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Ferrari va por delante

Por primera vez en esta temporada, Alonso consigue ganar una carrera gracias a las prestaciones de un coche superior al de sus rivales

Alonso celebra con su equipo el triunfo en Alemania.
Alonso celebra con su equipo el triunfo en Alemania.Lars Baron (Getty Images)

Fue la tercera victoria de Fernando Alonso este año. Pero resultó, indudablemente, la mejor. Por una sencilla razón. Por primera vez en lo que va de temporada, el asturiano ganó en Alemania una carrera gracias a que las prestaciones de su coche fueron superiores a las de sus rivales. Ferrari lo ha conseguido. Por fin, ha dado al doble campeón mundial español un monoplaza no solo capaz de competir con los Red Bull y los McLaren, sino capaz incluso de superarles.

Eso no había ocurrido hasta ahora. Lo que realmente contó hasta el Gran Premio de Alemania fue la calidad y la intuición que Alonso ponía para conseguir que un coche de inferiores prestaciones que sus rivales acabara ganando. Así ocurrió en Malasia, donde la lluvia distorsionó por completo la carrera y los errores de Hamilton, Button, Webber y Vettel fueron dejándole el camino libre para acabar disputándose la victoria con un novato como el mexicano Checo Pérez. Y así sucedió también en Valencia, donde partiendo desde la 11ª posición en la parrilla, sus opciones de triunfo eran casi nulas. Sin embargo, un fallo de McLaren en un cambio de neumáticos de Hamilton, la entrada del coche de seguridad y el abandono de Vettel cuando dominaba la carrera, se convirtieron en circunstancias determinantes para que Alonso pudiera colocarse en lo más alto del podio.

Lo que realmente contó hasta hoy fue la calidad y la intuición que Alonso ponía para conseguir que un coche de inferiores prestaciones ganara

Es evidente que en cada victoria hay un mérito incuestionable del piloto y del equipo. Pero sin todas esas situaciones anómalas que les favorecieron, Alonso no habría logrado sus dos primeras victorias de la temporada. Fundamentalmente, porque Ferrari no estaba todavía a la altura de Red Bull y de McLaren. Eso fue lo que volvió a evidenciarse en la carrera de Gran Bretaña, cuando Alonso lo hizo todo bien, pero sus neumáticos le traicionaron al final porque los del Red Bull de Webber –cuatro vueltas más gastados- llegaron mejor a las vueltas finales y el español se vio adelantado, sin posibilidad de respuesta. No perdió Alonso. Fue su Ferrari el que había maltratado las ruedas, porque el piloto español había debido ir al límite para evitar lo inevitable.

En Hockenheim, en cambio, algo había cambiado. La situación que se vivió al final de la carrera era idéntica a la de Silverstone. Alonso era líder con 1,6 segundos de ventaja sobre Button y con 3,5s sobre Vettel tras el segundo repostaje a falta de 25 vueltas para la conclusión. Había temor en el equipo, pensando que el descalabro de Gran Bretaña podía reproducirse. Y la amenaza parecía cierta, cuando Button estuvo rodando más rápido que el asturiano y acercándose hasta nueve décimas. Le presionó, se le acercó peligrosamente. Pero entonces, los neumáticos duros de Alonso comenzaron a rendir a un nivel excelente. Y el asturiano se alejó definitivamente de Button y de Vettel. Influyó, sin duda, el hecho de que la temperatura del asfalto había descendido hasta los 30 grados, lo que supone un desgaste menor. Pero también, que los ingenieros han seguido trabajando en el Ferrari y han mejorado el coche en este aspecto y en muchos otros, hasta situarlo por delante de Red Bull y de McLaren.

Desde que Alonso entró en Ferrari en 2010, el asturiano ha ganado nueve carreras, por ninguna de su compañero de equipo, Felipe Massa

Desde que Alonso entró en Ferrari en 2010, el asturiano ha ganado nueve carreras, por ninguna de su compañero de equipo Felipe Massa. En 2010, el asturiano llegó a la última carrera siendo líder del Mundial y con todas las opciones de lograr el título: lo perdió por un error estratégico garrafal de su equipo. Pero tanto entonces como hasta ahora, ha debido luchar contra sus rivales sabiendo que su coche era inferior. Ahora, en el ecuador del campeonato, Alonso lidera el Mundial con 154 puntos, 34 más que Webber, su inmediato perseguidor, y 36 más que Vettel. Y, por primera vez, puede pensar que tiene un coche mejor que ellos.

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