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Rudy corona al Madrid al galope

La rapidez y capacidad ofensiva del alero mallorquín y su equipo desbordan al Barcelona (84-95)

Robert Álvarez
Los jugadores del Madrid celebran el título
Los jugadores del Madrid celebran el títuloJavier Cebollada (EFE)

Cuatro años y pico después del inicio de su travesía por la NBA y justamente uno después de su breve primera etapa en el Real Madrid, Rudy Fernández volvió a ganar un título, a sentirse líder de un equipo, un jugador franquicia, decisivo. Y el Real Madrid, 11 años después, ha vuelto a alzar una Supercopa, a conquistar su segundo título en un último lustro en que se le han atravesado casi todos los clásicos. Necesitaba un líder en la cancha y también una victoria clara, contundente, valiosa, aunque fuera en este torneo preotoñal, el de menor lustre, pero que le reconfortase tras su último revolcón ante el Barcelona en el convulso playoff final de la pasada Liga. 

Ganó el Madrid y ganó con todas las de la ley. Al Barça le faltó Navarro, el que se antoja seguro antagonista de Rudy esta temporada, y también la pólvora que puede aportarle el regreso de Jasikevicius. Sin ellos, el equipo de Xavi Pascual mostró bazas interesantes, como la del coloso pívot australiano Nathan Jawai, por su corpachón, velocidad y buen hacer, predestinado a contar pronto con más de un club de fans. También agradeció el equipo el paso adelante de su compatriota Ingles, mucho más efectivo y constante que la pasada temporada, y lo que da la impresión de ser una apreciable progresión de Rabaseda, muy desapercibido en su primer año de azulgrana. Pero el Barcelona sufrió para echarle el lazo al Madrid, que salió en tromba, con un juego electrizante, con ataques de siete, diez segundos, aprovechando las aceleraciones de Llull, la agresividad ofensiva de Rudy, Mirotic, Carroll... Consiguió atenuar el chaparrón el Barcelona tras una inusitada remontada al final del primer tiempo. Llamó al orden Xavi Pascual en un tiempo muerto y cerró la espita en defensa.

Barcelona, 84 - Real Madrid, 95

Parciales: 23-30; 20-14; 13-21; 28-30

Barcelona Regal: Marcelinho Huertas (3), Ingles (16), Mickeal (5), Lorbek (14), Tomic (7) —equipo inicial—; Sada (5), Abrines (0), Wallace (3), Rabaseda (11) y Jawai (20).

Real Madrid: Llull (14), Rudy Fernández (22), Suárez (5), Mirotic (11), Slaughter (5) —equipo inicial—; Pocius (2), Reyes (9), Sergio Rodríguez (8), Begic (2) y Carroll (17).

Árbitros: Pérez Pizarro, Conde y García González.

Pabellón Príncipe Felipe. Unos 13.000 espectadores. Rudy Fernández fue elegido MVP de la final.

El Madrid pecó de lo que tienden a pecar los equipos que practican su estilo fulgurante estilo: de la misma manera que se embalan (29-40 y seis triples en sus ocho primeros intentos), se pueden encasquillar, cortocircuitados si el rival logra frenar su velocidad. Y eso es lo que consiguió la defensa del Barcelona, que logró un parcial de 14-4 y alcanzó el descanso con un 43-44, muy reconfortante después de haberse visto a un paso del abismo.

La mayor virtud del Madrid es que volvió a embestir con otra tromba de juego, pero más rico en matices, más difícil de frenar por el Barcelona. Felipe Reyes, Begic le dotaron de más consistencia bajo los tableros, un aspecto en el que su nuevo fichaje Slaughter no logró contribuir, en parte porque se cargó muy pronto con faltas. Al Barcelona no se le puede derribar solo a base de velocidad y triples. El Madrid abrió brecha cuando empezó a hacer mella en Tomic, también perjudicado por la rápida acumulación de faltas y el tremendo golpe en una mandíbula que se llevó en la defensa de su canasta. Entre una cosa y otra el pívot apenas pudo estar en la cancha algo más de 13 minutos. Algo similar le sucedió a Mickeal, que estuvo más fuera que dentro del partido.

Tampoco los bases del Barça estuvieron a la altura que requerían las circunstancias. Llull y Sergio Rodríguez les ganaron la partida a Marcelinho y Sada. Lorbek tampoco logró marcar la pauta en su emparejamiento con Mirotic. Al Barcelona no le alcanzó con Ingles, Jawai y Rabaseda, tres jugadores que no están llamados a llevar el peso del equipo.

El Madrid volvió a imponer el galope tendido en el juego con el que tan a gusto se siente. Y Rudy Fernández destrozó a la defensa del Barcelona con la inestimable ayuda de un Carroll demoledor: 17 puntos en otros tantos minutos. Una vez que el Madrid alcanzó los 19 puntos de ventaja (62-81), ya no encontró antídoto Xavi Pascual. El entretenido y vibrante encuentro quedó visto para sentencia. Rudy y su equipo se llevaron el primer título de la temporada, a pesar de que una de sus incorporaciones, el base estadounidense Dontaye Draper, no jugó, y de que Pablo Laso reclama todavía el fichaje de un pívot. Pero el Madrid, de entrada, marca la pauta.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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