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Un vendaval de decatletas

Estados Unidos vuela a la final con otra exhibición de Durant, LeBron y Anthony ante Argentina (83-109)

Robert Álvarez
LeBron James anota ante la presencia de Prigioni.
LeBron James anota ante la presencia de Prigioni. ERIC GAY (AFP)

La España de los Gasol, Calderón, Navarro y compañía no tendrá solo a un equipo de baloncesto enfrente en la final, sino a una docena de atletas que, además de jugar a baloncesto, corren como velocistas, vuelan como pertiguistas, se elevan como saltadores de altura, tienen manos propias de luchadores y músculos de boxeadores. Eso es lo que se le viene encima al equipo español en la ansiada repetición de la maravillosa final de Pekín de hace cuatro años. A todo eso es a lo que tuvo que hacer frente Argentina en una semifinal que quedó vista para sentencia mediado el tercer cuarto y que concluyó con un elocuente 83-109.

ARGENTINA, 83 - EEUU, 109

Argentina (19+21+17+26): Prigioni (-), Ginóbili (18), Delfino (15), Scola (15), Nocioni (7) -cinco inicial-, Campazzo (7), Juan Pedro Gutiérrez (6), Leo Gutiérrez (9), Kammerichs (4), Mata (-) y Jasen (2).

Estados Unidos (24+23+27+35): Paul (10), Bryant (13), Durant (19), James (18), Chandler (4) -cinco inicial-, Westbrook (7), Williams (6), Iguodala (2), Love (9), Harden (3), Anthony (18) y Davis (-).

Árbitros: Carl Jungebrand (FIN), Recep Ankarali (TUR) y Robert Lottermoser (GER). Sin expulsados.

Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales del torneo olímpico de baloncesto, disputado en el North Greenwich Arena ante 13.282 espectadores.

El partido concluyó con otra exhibición de LeBron James y Kevin Durant, como pudo serlo de Kobe Bryant o acabó siéndolo también de Carmelo Anthony. Este equipo de Estados Unidos es un vendaval y no depende ni de uno, ni de dos, ni de tres. Su carencia de pívots, Chandler al margen, no hace sino espolear su despliegue físico. Le faltan los hombres más altos, pero la determinación reboteadora de todos sus componentes resulta espectacular y, desde luego, a Carmelo, LeBron e incluso Durant no se les apreció ningún tipo de déficit cuando se fajaron bajo el aro con Scola. Tampoco cuenta Argentina con grandes pívots y esa es un hecho diferencial muy importante respecto a España, cuyo fuerte en este campeonato es precisamente poder contar con dos torres con el talento y el físico de los hermanos Gasol, con Ibaka y Felipe para darles oxígeno.

Argentina opuso resistencia durante algo más de media parte, y se desenvolvió con evidente aplicación. Otra cosa es que eso no le diera para gran cosa. A la que Delfino y Ginóbili dejaron de enchufarlas de tres, empezó a desvanecerse el tinglado argentino, refugiado casi todo el tiempo en una defensa en zona, inevitable dada su cortedad de efectivos.

El equipo de Coach K dominó de tal manera el rebote que pudo permitirse el lujo de lanzar salvas a discreción y hasta 42 triples, de los que anotó 18. La defensa estadounidense permitió también muchos tiros abiertos. Eso y algún que otro alarde de Scola en su constante pelea con los Chandler, LeBron y compañía, fue lo único que concedió. A partir del tercer cuarto, el vendaval ofensivo estadounidense fue ya imparable y la brecha llegó a ser de 29 puntos. La pregunta, ahora, es saber hasta qué punto podrá España hacer frente a un rival de tanto empaque, probablemente superior al que tuvo enfrente en Pekín.

“España, la mejor rotación interior”

R. Álvarez

La sala de prensa y los vestuarios del equipo estadounidense estaban más poblados de comentarios sobre el traspaso de Dwight Howard a los Lakers que sobre la semifinal ganada en los Juegos a Argentina y la próxima final contra España. La superiodad estadounidense ha sido tal durante todo el torneo que las estrellas norteamericanas, Lebron James, Kobe Bryant y Kevin Durant, parecen más preocupadas por los movimientos que se producen en la NBA que sobre quién tendrán enfrente mañana en la final olímpica.

Será España, y será la reedición del maravilloso partidos que ambas selecciones protagonizaron hace cuatro años. “Pero España tiene una gran ventaja respecto a nosotros”, dijo el seleccionador de Estados Unidos, Mike Krzyzewski, “y es que llevan muchos años juntos. Eso se nota en la cancha, en la compenetración entre los jugadores”. Krzyzewski destacó tras la semifinal ganada a Argentina algunos nombres propios de la selección española. De Pau Gasol afirmó que se trata de “uno de los cinco mejores del mundo”; alabó el papel como director de juego de Calderón; e incluso tuvo un reconocimiento para uno de los jugadores interiores de España que tiene menos protagonismo, Felipe Reyes, de quien dijo que está “infravalorado”.

Krzyzewski, por último, puso el acento en el juego interior de la selección española: “Es fabuloso. Tienen la mejor rotación de pívots de todo el campeonato. Les respetamos mucho como equipo, y seguro que va a ser un rival muy fuerte en la final”. Luego, tanto él como las estrellas estadounidenses siguieron hablando de Dwight Howard.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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