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La quinta de Khedira, al poder

Cinco titulares hoy de Alemania se proclamaron campeones de Europa sub-21 hace tres años La actual selección germana es la más joven desde 1934

Khedira, Özil y otros jugadores ven una película en 3D.
Khedira, Özil y otros jugadores ven una película en 3D.Markus Gilliar (EFE)

En medio de una gran fanfarria, el 29 de junio de 2009, el capitán Sami Khedira recibió el trofeo de campeón de Europa sub-21 de las manos del presidente de la UEFA, Michel Platini, en el estadio sueco de Malmö. Fecha histórica para Alemania, tres veces campeona de Europa absoluta (1972, 80 y 96), pero primeriza al subirse al trono de la categoría inmediatamente inferior. La cantera había sido un fracaso constante. Lejos de los tres títulos de España o Italia, a la selección germana se le resistió el triunfo de sus jóvenes hasta que apareció la quinta de Khedira, muy presente hoy en el estadio de Varsovia en la semifinal de la Eurocopa contra Italia. Cinco partirán esta noche de titulares (Neuer, Boateng, Hummels, Khedira, Özil) y otros dos esperarán su turno en el banquillo (Höwedes y Schmelzer). El seleccionador, Joachim Löw, ha acelerado su maduración dándoles galones e instándoles a repetir el logro tres años más tarde con los mayores. Neuer, Khedira y Özil son ya tres pesos pesados.

“Los jóvenes nos han dado mucho dinamismo en el juego y han aumentado la competitividad en el grupo”, insiste Löw, especialmente orgulloso de haber apostado por una selección con la media de edad, 24,5 años, más baja desde la Alemania de 1934. Hasta 14 años separan al más imberbe, Götze, con 20, del más veterano, Klose, que compite hoy por el puesto de ariete con Mario Gómez.

En la guerra psicológica antes de la cita de esta noche, los italianos presentan su invencibilidad ante los germanos en los torneos de alcurnia. Y los alemanes replican con la semifinal del Europeo sub-21 del 26 de junio de 2009: un disparo lejano del lateral Andreas Beck, hoy capitán del Hoffenheim, doblegó a La Azzurra, que había dilapidado numerosas ocasiones de gol ante un Neuer heroico. La Italia de hoy ofrece tres titulares de aquella jornada: Marchisio, Abate (si se recupera de las molestias) y Balotelli, más otros dos en el banquillo (Giovinco y el tercer portero, Sirigu).

En la guerra psicológica de esta noche, los italianos presentan su invencibilidad ante los germanos en los torneos de alcurnia

Khedira ya lideró aquella sub- 21 que arrasó en la final a Inglaterra (4-0). El artista era Özil, autor de un gol de falta desde unos 35 metros y de dos asistencias. Gonzalo Castro, el lateral de origen español del Leverkusen, anotó el primero y Sandro Wagner, delantero del Kaiserslautern, los dos últimos. El equipo estuvo dirigido por Horst Hrubesch, un pánzer de los ochenta cuyo solo nombre provocaba pavor entre las defensas rivales del Hamburgo y de la Nationalsmannschaft. Fue conocido como Das Kopfball-Ungeheuer [La Bestia de los Cabezazos]. Como entrenador, un tipo sencillo con mucho tiempo en la casa, perteneciente a la vieja guardia protegida por el director deportivo de la federación, Mattias Sammer, enfrentado con el director deportivo de la absoluta, Olivier Bierhoff.

La sub-21 siempre ha sido un foco de conflicto entre las distintas familias de la selección. Para ese día, Hrubesch ubicó al hoy lateral derecho Boateng como central en compañía de Höwedes, mientras Hummels actuó de mediocentro defensivo. Alemania se había proclamado antes campeona de Europa sub-17 y sub-19, este último título también con Hrubesch en el banquillo: frente a Italia en 2008 (3-1). Los éxitos cayeron en cascada tras el aperturismo iniciado en 2000, con la integración de los emigrantes y el cambio de entrenamientos, más abiertos a la posesión del balón. A toda máquina, la quinta de Khedira tiene prisa por tomar el poder.

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