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BALONMANO

Ciudad Real se sacude las ganas de balonmano

Los aficionados se han organizado para no perder el deporte en la ciudad El balonmano se había convertido en un escaparate para la ciudad

Entrerríos en una imagen de archivo en el Quijote Arena
Entrerríos en una imagen de archivo en el Quijote ArenaEFE

Hace un año el Atlético de Madrid de balonmano renacía de las cenizas del Ciudad Real. Para los rojiblancos supuso una alegría moderada recuperar su sección de 20 años después; para los ciudadrealeños, la pérdida de su único referente deportivo y del mejor equipo de balonmano europeo de la década, así como una fuente de ingresos importante para la ciudad. Los dirigentes del club manchego se mudaron de ciudad ante la falta de un patrocinador potente, y buscaron el refugio de la marca atlética. Después de cinco Ligas Asobal, tres Copas del Rey, tres Copas de Europa y tres Supercopas europeas, entre otros títulos, el club dejaba huérfana a una afición que aprendió a querer el balonmano.

El Ayuntamiento de Ciudad Real, la Diputación provincial y la Junta de Castilla-La Mancha, tradicionales valedores económicos el club, no estaban para tirar cohetes; no podían seguir financiando al mejor equipo de Europa. Domingo Díaz de Mera, presidente del club, anunció hace justo un año el acuerdo con el club de Enrique Cerezo. Aunque ambas entidades mantendrían su independencia, el equipo rojiblanco aportaría al presupuesto unos 900.000 euros del total de 4,5 millones de euros del presupuesto anual. Sin embargo, ni con el amparo del Atleti llegó el ansiado patrocinador.

Socios del ya extinto equipo se unieron para crear uno nuevo

Las peñas se echaron a la calle el verano pasado para protestar por la decisión. Varios centenares de socios del ya extinto equipo se unieron para crear la Asociación Cultural y Deportiva Balonmano Caserío Ciudad Real. El nombre elegido no es baladí, pues el Caserío Vigón fue el referente deportivo de la ciudad durante muchos años y el germen del equipo campeón de Díaz de Mera. El equipo que crearon unos 200 socios juega en segunda nacional, y congrega cada fin de semana a una media de 700 espectadores en las instalaciones del pabellón municipal Príncipe Felipe. “Cada vez nos acordamos menos del Balonmano Ciudad Real”, cuenta Caba, presidente del nuevo club. “El nuevo proyecto nos ocupa tanto tiempo que no nos da tiempo. A veces te acuerdas de los grandes partidos o los jugadores, pero nos estamos acoplando a una nueva realidad, y yo, personalmente pienso que tener a un equipo campeón fue bonito, pero pasó. Ahora tenemos jugadores que son de aquí, es otra cosa”.

La partida del equipo de la ciudad fue muy dolorosa para los aficionados; tanto que unos pocos se han desplazado a Madrid durante esta temporada para ver a sus antiguos jugadores. “Conozco a personas que han ido a ver al Atlético y han vuelto decepcionados. La gente en las gradas gritaba el nombre de otro equipo, y no se sentían identificados” explica Caba.

Recientemente, los responsables del Atlético de Madrid han anunciado también la desaparición de las categorías inferiores del club, que se mantuvieron esta temporada como un compromiso con el deporte de la ciudad. Más de un centenar de niños y jóvenes militaban en sus filas.

El Quijote Arena, vacío

El Ayuntamiento de Ciudad Real construyó en 2003 para el equipo que hacía soñar a la ciudad el pabellón Quijote Arena, el único en España construido expresamente para jugar al balonmano; una moderna instalación con capacidad para casi 6.000 personas; espacio cuya cesión sigue teniendo el club. El pabellón solamente se ha utilizado este año para los entrenamientos del Atlético y los partidos de las categorías inferiores.

Las instalaciones del Quijote Arena se han quedado vacías
Las instalaciones del Quijote Arena se han quedado vacíasEFE

Por su parte, Luis Miguel López, director general del club rojiblanco, admite que aún costará afianzarse en la capital y crear afición. “Llegamos sin avisar y el cobijo del Atlético de Madrid ha hecho que tengamos una afición fiel que está facilitando la transición. Eso también pasaba en Ciudad Real, aunque es cierto que allí los partidos de liga tenían más afluencia”. López explica, además, que en la localidad manchega la aportaba el presidente, ya que la Junta y el Ayuntamiento “no ayudaban nada”.

Tampoco en el club ya madrileño hay nostalgia de Ciudad Real. “Es historia. El presidente tenía un compromiso con unos jugadores y un modelo de equipo y la única forma de mantenerlo era jugar en Madrid, si no, hubiera desaparecido”.

Torrevieja, el caso contrario

La crisis se ha llevado por delante esta misma temporada a otro equipo, el Balonmano Torrevieja, que esta misma semana anunciaba su renuncia a la liga Asobal, por no poder sostener el equipo económicamente, a falta de un presidente y de patrocinadores.

El Torrevieja ha preferido renunciar a la élite y no moverse de su ciudad

Sin embargo, la junta gestora que desde hace tres temporadas rige el club ha preferido dejar la máxima competición y mantener el balonmano en la ciudad levantina. Los jugadores de la plantilla poco a poco van encontrando nuevos destinos en los equipos nacionales, e incluso su entrenador, Manuel Laguna, nombrado recientemente mejor entrenador de la liga española, ha asumido que su futuro debe tomar otro rumbo.

El equipo se completará con los jugadores del segundo equipo, que precisamente consiguió el ascenso a primera nacional la pasada campaña, a la espera que la asamblea del club decida su destino este mismo miércoles.

El problema es que el equipo alicantino no tiene ni siquiera asegurada la plaza en la segunda división nacional, pues todas las plazas en esta categoría están ya ocupadas. El club cuenta con la mediación de la Federación Valenciana para poder hacerse un hueco en esta categoría.

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