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Higuaín llama, Cristiano responde

Los dos goleadores simbolizan la recuperación psicológica del Madrid

Eleonora Giovio
Cristiano, durante el partido.
Cristiano, durante el partido.David Ramos (Getty Images)

Higuaín llama, Cristiano responde. Higuaín golpea la puerta, Cristiano la tira abajo. El Pipa no falla porque la responsabilidad que parece tener con el gol es muy grande. Tardó tanto en encontrarlo en su primer año y medio en el Madrid que ahora vive agarrado a él. Y que nadie se atreva a quitárselo porque van de la mano. Tres goles en cuatro partidos lleva: marcó en todos los encuentros en los que José Mourinho le puso de titular. Antes del partido de Supercopa, por las prisas que tenía de saltar al césped, se dejó en el túnel de vestuarios a uno de los niños que acompañan a los jugadores al campo.

Cristiano iba detrás de Higuaín. Pero él no ha sufrido tanto cuando llegó al Madrid. El portugués es una máquina de hacer goles. Lleva una vida casado con ellos. Lo que sufría, si acaso, era un poco de apatía. Ya no. Ante el Barcelona puso las gotas de aceite que le faltaban a su maquinaria para que dejara de chirriar. En 18 minutos, El Pipa y él noquearon al combinado de Vilanova y sacaron los colores a su defensa, capitaneada por Piqué y Mascherano.

Dos goles, dos jugadas idénticas, dos errores igual de grandes en el corazón de la zaga azulgrana. Cambiaron solo los mensajeros del balón y los que lo llevaron a su destino. En el minuto 10 fue Pepe quien envió un pelotazo larguísimo a Higuaín. Mascherano fue incapaz de controlarlo y el argentino superó a Valdés. Ya lo había intentado cuatro minutos antes, pero chutó cabizbajo, sin mirar otra cosa que no fuera el cuero. Valdés se lo sacó con un pie. Cristiano también recibió un balón larguísimo. Se lo envió Khedira. El luso, con un precioso control de tacón que convirtió en un globo, mareó a Piqué. Lo despistó en un visto y no visto. Esperó a que volviese a bajar y tiró fuerte y abajo. Piqué estaba a cuatro metros.

El Pipa lleva tres tantos en cuatro partidos y CR se liberó tras su diana

A Adriano no le quedó más remedio que agarrar a Cristiano de la cintura. Porque el madridista llegó tarde a dos balones en los primeros 10 minutos, pero luego se liberó con el gol y puso la sexta marcha. La suya de siempre. El azulgrana le derribó, era el último jugador y fue expulsado. Mourinho, que lleva dos años y medio quejándose de que contra el Barça siempre juega en inferioridad numérica, se encontró por primera vez en un clásico con un hombre más. Se encontró también con un Madrid completamente diferente al que se vio contra el Valencia y el Getafe.

La respuesta que buscaba Mourinho en la víspera, cuando se preguntaba qué jugadores y qué perfil psicológico tenía el equipo, se la dieron Higuaín, un tipo que nunca se ha rendido; Cristiano, Pepe; Casillas, que salvó el resultado con dos intervenciones decisivas; Khedira y su poderío físico y, sobre todo, Marcelo. El técnico sigue sosteniendo que Coentrão no sufre en el Madrid, que es el mismo jugador que se vio en la Eurocopa. Pero el brasileño se ha empeñado en desmentirlo. Con sus carreras, sus pases en profundidad y la facilidad con que controla el balón. Incluso con algo de sobrepeso.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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