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DESDE MI SILLÓN
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El lobo Purito

Contador intentó cazarlo, pero no estaba dispuesto a pagar cualquier precio por él

El pelotón, estirado durante uno de los descensos de la etapa entre Gijón y Cuitu Negru.
El pelotón, estirado durante uno de los descensos de la etapa entre Gijón y Cuitu Negru.miguel vidal (REUTERS)

Desde hace un tiempo, cazar un lobo en Asturias tiene su precio. Dejó de ser una especie protegida para pasar a ser cinegética, es decir, susceptible de ser cazada en determinados parajes y bajo determinadas condiciones. Una decisión polémica que mantiene dividida a la opinión pública asturiana. Sin ir más lejos, hace unos días, en una cacería en los Picos de Europa, un cazador abatió a Marley, un ejemplar marcado con un collar transmisor para su estudio por parte de la comunidad científica, y en el que la administración se había gastado un buen dinero para su estudio.

Ayer en Cuitu Negru, muy cerca ya del límite con Castilla y León, pero aún en Asturias, al igual que el día anterior en los Lagos, Contador intentó cazar al lobo Purito, pero no estaba dispuesto a pagar cualquier precio por él. Ya lo intentó intensamente en los Lagos, pero no tenía su día. Ayer siguió intentándolo con una táctica diferente, con mayor desgaste por parte de unos compañeros que se dejaron la piel por el camino, pero cuando llegó la hora de la verdad, el duelo cara a cara con Purito —con Valverde siempre de espectador—, Contador miró su cartera y decidió que lo intentaría, que haría todo lo que pudiese, pero no a cualquier precio.

Si Contador hubiese decidido ir a muerte, morir matando o matar, se podría incluso haber visto una imagen inédita y surrealista, a uno de los dos candidatos a la victoria echando pie a tierra. Para tanto eran esos últimos tres kilómetros del Cuitu Negru, sí, después del recorrido previo con los pasos por San Lorenzo —subido a ritmo sin mayor problema— y la Cobertoria —subida a un ritmo durísimo y seleccionador impuesto por el Euskaltel—.

Ver a los ciclistas haciendo ‘eses’ para no echar pie a tierra me impresionó mucho

Así llegaron a la base de Pajares, ya atufados en el grupo y con dos hombres en fuga, dos corredores de la clase media-alta del pelotón, que serían los que se llevarían la victoria, además de dejar tan solo cuatro segundos de bonificación para el primero de los favoritos. Eran Cataldo y De Gendt, el primero un gregario de mucha calidad y pocas victorias, y el segundo un corredor fuerte y duro como una roca que realizó un fenomenal Giro de Italia imponiéndose ni más ni menos que en la cima del Stelvio en un día en el que puso en jaque a la carrera italiana. O sea, viejo conocido de Purito, que sabía bien a quién llevaba por delante, aunque esta vez no era ninguna amenaza para la general.

El debate de si esto es o no espectáculo, si las rampas son excesivas, está abierto

Estos dos sirvieron de exploradores del Cuitu Negru, de hombres-guía para calificar la dureza de esas últimas rampas tan extremas. Y ver a Cataldo, el ganador de la etapa, haciendo los últimos 200 metros haciendo ligeras eses para evitar echar pie a tierra, no sé que impresiones dejaría en los coches de los directores de los favoritos, pero a mí desde luego me impactó muchísimo.

No fue esa la única ese, también el polaco Majka hizo alguna que otra después de dejar hasta su último gramo de fuerza en las rampas de Pajares, y supongo que muchas más se vieron por detrás que desde casa no vimos. El debate de si esto es o no espectáculo, si esas rampas son o no excesivas, sigue abierto con opiniones enfrentadas. Yo, me reservo la mía.

Al margen de esto, obviando esa última rampa y las imágenes que dejó y volviendo a la cacería, vivimos una etapa preciosa, con Contador intentándolo de manera más ortodoxa a la del día anterior, aunque con la misma efectividad; es decir, no pudiendo soltar a Purito en ningún momento de su rueda. El último ataque a 500 metros de la meta —distancia Purito—, sirvió de lanzamiento para el contraataque del líder, que sumó dos preciosos segundos a su renta más los cuatro extra de bonificación.

Lo dicho, preciosa etapa y el Lobo Purito sigue vivo, cada vez más vivo. Mi enhorabuena a todos ellos por el espíritu de lucha demostrado estos días; en toda la Vuelta, pero especialmente en este tríptico de montaña y con mayor intensidad aún en el día de ayer. Bien que se merecen este nuevo día de descanso, que aún falta para Madrid.

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