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“Yo siempre respondo”

El jamaicano explica que tardó más de la cuenta en salir por miedo al nulo

Amaya Iríbar
Bolt hace El Rayo.
Bolt hace El Rayo.Jeff J Mitchell (Getty Images)

Antes de cada carrera, Usain Bolt monta su número. Habla a la cámara, hace gestos al público. Su forma de concentrarse, de aislarse del mundo antes del momento crucial, se parece bastante a lo que otros llamarían hacer el payaso. El estadio Olímpico de Londres no fue una excepción. Se tapó una oreja con la mano y movió la otra en círculos, como hacen los DJ con los discos, como hace él cuando pone música, una de sus grandes aficiones cuando descansa, y luego hizo un enigmático gesto con la mano. Pero cuando el jamaicano coloca su corpachón de más de 1,90 metros sobre los tacos y se acomoda la cadena de oro que lleva al cuello, solo ve pista, aunque, como ayer, solo le dure 9,63 segundos y acabe con un nuevo récord olímpico. Cuando se supo campeón, Bolt se dirigió a la tribuna más cercana, donde el público bramaba su nueva gesta, y dedicó al mundo su imagen de marca, la que solo utiliza en las grandes ocasiones: flexionando la pierna y con un brazo extendido simuló un rayo porque él es todavía El Rayo, el hombre más rápido del mundo. Y el público enloqueció. 

“La gente puede decir lo que quiera, pero cuando llegan los grandes momentos yo siempre respondo”, dijo tras dar la vuelta al estadio abrazado a su compañero Yohan Blake, ayer perdedor, el único que le había ganado, por dos veces este año. La vuelta fue eterna porque los jamaicanos se paraban a cada paso, se dejaban fotografiar, demostraban su alegría, al ritmo del grito unánime del estadio de “¡Usain! ¡Usain! Usain!”. Miles de flashes inmortalizaban uno de los grandes momentos de estos Juegos Olímpicos.

Bolt y Blake, al que el animador del estadio presentó como La Bestia, comparten grupo de entrenamientos. El campeón tiene casi cuatro años más y un carácter más fiestero y, a pesar de ser el rey, ha sentido la presión de la nueva estrella emergente del grupo que dirige Glen Mills en Kingston. “Él se entrena más duro que yo y me empuja”, dijo Bolt del campeón del mundo. “Lo hará mejor la próxima vez. Tiene un talento enorme. Ha derrotado a casi todos y sé que tendrá más confianza la próxima vez”.

El jamaicano tardó una eternidad en abandonar el estadio

A Bolt le preguntaron por la salida, ese momento crucial sobre todo desde que fue eliminado por dejar los tacos antes de tiempo en las semifinales de Daegu. “Tenía miedo de hacer una salida falsa y tardé un poco más de la cuenta en reaccionar”, reconoció; “No ha sido la mejor salida de mi vida. Pero no importa. Antes de salir mi entrenador me había dicho: ‘no te preocupes por los tacos porque es al final donde tú eres el mejor", explicó. Ni se enteró de que un gracioso había tirado una botella de plástico vacía que cayó detrás de Blake.

Después de la vuelta de honor, el jamaicano tardó una eternidad en abandonar el estadio, tantas eran las televisiones que querían entrevistarle, tantos los gritos pidiéndole una foto, tan bonito el momento para un atleta inmenso sobre el que pesaron las dudas este año. Pero escogió el momento perfecto para reivindicarse: en la final más esperada de los Juegos.

A pesar de la derrota, Blake también estaba contento con su plata. Nada más cruzar la meta se giró hacia Bolt con una gran sonrisa y se fue a felicitarle. “Usain sabe lo que hay que hacer”, dijo; “yo tengo una medalla en mis primeros Juegos Olímpicos y se lo debo a él y a mi entrenador”. Incluso Gatlin, el estadounidense recuperado para la velocidad tras cumplir cuatro años de sanción por dopaje, se mostró satisfecho con su bronce. “Ha sido una carrera de ensueño y creo que habrá mejores”, se despidió.

La fue para todos, aunque no cayera el récord del mundo como algunos soñaban. Por primera vez en la historia, siete de los ocho finalistas bajaron de 10s y por primera vez también un país que no es Estados Unidos se lleva dos medallas en la misma prueba olímpica. Es Jamaica. Su rey sigue siendo Bolt.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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