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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El mejor coche o el más fiable

La diferencia entre Red Bull y Ferrari no es tanta: depende de la configuración del coche para cada circuito

Fernando Alonso junto a Sebastian Vettel en el podio de Buddh.
Fernando Alonso junto a Sebastian Vettel en el podio de Buddh.F. ROBICHON (EFE)

Que Red Bull es el mejor coche de la parrilla en estos momentos es algo incuestionable. Pero no está tan lejos de Ferrari. Las cinco décimas que Vettel le sacó a Fernando Alonso en la clasificación no quedaron reflejadas en el resultado final de la carrera. Ni mucho menos. Nueve segundos de diferencia entre el primer y el segundo clasificado no es una distancia insalvable. Y menos aún si tenemos en cuenta que el Ferrari de Alonso consiguió incluso superar al segundo Red Bull y minimizar los daños en una carrera en la que el dominio de los monoplazas azules parecía absoluto.

Entonces, si la distancia entre los dos coches no es tanta, lo que está marcando estas últimas carreras es básicamente el acierto o no en la configuración del coche para cada circuito. Red Bull apostó en Nueva Delhi por mantener buena parte de la fuerza aerodinámica que le ofrece su diseño sacrificando velocidad punta, sabiendo que ganarían su tiempo en los dos últimos sectores del trazado. Ferrari, en cambio, optó por sacar ala y ganar velocidad punta para aprovechar a fondo la potencia y la fiabilidad de su KERS y la ventaja que les da el DRS cuando pueden utilizarlo. Este planteamiento obliga al piloto a gestionar muy bien la carrera buscando perder el mínimo de tiempo en las curvas y mantenerse dentro de la distancia menor a un segundo de su antecesor, para después poder ofrecer el máximo rendimiento en las rectas.

Si Ferrari acierta en los reglajes, Alonso puede competir con ellos como lo ha hecho en India

Ferrari no es el mejor coche. Pero no es ni de lejos el peor de los grandes. Ha ganado tres carreras y siempre ha estado en la lucha por el podio, compitiendo con McLaren, Red Bull y Lotus en la parte más alta de la parrilla. Red Bull tiene un coche más completo que el del asturiano. Pero, a cambio, Ferrari posee una fiabilidad a prueba de bomba que, al final, puede convertirse en un elemento decisivo para el desenlace del campeonato. Vettel ha sufrido en varias carreras por motivos mecánicos. Alonso, no. Y en India, Mark Webber perdió el KERS y eso permitió al asturiano acercarse al australiano en las rectas y pasarle como una exhalación en cuanto pudo levantar el alerón trasero. Sin el KERS, Webber no tenía defensa.

Alonso es un gran piloto y hay que seguir contando con él hasta el último aliento. Nunca se rinde, no tira la toalla, sabe tratar los neumáticos, entiende el coche mejor que nadie en la pista, conoce sus posibilidades y sabe los puntos exactos en los que debe ganar tiempo para dar la mejor vuelta. Y después, en el taller, no creo que haga aportaciones técnicas pero sí que les explica a los ingenieros con precisión en qué debe mejorar el coche. Y esa es una aportación importante. Sin embargo, no hay que minimizar a Vettel. También él es un buen piloto, que sabe aprovechar sus oportunidades. Tal vez le falta demostrar hasta qué punto sabría soportar la presión si la tuviera, o que también él es capaz de ganar carreras saliendo desde la mitad del pelotón. Pero su calidad no admite dudas. Porque ahora mismo está superando al mejor Alonso de su carrera en la F-1.

Faltan tres carreras para la conclusión del campeonato y hay que seguir creyendo en Alonso. Nada le favorece, porque al menos dos de los tres circuitos conceden ventaja a los Red Bull. Pero si Ferrari acierta en los reglajes, Alonso puede competir con ellos como lo ha hecho en India. Y cuenta con la fiabilidad de su coche, un elemento que hay que seguir teniendo en cuenta hasta el final.

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