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Abrazado al corto plazo

El Deportivo se nutre de fichajes portugueses y forma un plantel donde la mayoría de los jugadores acaba contrato en junio

Oliveira, procedente del Benfica, durante su presentación
Oliveira, procedente del Benfica, durante su presentaciónCabalar (EFE)

De entre el repertorio de Augusto César Lendoiro sobresale una cualidad, la de reinventarse. El presidente más longevo de la élite del fútbol español siempre ha presumido de ir un paso por delante, de explorar terrenos que luego otros invaden. Y ahora muestra una solución ante la crisis y la ausencia de parné: el cortoplacismo. El mejor Deportivo de la historia era un club comprador, que no contemplaba incorporar futbolistas si no era en propiedad y con tendencia a engordar su plantilla más allá de las fichas permitidas. El Deportivo actual, el que acaba de salvar el delicado trance del año en Segunda y se faja para renegociar los plazos de su ingente deuda, le ofrece a su técnico, José Luis Oltra, un plantel con fecha de caducidad en el que solo seis futbolistas tienen contrato firmado más allá del próximo mes de junio, uno de ellos Valerón, que puede estar ante su último año en activo antes de incorporarse a un destino como asesor de Lendoiro.

Abolidas las restricciones sobre el número de futbolistas cedidos que pueden componer un plantel, el Deportivo se viste de prestado. Así han llegado el colombiano Aguilar y cinco jugadores con pasaporte portugués: Pizzi, André Santos, Roderick, Nelson Oliveira y Evaldo. Con ese vínculo sigue el también luso Salomão. “No me preocupa”, confiesa Lendoiro, “porque antes para un futbolista era una maravilla quedar libre, pero ahora tiene que pensárselo. El mercado está repleto de oportunidades de futbolistas sin contrato o excedentes de grandes plantillas”. Lendoiro confía en su excelente relación con el agente Jorge Mendes, responsable de que el fado supla a la muñeira. También en José Luis Oltra, el técnico del ascenso, sin dos de los referentes del vestuario, Colotto y Guardado, que se fueron sin dejar un euro tras cumplir sus contratos. Ante ese déficit, el club ha mirado hacia el curtido Marchena para liderar una zaga que en Segunda sufrió por la propensión a abrir los partidos y generar un cara o cruz. Quizá Oltra se abrigue con la manta de Tim: su idea futbolística le pide acudir arriba a la presión; la cabeza le dice que en Primera debe juntar al equipo.

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