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Alabau plancha en oro

La sevillana vuela en la regata de las medallas de RS:X y logra el gran primer triunfo de España en estos Juegos y el 18º en la historia de la vela, el deporte más laureado

La campeona olímpica Marina Alabau
La campeona olímpica Marina AlabauClive Mason (Getty Images)

Marina Alabau entró ayer en la historia del deporte olímpico español por la bahía de Weymouth. En el mismo campo de regatas en el que en 2009 ganó el Campeonato del Mundo, la windsurfista sevillana, de 26 años, residente en Tarifa, se colgó la medalla de oro al cuello, la primera para la delegación española en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Marina, subida a la tabla, con una botella de champán en una mano y la bandera de España en la otra, salió del mar a hombros del equipo, sus compañeros en la casa número 2 de la Villa Olímpica del puerto de Portland, exultante, tras una exhibición que la cubrió de oro. 

He navegado como sé, tranquila, porque quizás no tenga otra oportunidad en mi vida

“Es una pasada ganar la medalla y, sobre todo, cómo me ha recibido el equipo, que es el mejor del mundo. Ha sido buenísimo. Me ha encantado”, dijo Marina; “he demostrado que podía conseguirlo. He navegado como sé, tranquila, porque sabía que probablemente no tendría esta oportunidad nunca más en la vida”. La española terminó con 26 puntos, 20 por delante de la finlandesa Petaja, que fue plata, entrenada por Curro Manchón, el hermano de Blanca, y la polaca Klepaka fue bronce. La campeona olímpica tuvo palabras de consuelo para su amiga Korsiz, a quien se le escapó el podio por un punto y concluyó cuarta tras pelear por el oro durante las diez regatas anteriores.

Marina ha volado en Weymouth y nadie le ha podido planchar. Compareció en un punto perfecto de preparación y se la mimó para que diera lo mejor de sí misma. Su triunfo se basa en el indudable talento como regatista, en su capacidad para interpretar los vientos y las situaciones de la carrera; en una enorme envergadura de brazos, superior a la de sus rivales, que le permite manejarse, y también en el trabajo del equipo, liderado por Santi López Vázquez, director técnico de la federación, que trazó un plan para acompañar a la andaluza al oro consciente de que necesitaba ser arropada en Londres para evitar que le ocurriera lo de Pekín 2008, cuando quedó cuarta, a las puertas de las medallas, en parte por el flojo viento, pero también porque en su primera participación olímpica le pudo la tremenda presión.

La regatista ha vivido arropada en una casa de tres pisos ocupada por 11 personas

La regatista ha vivido estos días en una casa de tres pisos, ocupada por 11 personas, con camilla para masajes, gimnasio en el jardín y un salón desde el que han seguido los Juegos por televisión. “Me han mimado y cuidado. La gente del equipo está eufórica y eso es lo que más me ha gustado del día, lo contentos que están todos. Tengo al mejor equipo del mundo”, dijo.

En la casa ha compartido los ratos fuera del mar con su novio, el francés Alex Guyader, que, para la tranquilidad de la regatista, era peor técnico que Nicolás Bedou, también francés, habitual entrenador de Iván Pastor, regatista masculino de RS:X. “Cambié porque mi novio, en la competición, se pone muy nervioso y no funciona. Él me comenta: ‘Tranquila, Marina’. Y yo le contesto: ‘Tranquilo, tú’. Y la liamos. Así que mejor trabajar con Nico”, dijo al llegar al puerto.

Marina fue mimada para que compareciera en Londres en un punto de forma perfecto

Allí, su equipo, sus compañeros de la casa numero 2, la esperaban: estaba Diego Quintana (preparador físico), Luis Morales (fisioterapeuta), los regatistas Onán Barreiros y Aaron Sarmiento (470); el entrenador de ambos, Jorge Angulo, Rafa Trujillo (Finn), Santi López-Vázquez (director de Preparación Olímpica de la RFEV) y Victoriano Urquiola (técnico del Consejo Superior de Deportes), que se han preocupado de cuidarla para que tuviera el punto de de confianza que necesitaba para competir y, sobre todo y especialmente de mantener la casa en silencio, de no hacer ruido para no perturbar el sagrado descanso de la regatista.

He ido muy rápida y en 30 segundos he planchado a cinco

Marina colgó incluso un cartel en el baño que comparten las dos habitaciones de la tercera plata que demuestra hasta qué punto le gusta dormir. “Farelli y Quinti: prohibido tirar de la cadena antes de las 9.30”, avisó al fisio y al preparador físico. Como cada día, despertó casi a las diez y, tras desayunar, comenzó desentumeciendo los músculos al ritmo de la canción de reggaeton La vaina loca, imitando los pasos de Jean Claude van Damme en el videoclip de la misma. Como siempre, ayer sonó el himno elegido por la sevillana para estos días, que le recordará a todos ellos el trabajo realizado al sur de Inglaterra: la canción Somebody that i used to know, del cantante belga-australiano Gothye. “Sonaba cada día varias veces porque le encanta”, explican en la casa, donde compartieron con Marina su sueño olímpico jugando a Los colonos de Catan, un juego de mesa que tiene por objetivo construir pueblos, ciudades y caminos. “Ganaba siempre Marina. La dejábamos para que estuviera contenta”, bromeaba Quintana. Marina se acordó ayer de su entrenador en Pekín, Kim Lytgoe, fallecido en un accidente en el mar en 2009: “Este era nuestro objetivo y, por fin, lo he conseguido. Estará orgulloso de mí esté donde esté”. Y explicó que preparó la última regata después de acumular consejos: un correo electrónico de su entrenador hace diez años, el argentino Bata marcó el camino: “Sal por barlovento y controla. Tu velocidad decidirá”.

Xabi Fernández, por la mañana, le aconsejó que no especulara (“tenía en la cabeza no arriesgarme, pero me ha dicho: ‘Ve a ganar porque, si no, puede ser muy estresante. Estarás más tranquila delante”) y le hizo especial caso a su actual entrenador: “Me ha dicho que disfrute y eso he hecho. A los seis segundos he pensado ‘tranquila, siente bien la tabla, que el viento fluya’. He ido superrápida y en 30 segundos he planchado a cinco. He remado mucho para soltar adrenalina y he disfrutado”. Por eso Marina Alabau es de oro. Por su talento al domar los vientos.

Las medallas de la vela española

Es el deporte que más medallas (18) y más oros (12) ha dado a España.

12 de oro:

Alejandro Abascal y Miguel Noguer (Flying Dutchman en Moscú 80), Luis Doreste y Roberto Molina (470 Los Ángeles 84), José Luis Doreste (clase Finn Seúl 88), Luis Doreste y Domingo Manrique (Flying Dutchman Barcelona 92), José María van der Ploeg (clase Finn Barcelona 92), Jordi Calafat y Francisco Sánchez (470 Barcelona 92), Theresa Zabell y Patricia Guerra (470 Barcelona 92), Theresa Zabell y Begoña Vía-Dufresne (470 Atlanta 96), Fernando León y José Luis Ballester (Tornado en Atlanta 96), Iker Martínez y Xabi Fernández (49 er en Atenas 2004), Fernando Echávarri y Antón Paz (Tornado Pekín 2008), Marina Alabau (RSX, Londres 2012)

Cinco platas:

Rafael Trujillo (clase Finn Atenas 2004), Antonio Gorostegui y Pedro Millet (470 Montreal 76), , Natalia Vía-Dufresne y Sandra Azón (470 Atenas 2004), Natalia Vía-Dufresne (clase Europa Barcelona 1992), Iker Martínez y Xabi Fernández (49er en Pekín 2008),

Un bronce:

Santiago Amat (clase Finn en Los Ángeles 1932)

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