_
_
_
_
_

“Yo soy el primer sorprendido”

El lateral izquierdo de la selección española, que ha cuajado un excelente campeonato hasta la fecha, analiza al equipo y reflexiona sobre su brillante torneo

Jordi Alba, en el entrenamiento de ayer.
Jordi Alba, en el entrenamiento de ayer.ALEJANDRO RUESGA

Dice Pepe Reina que Jordi Alba (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona; 1989) no corre, vuela. Lateral izquierdo de la selección española, ha cuajado un excelente campeonato hasta la fecha, pero hace apenas unos meses era un extremo que jugaba poco en el Valencia, al que llegó siendo juvenil procedente del Cornellà. Criado en La Masia, hasta los 15 años fue un mediapunta que jugaba con Bojan, Botía, Víctor Ruiz… Pasó luego por el Cornellà, el Valencia y, cedido, el Nàstic de Tarragona hasta asentarse en el Valencia. Y fue en Mestalla, debido a un cúmulo de circunstancias y a la decisión del técnico Unai Emery, donde se reconvirtió en lateral.

Su madre es profesora de niños con síndrome de Down y su padre administrativo. Debutó con España el 12 de octubre de 2011 contra Escocia, en Alicante, y Vicente del Bosque, el seleccionador, tuvo claro desde entonces que había encontrado la solución para la vacante dejada por Capdevila. Solo mide 1,70 metros, pero no se asusta ante nada ni nadie.

Pregunta. ¿Cómo superó que el Barcelona le diera la baja cuando tenía 15 años?

Respuesta. No fue ningún trauma. Dicen que me enfadé, pero es mentira. Llegué a los ocho y me fui a los 15. Así que había visto a muchos compañeros pasar antes por lo mismo. Sabía que cada verano podía ocurrirme a mí. Cuando me pasó, no fue tan duro. Me fui al Cornellà, en el que tenía amigos que habían jugado en el Barça. Me trataron muy bien y fui muy feliz.

P. ¿Qué le queda de su paso por el club azulgrana?

R. Todo. Aprendí la filosofía del fútbol: jugar rápido, pensar antes de recibir, los conceptos técnicos... Lo aprendí todo. Entonces jugaba de mediapunta.

P. ¿Siempre fue tan veloz?

R. No. Fue a partir de los juveniles cuando empecé a darme cuenta de que lo era.

P. ¿Es cierto que su ídolo era Stoichkov?

R. Sí, cuando estaba en el Barcelona. Después me gustaba mucho la manera de jugar de Pablo Aimar.

Emery me cambió la vida al retrasar mi posición. Me dio mucha confianza

P. ¿Vio jugar a Sergi Barjuán [lateral izquierdo del Barça y de la selección española en la década de los noventa]? ¿Cree que tiene algún parecido con él?

R. Sí, cuando empecé a jugar de lateral mis compañeros me comparaban con él porque decían que me parecía mucho. Le recuerdo más fuerte que yo, pero me veo en él. Sí, seguramente tengo cosas parecidas.

P. ¿Recuerda la primera vez que Emery le habló de ser lateral?

R. Sí, pero no lo hablamos. Solo me dijo que iba a jugar de lateral. Había entrenado en ese puesto alguna vez, pero nada más. Fue en un partido contra el Werder Bremen de la Liga Europa. Estaba lesionado Mathieu y jugó Alexis en la primera parte. Se lesionó también y Unai me dijo: “Juegas tú”.

Un defensa no puede desconectar como un extremo. Es un puesto más exigente

P. Y le cambió la vida.

R. La futbolística, seguro. Mire donde estoy. El primer sorprendido de lo bien que me ha ido soy yo, la verdad. Jugaba de extremo cuando llegué a Valencia, pero en aquella época, con Vicente, Mata y Silva en el primer equipo, resultaba difícil tener oportunidades. Estuve cinco meses sin ser convocado.

P. ¿Le condiciona la estatura en el juego defensivo?

R. Es evidente que el juego de cabeza no es mi fuerte. Por eso debo solucionarlo de alguna manera, con otras alternativas con las que trato de compensar lo de la altura.

P. ¿Le costó adaptarse?

R. No fue fácil, pero Unai me dio mucha confianza y partidos, por lo que me pude adaptar. Básicamente, para ser defensa hay que jugar concentrado los 90 minutos. En ese sentido, es más exigente que ser extremo, que puede desconectar porque a veces no participas tanto en el juego. Pero un defensa debe estar muy atento en todo momento. La concentración debe ser absoluta. Cada vez me gusta más jugar de lateral. Además, subo mucho y eso hace que sea más divertido.

P. ¿La clave está en saber escoger cuándo subir?

R. Es fundamental. No puedes subir siempre porque entonces no ayudas nada. Hay que saber cuándo activarte, cuándo puedes hacer daño. Y, si no, acompañar la jugada con paciencia.

Jordi Alba celebra el triunfo ante Francia.
Jordi Alba celebra el triunfo ante Francia.alejandro ruesga

P. Se le ve muy compenetrado con Iniesta. ¿Es solo una sensación?

R. No, es una evidencia. Andrés es uno de los mejores futbolistas del mundo. Así que lo pone muy fácil.

P. ¿Es más sencillo subir sabiendo que Alonso o Busquets le cubrirán las espaldas?

R. Claro. Son un salvavidas.

P. La defensa es nueva en este campeonato: Ramos, de central; Arbeloa, a la derecha; usted… Del pasado Mundial solo sigue en su puesto Piqué. ¿Han sufrido para acoplarse?

R. Creo que nos hemos entendido bien. Pero no solo defendemos los cuatro, sino que somos un equipo y es tan importante la presión de los delanteros sobre la salida de los centrales rivales como nuestro trabajo. Si todo el conjunto no trabajara en la defensa, no estaríamos en las semifinales. No creo que solo sea cuestión de los cuatro defensas y de Casillas evitar que el rival meta goles. No hemos concedido muchas ocasiones.

P. ¿Su trabajo en el campo es muy diferente del que hace en el Valencia?

R. Cambia un poco. En el Valencia, aunque es un equipo grande, no tienes tanta posesión del balón como en la selección. Aquí nos esperan muy atrás. Con el Valencia, no tanto. En él necesitas más oxígeno. En la selección mantienes más la posición, guardas más la pelota.

Del Bosque no me dice nada directamente. Siempre habla del equipo, de qué hacer

P. Ha perdido muy pocos balones en lo que va de torneo. ¿Se trata de jugar fácil?

R. Es muy importante en mi posición no perder el balón. Es fundamental. Pero no es que hayan sido todos los pases fáciles. Los adversarios nos aprietan mucho. Hasta ahora, sin embargo, ha ido bien.

P. En su caso, parece que ha ido mejor que bien. ¿Siente que le ha tocado la lotería por lo que le está pasando?

R. Pues sí, la verdad. Me siento muy afortunado porque ni mucho menos esperaba llegar tan pronto a la selección. Jugar en este equipo hace un año me parecía imposible. Es un sueño.

P. ¿Qué le dice Del Bosque?

R. Nada. Siempre habla del equipo, de qué deben hacer los laterales, los centrales... Pero no me dice nada directamente.

Portugal no es solo Cristiano. Es vertical, pero también tiene gente que juega el balón

P. La semifinal contra Portugal es seguramente el partido más importante que ha jugado nunca...

R. He jugado muchos partidos importantes y cada uno ha tenido su valor. Este sin duda es un partido importantísimo para mí y para todos los demás.

P. ¿Impresiona verse en una de estas? ¿Asusta?

R. No. Al contrario, estoy deseando que el entrenador me ponga y que empiece el partido. Es evidente que jugamos contra un gran rival.

P. ¿Es un equipo mejor de lo que muchos creen?

R. Sí. Con Portugal hay que ir con mucho ojo porque son muy buenos. Está claro que el que más llama la atención es Cristiano Ronaldo, pero tienen muchos más futbolistas de los que tendremos que preocuparnos.

P. ¿Cómo se consigue parar a Cristiano?

R. Cristiano es capaz de resolver por él mismo un partido, pero se trata de ayudarnos mucho, anticiparnos, ser muy solidarios en las coberturas y en las ayudas… Sería bueno que no tuviera la pelota. Si la tenemos nosotros, él no podrá atacar. Pero Portugal tiene otras muchas cosas. Son verticales, aunque también tienen gente que quiere jugar el balón y lo juega bien. Será muy difícil, ya lo sabemos, pero vamos a intentarlo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_