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CLASIFICACIÓN MUNDIAL 2014

Diaby marca la era Deschamps

El centrocampista del Arsenal da la victoria a Francia ante Finlandia (0-1) con un gran pase de Benzema

LADISLAO J. MOÑINO
Ribery felicita a Diaby tras el gol.
Ribery felicita a Diaby tras el gol. FRANCK FIFE (AFP)

Más allá de la novata pareja de centrales Sakho- Yanga Mwiba, que se derrumbó en un par de contragolpes buscados a sus espaldas, el primer rasgo de la era Deschamps tiene que ver con esa corriente de colocar mediocentros defensivos de potencia y zancada en la segunda línea. Como centrocampista de equilibrio que fue no desentona en esa solución tan física como poco estilizada. Mourinho sigue esa tendencia de forma menos descarada con Khedira de la que lo hizo Deschamps con Diaby, al que hizo jugar por detrás de Benzema. El centrocampista del Arsenal respondió con el gol que abrió el marcador. Un tanto que le dio la razón al nuevo seleccionador francés en cuanto a la explotación de las virtudes de esa extraña pareja de socios. Benzema puso la cintura y el interior del pie para activar el portentoso tranco de Diaby con un pase al hueco.

Deschamps apunta a una Francia poderosa por afuera, fuerte y equilibrada por el medio

El partido fue siempre de Francia, que tuvo gestionar la pelota en campo contrario. Ahí ya no le dio tanto la razón a Deschamps la posición de Diaby. A la carrera puede hace daño, pero en ataque estático, para jugar de espaldas, desahogar o filtrar un pase Francia acusó su previsibilidad. Prescindió Deschamps de un fino estilista entre líneas para buscar equilibrio con Mavuba y Cabaye por detrás de Diaby. Tuvo el control Francia la mayor parte del partido, pero le faltó juego por dentro pese a los intentos de Menez, que dejaba la banda derecha para conectar con… Diaby. Cuando Valbuena entró por Menez se encontró con el mismo problema, un futbolista Ribéry se pasó la noche pegado a la banda izquierda tramando conducciones individualistas. Dio la impresión que Deschamps apunta a una Francia poderosa por afuera, fuerte y equilibrada por el medio, pero más cómoda a la contra que intentando descubrir espacios toque a toque.

Ganó, pero le faltó autoridad futbolística. Se llevó un par de sustos, uno con 0-0 y otro al final cuando Eremenko obligó a intervenir a Lloris en un cabezazo a bocajarro. Solo Benzema aportó distinción, que hizo más honor al dorsal diez que luce que a las tarea goleadora de nueve que se le reclama. Lleva tres goles en 18 partidos, aunque con la pelota en los pies es el mejor jugador de Francia de largo. Otra cosa es que ese fútbol le convenga por lo que le exige. Correr a los desplazamientos largos, caer a las bandas y ejercer de enganche. Le falta talento por detrás, por mucho que Francia iniciara su particular mano a mano con España por obtener la primera plaza que da acceso directo al Mundial de Brasil.

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Sobre la firma

LADISLAO J. MOÑINO
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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