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Nadal se enfrenta al síndrome de Hoffa

El mallorquín, que no compite desde junio y estará un mínimo de 78 días de baja, sufre desde febrero una inflamación en la rodilla izquierda

Palma de Mallorca / Madrid -
Nadal, en Wimbledon.
Nadal, en Wimbledon.Mike Egerton (cordon)

Tras renunciar a los Juegos Olímpicos y a los torneos obligatorios de Toronto, Cincinnati y el Abierto de Estados Unidos, Rafael Nadal admitió hoy a la agencia Efe cuál es la dolencia que le mantendrá apartado de las pistas un mínimo de 78 días. “No es la misma lesión en el tendón del pasado, es algo diferente”, explicó en referencia a los dolores que viene sufriendo desde hace más de un lustro en los tendones cuadricipitales y rotulianos de ambas rodillas. “Esto es positivo. Los tendones están muy recuperados en comparación a hace tres años, se han regenerado muy bien. He tenido un problema en la grasa de Hoffa, que la tengo inflamada, un poco fibrosada, y hay que recuperarla”.

El tenista padece el síndrome de Hoffa en la rodilla izquierda: la inflamación de la zona de grasa situada detrás del tendón rotuliano y debajo de la rótula. Eso provoca dolor en el conjunto de la articulación, en algunos pacientes solo con caminar, lo que en los casos más agudos obliga a pasar por el quirófano. En el caso del mallorquín, la dolencia apareció en febrero, justo después de su maratoniana final del Abierto de Australia (perdió con el serbio Novak Djokovic tras 5h53m); llegó a ser intolerable antes de las semifinales del torneo de Miami (marzo), que decidió no disputar; y fue a duras penas combatida durante toda la gira de tierra. Luego llegó la hierba, y con ella comenzó una batería de resonancias, ecografías, antiinflamatorios y consultas médicas que han dejado al español sin competir desde que perdió en la segunda ronda de Wimbledon. Nadal sueña con volver a jugar entre el 14 y el 16 de septiembre, en las semifinales de la Copa Davis que enfrentarán a España con Estados Unidos en Gijón. Su presencia, sin embargo, aún no se puede dar por segura.

Nadal sueña con volver a jugar entre el 14 y el 16 de septiembre, en las semifinales de la Copa Davis

“Aún necesita dos o tres semanas de tratamiento”, le aseguraron a este diario fuentes conocedoras de los dolores del número tres mundial, que ha vuelto a dejar de entrenarse con raqueta. En estos momentos, el mallorquín trabaja a diario con Rafael Maymò, su fisioterapeuta particular, que ataca el síndrome de Hoffa con una mezcla de kinesioterapia, movimientos excéntricos con gomas que utiliza a modo de resistencias, termoterapia, iontoferesis, tratamiento con láser y fisioterapia manual. “Una cosa muy completa”, resumieron esas fuentes, que también explicaron por qué los plazos de inactividad del mallorquín (primero 15 días antes de los Juegos, extendidos luego a otros 15 durante estos), se han ido ampliando: “La rodilla no tiene los mismos plazos que la competición. Lo que se intenta es adaptar su recuperación al calendario competitivo del tenista, que no es el mismo que el de la articulación, y que además es muy exigente. Lleva mucha tralla”.

Si tengo que jugar menos, lo haré. Lo que sea para alargar mi carrera

Al renunciar a las cuatro últimas citas previstas en su calendario, Nadal ha puesto en peligro el número tres mundial, que podría pasar a manos del británico Andy Murray en función de su resultado en el Abierto de Estados Unidos. Ese es un dato menor en el esquema que manejan el mallorquín y su equipo. El campeón de Roland Garros 2012, según argumentan en su entorno, ha optado por la prudencia para asegurarse así más años de carrera. En 2005, una lesión en un pie amenazó con poner fin a su vida como tenista cuando esta apenas había empezado. La solución fueron unas plantillas que cambiaron sus apoyos. En consecuencia, se modificaron también todas las dinámicas que unían sus músculos, tendones y huesos. Al tiempo, aparecieron los dolores articulares, las cintas en las rodillas, el martirio que pasaba alternativamente de los tendones rotulianos a los cuadricipitales. Ahora, asumido el sinsabor de renunciar a los Juegos y a ser el abanderado de España, una oportunidad única, ya no hay prisas por volver, no hay urgencias que valgan. Toca, según aseguraron fuentes de su equipo, “resetear las rodillas”. “Un parón para que curen, duren y desaparezca el dolor”

Como dijo el mismo Nadal en IB3: “Haremos un planteamiento nuevo y probablemente a partir de ahora tenga que jugar más pista de tierra que en dura, que me perjudica más. Si tengo que jugar menos partidos al año, lo haré, si tengo que cambiar los torneos a jugar, lo haré. Lo que sea para alargar mi carrera”. ¿El sueño? Los Juegos de Río 2016.

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