ALEJANDRO RUESGA

Llegó a la Eurocopa “para ganarla”, dice, después de un año complicado y exigido ahora como nadie por la ausencia de Puyol. Sin el referente a su lado, Vicente del Bosque le llamó a liderar la zaga junto a Sergio Ramos, y Gerard Piqué (Barcelona, 1987) responde. No le han faltado, en cualquier caso, los consejos de su amigo Puyi desde que comenzara la Eurocopa. Le dice ahora por teléfono lo que tantas veces le ha gritado en el campo: Que no se despiste, que esté atento, que tenga cuidado con la espalda de Arbeloa, que ayude a Ramos... “Un pesado, no para”, bromeaba Piqué el pasado sábado cuando abandonó el campo de Donetsk de vuelta a Gdansk.

Bastaría con ver cómo se reía Piqué en Gniewino el día que Toni Grande, ayudante de Del Bosque, en vez de chutar un balón, golpeó un cono. Según explica, después de jugar contra Italia, al llegar al vestuario, sintió que al fin volvía a sentirse a gusto tras un partido, una sensación perdida a lo largo del curso. Además, tiene a su gente acompañándole en Polonia: sus padres, su hermano, algunos amigos y su novia, Shakira, que no se ha perdido un partido. Instalada en un hotel de Sopot, en el que ha montado hasta un estudio para trabajar, ha sido objeto de la persecución de los fotógrafos del corazón ahora que suenan campanas sobre su embarazo, algo que Piqué desmiente.

Sin el capitán Puyol a su lado, Piqué tuvo que asumir galones y ayudar a Ramos. Si alguien pensó que se llevaban mal, ya no debe de quedar duda alguna. Con los lógicos titubeos, la pareja ha ido a más. Del Bosque lo tenía claro. “Piqué es un chaval fantástico, muy profesional. Desde que debutó con nosotros, no se le recuerda un partido malo y eso es por algo”, dice el seleccionador, satisfecho al ver que la pareja con Ramos funciona. “No tenía dudas. Son excelentes futbolistas”, resuelve; “tendrán muchos años de éxito juntos”.

Ramos y él tendrán muchos años de éxito juntos” Del Bosque

A los 25 años, Gerard acumula 42 partidos con la selección. Sus horas de vuelo con el Barça le han convertido en un veterano prematuro que lidera una zaga casi perfecta: en cuatro partidos, La Roja solo ha encajado un gol. Parte de la culpa es suya.

En Polonia ha reaparecido la cara más arrogante de Piqué, sobrado como está de facultades y ganas, tipo guapo, alto y seguro de sí mismo, un alarde de colocación y sentido táctico. “Pura solvencia”, le describe su amigo y compañero Cesc. “Cuando está bien, es uno de los mejores centrales del mundo”, afirma Xavi. “Le conozco desde que tengo ocho años, cuando entré en el Barça”, recuerda Jordi Alba; “no jugábamos en el mismo equipo, pero sí coincidimos en algún torneo. Siempre ha sido así, divertido y muy buen compañero. A mí me ayudó mucho al venir a la selección”.

Si llegó al torneo dispuesto a ganarlo, ahora tiene otro aliciente: Miki Roqué

Llegados a este punto, Piqué ya ve correr a Cristiano Ronaldo, que fue compañero suyo en el Manchester United, al que gastaba bromas como colocarle fotos de famosos que se le parecían en su taquilla. Pero medirse con Cristiano no es nuevo para él, que, desde que volvió al Barça, se ha enfrentado con el luso en 14 ocasiones. La primera, en Roma, en la final de la Champions de 2009, cuando el portugués aún jugaba para Alex Ferguson. Después, 12 partidos contra el Madrid y uno más en el Mundial de Sudáfrica: nueve victorias, tres empates y dos derrotas señalan al azulgrana como claro ganador. “Nunca fue un duelo Cristiano-Piqué y el encuentro del miércoles tampoco lo será”, advierte el central; “si conseguimos pararle fue por un trabajo colectivo. Es el único camino. Necesitamos muchas ayudas, muchas coberturas. No es solo responsabilidad mía o de Arbeloa”. Y avisa: “Portugal es un equipazo. No debemos preocuparnos solo de Cristiano. Y seguro que alguna ocasión tendrá porque es muy bueno”.

Esta vez, la victoria tendría un especial significado para Piqué, consternado como está desde que Puyol le comunicara la muerte de Miki Roqué. “Era un chaval fantástico, lleno de vida…”, cuenta Gerard, que le conoció cuando el ilerdense fichó por el Liverpool y él vivía en Manchester. Si Piqué llegó a la Eurocopa dispuesto a ganarla, ahora tiene un aliciente más: va por Miki.

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