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ATLETISMO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El último tren

Diana Martín no pasó pero mejoró su marca; Marta Domínguez dio una clase magistral de conservación de energía

Diana Martin, durante la serie de 3.000 obstáculos
Diana Martin, durante la serie de 3.000 obstáculosFRANCK ROBICHON (EFE)

La valiente Diana Martín se encontraba en la pista del estadio más abarrotado que podría imaginar. El debut olímpico que iba a realizar representaba toda una vida de dedicación. Más bien, un estilo de vida que eligió desde pequeña y que se compone de mucho esfuerzo en diversas formas. Por un lado, a modo de diferentes y exigentes estudios universitarios. Por otro, con un entrenamiento muy sacrificado, metódico y también inteligente. Era su gran momento y esta vez su ambición no le falló. 

Salió en la primera serie de las semifinales de los 3.000 metros obstáculos decidida a correr la final. Tiró durante los primeros 900 de la prueba a un ritmo desconocido para ella. Pasaron los 1.000 a 3m 8,77s.

Inmediatamente se puso al frente la actual campeona olímpica y plusmarquista mundial de la distancia, la rusa Gulnara Galkina. Después de prácticamente tres años desaparecida de las pistas, se puso a liderar esta semifinal con toda la intención de revalidar su título olímpico. Su ímpetu fue mayor que sus fuerzas y solo consiguió clasificarse para la final por tiempos.

Nuestra Diana no tuvo esa suerte, pero sí que tuvo una buena recompensa olímpica: mejorar su marca personal en casi tres segundos. Algo que tiene que valorar.

En la segunda de las series se encontraba Marta Domínguez. La atleta palentina acababa de superar una lesión en el isquiotibial que le impidió finalizar la eliminatoria en los recientes Campeonatos de Europa disputados en Helsinki.

Salió con la menor intención de excederse. Prácticamente, en ningún momento de la carrera estuvo en un puesto de clasificación directa. Dio una clase magistral de conservación de energía en pruebas clasificatorias realizando un ligero cambio de ritmo en la última recta para superar a la portuguesa Clarisse Cruz y llegar en un cuarto lugar que le clasificaba de forma directa para la final. Marta representa una de nuestras esperanzas de medalla olímpica en la final de mañana, lunes. Sus rivales más peligrosas serán las tres atletas etíopes, la keniana Milcah Chemos, la tunecina y subcampeona mundial Habiba Ghribi y, sobre todo, la rusa y campeona mundial Yuliya Zaripova.

Arturo Casado fue campeón de Europa de 1.500 metros en 2010.

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