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Cuando Cristiano está triste, lo dice

El delantero luso se ha revuelto contra la afición, contra Messi, contra los árbitros, y ahora contra el club

J. Galán
Cristiano marca su primer gol, ayer ante el Granada.
Cristiano marca su primer gol, ayer ante el Granada.PEDRO ARMESTRE (AFP)

El Bernabéu asistió ayer a un doblete de Cristiano Ronaldo, pero se perdió las manos del portugués alzadas asimilando unas garras, el gesto con el que el delantero acostumbra a celebrar sus tantos. Tras el primero, marcado sin ángulo entre las piernas de Toño, arrugó la boca y acató un abrazo de Callejón con un leve asentimiento. Tras el segundo caminó mirando el marcador, un simple dedo apuntando a la grada. Síntoma de su estado de ánimo decaído, como explicó luego en la zona mixta: “Cuando no conmemoro los goles, no estoy feliz”. Cristiano hace lo que se espera de un delantero, marcar: ha estrenado su cuenta goleadora en esta temporada en Liga, la pasada marcó 60, y hace una semana le ganó la Supercopa al eterno rival, el Barça. Su contrato le reporta más de 10 millones de euros anuales sin contar lo que suma por publicidad.

Ante las preguntas de los periodistas, aunque sin profundizar, Cristiano dijo que el motivo no era que Iniesta se le adelantase en el trofeo al mejor jugador de Europa de la pasada campaña. Tampoco las molestias en su muslo, que le hicieron acabar el partido en el banquillo, al que se fue con un pequeño saludo. “Puede que esté un poco triste”, dijo sin ocultar su malestar. El motivo es “profesional”, zanjó el jugador. Cuando a Cristiano no le ha gustado algo, lo ha dicho. En otras ocasiones en que el delantero ha estado a disgusto, lo ha mostrado:

“¿Sabéis lo que hacía Messi el año pasado por esta misma época? Caer eliminado en los cuartos de la Copa América”

Si el Barça es al Madrid, Messi es a Cristiano. Se diga o no, compiten por batir registros, por el Balón de Oro, por cada distinción individual o colectiva. Messi venció el año pasado marcando 13 goles más que el luso. Cuando se perdieron de vista y Messi se marchó de vacaciones, Ronaldo se puso a jugar la Eurocopa. Pero no se olvidó de Messi. Cristiano, aunque acabaría despuntando ante Holanda, pasó dos partidos de la fase de grupos sin asomarse a la portería. En el partido contra Dinamarca escuchó corear el nombre de Messi. Falló una oportunidad de las que no se le escapan, se le frustró el gol. Al terminar el encuentro, explotó: “¿Sabéis lo que hacía Messi el año pasado por esta misma época? Caer eliminado en los cuartos de la Copa América”.

Tampoco celebró un gol ante el Granada en enero

Cristiano marcó, al undécimo remate, el último gol en un partido en el que el Madrid le endosó cinco al Granada el pasado enero. Cabizbajo, se volvió al centro del campo. Lo mismo había hecho en el campo de la Ponferradina un mes antes: marcar y bajar la cabeza. Tuvieron que pasar tres meses y 14 goles para que CR volviera a sonreír. En su primera rueda de prensa después de 17 meses, antes del partido de Champions contra el CSKA, dijo: “Más cariño sí he sentido, no voy a mentir. Y es algo nuevo para mí”, dijo el delantero antes de marcarle dos al equipo ruso.

“Me envidian porque soy rico y guapo”

Cristiano recibió, en septiembre de 2011, una entrada en el tobillo del defensor del Dinamo de Zagreb Jerko Leko, en un partido de Liga de Campeones. Recibió tres puntos de sutura, y Leko ni siquiera una amarilla. Al terminar el partido, en los micrófonos de Radio Nacional, el luso reflexionó, triste: “No entiendo estos arbitrajes, estos que apelan al fair play, a la protección de los jugadores más hábiles. Yo no tengo eso. Pienso que por ser rico, guapo, por ser un gran jugador, las personas tienen envidia de mí. No encuentro otra explicación. No entiendo. Me quedo triste porque los árbitros dicen que protegen a los jugadores que tienen más sensibilidad y más habilidad. Pero cuando yo juego no me protegen nunca”.

“Sería mejor que el público nos ayudase en lugar de lo que hace normalmente”

El Real Madrid comenzaba la Liga en la que Mourinho se hizo cargo del equipo. En el primer partido en el Bernabéu, ante Osasuna en septiembre de 2010, hubo pitos, aunque los madridistas se impusieron por la mínima. Cristiano, que ya llevaba un año de blanco, no recibió bien los pitos. “Sería mejor que el público nos ayudase en lugar de lo que hace normalmente”, explicó el portugués en una rueda de prensa. Se revolvió contra el público. El miércoles siguiente, tras ganar por dos goles al Ajax en ‘Champions’ en un partido en que se escucharon algunos silbidos, Casillas se llevó al equipo al centro del campo para aplaudir a la afición. Le siguieron los jugadores, se marchó al vestuario Cristiano.

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Sobre la firma

J. Galán
Reportero en la sección de Narrativas Visuales. En el periódico también ha cubierto la actualidad en la sección de última hora y contó su vuelta al mundo en El Viajero. Es licenciado en Derecho y Periodismo y máster de Periodismo de EL PAÍS.

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