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desde mi sillón
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fin del espectáculo

Si las dos orejas fueron para Contador, también Purito tendría el suficiente apoyo del público como para salir a hombros

Los ciclistas del Movistar, mejor equipo de la Vuelta, en el podio.
Los ciclistas del Movistar, mejor equipo de la Vuelta, en el podio.J. M. Vidal (EFE)

“Hasta el rabo, todo es toro”, dice el refrán castellano. Nada está terminado hasta que no se cruza la última línea de meta, dicen y repiten continuamente las gentes del ciclismo. Y yo, que ya tenía la lección bien aprendida en mis tiempos de ciclista, cometo en la Bola del Mundo un error de principiante al considerar a Purito como ganador final del maillot por puntos y consecuentemente de la combinada.

Y van ayer Valverde y Purito con la lección bien aprendida, y demuestran la certeza del refrán cuando el sexto puesto en el sprint final de Valverde le concede los puntos necesarios para alzarse con la victoria en estas dos clasificaciones que no por secundarias dejan de ser importantes. El rabo, en este caso ese último sprint en ligera cuesta arriba de La Castellana, fue, eso sí, compartido. Por un lado para Valverde por lo ya comentado, y por otro para Degenkolb, que consiguió su quinta victoria de etapa en esta edición de la carrera. Un registro que le hubiese arrancado una sonrisa de incredulidad en el caso de que alguien se lo hubiese predicho hace tres semanas. Y un porcentaje altísimo de efectividad si tenemos en cuenta que las opciones de victoria para un corredor de sus características han sido de seis en esta ocasión. Cinco de seis, registros de figura; veremos qué futuro le espera al alemán, pero la cosa pinta bien.

Y siguiendo con el símil taurino, las dos orejas fueron para Contador, aunque en lo de salir de la plaza “a hombros” —como dicen los toreros— creo que no solo Contador, sino también Purito, tendrían el suficiente apoyo del público como para hacerlo.

Con el sexto puesto en el 'sprint' de ayer, Valverde arrebató a Purito el maillot de puntos y el de la combatividad

El Movistar se puso en cabeza del pelotón con anterioridad al segundo sprint especial —cuarto paso por línea de meta, con puntos en juego— tirando a por un grupo de fugados. Purito y Valverde hablan un momento entre ellos, y el pelotón relaja su ritmo dejando que los fugados mantengan viva la escapada por ese punto. Ellos sabrán lo que hablaron, tampoco tiene mayor importancia. El caso es que ambos se jugaron la partida a una carta en el último sprint, y el resultado fue favorable por partida doble para Valverde. Y como dijo Arrieta, director del Movistar, su equipo se dio el gustazo de autohomenajearse por su victoria en la clasificación por equipos dando una vuelta al circuito comandando el pelotón. Valverde, contento; sus compañeros, también.

Purito dice sentirse “un poco decepcionado” por esta pérdida en la etapa final, pero reconoce que esta pequeña decepción no es suficiente para empañar la valoración global que es de satisfacción: “Ha sido una gran Vuelta para mí”. Así ha sido, Purito, todos lo hemos visto, y no me cansaré de darte las gracias por el espectáculo.

Y Contador, ganador moral desde Fuente Dé por mucho que el trámite de la Bola del Mundo supusiese una inquietud, se convirtió ayer en el brillante ganador final. Enhorabuena Alberto, y gracias por tu afán de lucha desde el primer hasta el último día; desde aquellos nerviosos y violentos ataques en Arrate hasta tu intento de defensa al último y desesperado ataque de Purito en la Bola del Mundo, pasando, cómo no, por esa intensa jornada de ciclismo puro vivida en Fuente Dé. Enhorabuena por haber ganado una de las Vueltas más espectaculares de los últimos años, por no decir la que más. Y eso que aún está reciente aquel duelo entre Cobo y Froome en Peña Cabarga, que no tuvo nada que envidiar en intensidad a los duelos Purito-Contador vividos este año.

Pero este año ese espectáculo se ha multiplicado. Diferentes escenarios con los mismos protagonistas. Un tal Purito y un tal Contador, que han dividido a la afición en cuanto a favoritismos, pero que la han unido en lo más importante —que es en el fondo de lo que se trata—, que es disfrutar del espectáculo que es este deporte del ciclismo.

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