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Tiger y El Niño, dos almas en un golpe

Woods, con un sensacional birdie desde el búnker en el último hoyo, es tercero, a cuatro golpes de Snedeker.- Sergio García, Quirós y Cañizares no pasan el corte

Juan Morenilla
Sergio García, en la salida del hoyo 11.
Sergio García, en la salida del hoyo 11.GETTY

En un mismo hoyo, el último, en el golpe final de la jornada, se cruzaron dos momentos, dos sensaciones, dos estados de ánimo. Tiger Woods tenía la bola clavada en el búnker. Sergio García, a unos tres metros del hoyo, cómodamente posada sobre el green. Ambos golpeaban para lograr un birdie, pero la ventaja era mayúscula para el castellonense. Y así se demostró por qué el golf es un deporte tan mental. Tiger sacó un golpe de genio, una exhibición de precisión para embocar directamente desde el búnker, lograr el birdie y acabar la jornada con seis golpes bajo par, a cuatro del también estadounidense Brandt Snedeker. Lo celebró asomando los dientes entre la perilla y apretando con fuerza el puño. Sergio García falló. Su golpe con el putter se marchó muy desviado, perdió la oportunidad del birdie y finalizó con cuatro sobre par, y eliminado del Open Británico, fuera del corte, cabizbajo, hundido. Fueron dos maneras dos golpear la bola, ambas con el alma, pero una con el espíritu en ebullición y otra con el ánimo caído.

Sergio García se marchó a casa, como también Alejandro Cañizares (+6) y Álvaro Quirós (+9), mientras que entre la armada española sobrevivieron Jiménez, agarrándose al campo a sus 48 años con cinco birdies en los últimos 10 hoyos, y en el par; Rafael Cabrera (+1), Gonzalo Fernández-Castaño (+2) y Pablo Larrazábal (+3).

Que el golf es cuestión de alma lo demostró también Snedeker, un golfista estadounidense poco amigo de los impredecibles links, que en sus tres concursos anteriores en el Open no había pasado el corte, pero que en 36 hoyos ha completado una obra de arte: 26 pares salvados y 10 birdies, una genialidad que iguala la que firmó Nick Faldo en 1992 en Muirfield. Snedeker salvó hasta una bola desde un búnker anegado (esto sí que es el Open, bendita lluvia) y se alió con Adam Scott y su putter escoba para meter un arreón que aguantó Tiger gracias a ese maravilloso birdie final.

Por el camino se quedaron apellidos ilustres. Clarke, Mickelson, Kaymer, García, Rose y Schwartzel no son poca cosa. El Open ha recuperado su esencia. Royal Lytham ya reclama batalla. Será cuestión de alma.

Clasificación tras la segunda jornada: 1. Brandt Snedeker (EEUU), 130 golpes, 10 bajo par. 2. Adam Scott (Aus), 131. 3. Tiger Woods (EEUU), 134. 4. Thorbjorn Olesen (Din), 135. 28. Miguel Ángel Jiménez, 140. 39. Rafael Cabrera-Bello, 141. 51. Gonzalo Fernández-Castaño, 142. 68. Pablo Larrazábal, 143. 84. Sergio García, 144. 109. Alejandro Cañizares, 146. 134. Álvaro Quirós, 149.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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