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La hora del adiós

El waterpolista Iván Pérez se retira, como los atletas Bragado, Beitia y Vasco, y Felipe Reyes medita su futuro

Iván Pérez en el partido contra Hungría.
Iván Pérez en el partido contra Hungría.LAVANDEIRA JR (EFE)

Iván Pérez (La Habana, 1971) se despidió del waterpolo en los Juegos Olímpicos de Londres. El jugador hispano-cubano, de 41 años, casi dos metros y 101 kilos, lleva 17 años en España y 32 dedicados a este deporte. Empezó su carrera en Cuba como una de las estrellas del castrismo, pero, tras los Juegos de Barcelona, su visión del mundo cambió y se marchó de la isla. Abandonar Cuba significó no poder volver a jugar con su selección, por lo que se nacionalizó español. Jugó en el Poble Nou, primero, y luego en todos los clubes punteros: CN Barcelona, Atlético Barceloneta, Brescia, Terrassa y Sabadell, el último.

Pérez es un coleccionista de títulos: en su palmarés tiene dos Mundiales (Perth 1998 y Fukuoka 2001), un subcampeonato (Roma 2009), un bronce (Melbourne 2007), otro bronce en el Europeo de 2006, oro en los Panamericanos de 1991 y nueve títulos españoles, entre Liga y Copa.

El waterpolista ahora puede presumir de haber superado a su padre, Jesús, en número de Juegos. Cuando Pérez era pequeño, Jesús siempre le recordaba que había ido a tres. “Yo ahora he disputado uno más. Ya no eres nadie”, dice el boya en tono de broma. Estuvo en Barcelona 92, con Cuba, y, ya con España, en Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. Se perdió los de Atlanta por su cambio de nacionalidad y los de Sídney porque Cuba vetó su presencia.

Durante su época como jugador de la selección cubana tuvo la oportunidad de coincidir con Fidel Castro. Fue en 1991 y tenía 20 años. Cuba ganó la final de los Juegos Panamericanos frente a Estados Unidos en La Habana el día del cumpleaños de Castro. Para celebrar esa mediática victoria, el régimen regaló al equipo una semana de vacaciones en Varadero.

Iván Pérez ha participado en cuatro Juegos Olímpicos 

Ya como miembro del equipo español, Pérez puede presumir de haber jugado con la generación de oro: Manel Estiarte, Jesús Rollán y Toto García. Ahora es él quien deja las piscinas. “Es un momento muy triste. Tengo 41 años y 32 de ellos dedicados al waterpolo. Es el momento de decir adiós, es un momento duro”, ha dicho el boya. Su último partido fue el domingo contra Hungría, tricampeona olímpica. El objetivo era igualar la quinta plaza que la selección consiguió en los Juegos de Pekín, pero no pudo ser. Los húngaros se impusieron por 8-14. Aunque de poco consuelo para él, Pérez, que además recuperó la capitanía por un día, metió el último gol para despedirse del waterpolo como jugador. “Mi objetivo hoy no era acabar marcando, sino ganar el partido”, comentó tras finalizar el choque.

El futuro inmediato del jugador pasa por tomarse unas buenas vacaciones. Después, quiere seguir ligado al waterpolo. No es el único que piensa así. También el entrenador que lo repescó para estar en los Juegos, Rafa Aguilar: “Desde la Federación siempre hemos tenido la idea de que todos aquellos grandes jugadores de la selección tengan un sitio reservado para aprovechar la experiencia acumulada”, ha comentado.

Felipe Reyes, el más laureado del baloncesto español

Felipe Reyes también puede decir adiós a la selección española. El pívot del Real Madrid jugó el domingo la final contra Estados Unidos y su futuro con la selección está en el aire. El cordobés tiene a sus espaldas 191 internacionalidades y ocho medallas como sénior: dos platas olímpicas, un Mundial (Japón, 2006), dos Europeos (2011 y 2009), dos subcampeonatos europeos (2003 y 2007) y un bronce (2001). Es el jugador más laureado de la historia de la selección, empatado con Pau Gasol. “De momento, tengo que descansar y pensar. Ya veremos qué pasa el año que viene. En principio, ha sido mi último partido con la selección”, dijo Reyes tras la final.

El atletismo pierde a tres de sus figuras

En el mundo del atletismo, importantes figuras como los marchadores Jesús Ángel García Bragado y María Vasco y la saltadora Ruth Beitia también se despiden de la competición tras los Juegos.

García Bragado es el atleta español con más presencias en unos Juegos (cinco), récord que comparte con el atleta Carlos Sala (110 m vallas). Este madrileño de 42 años terminó vigésimo en la prueba de los 50 kilómetros marcha. Hace cuatro años, en Pekín, quedó cuarto por detrás del italiano Alex Schwarzer, que dio positivo por EPO el pasado 30 de julio. Esta circunstancia puede hacer que la cuarta plaza del español se convierta en un bronce. En el palmarés de García Bragado destacan el oro en el Mundial de Stuttgart (1993) y un bronce en el de Berlín (2009), cuando ya tenía 39 años.

María Vasco, de 36 años, acabó décima en los 20 kilómetros marcha. Fue bronce en Sidney 2000, séptima en Atenas 2004 y quinta en Pekín 2008.

Ruth Beitia, 33 años, pone fin a su carrera olímpica con una cuarta plaza en salto de altura, su mejor actuación en unos Juegos (en Atenas no pasó a la final y en Pekín fue séptima). La atleta cántabra ostenta el récord de España en salto desde el año 2007, cuando superó los 2,02 m, y en junio se coronó campeona en los Europeos de Helsinki.

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