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TENIS

Vía libre para Ferrer

El alicantino abruma 6-2 y 7-5 en París a Tsonga, llega a semifinales y sueña con su primer masters 1000 tras las eliminaciones de Djokovic, Murray y Del Potro y las bajas de Nadal y Federer

J. J. MATEO
Ferrer celebra la victoria
Ferrer celebra la victoriaRemy de la Mauviniere (AP)

Fue un ejercicio de autoafirmación. Un aviso a navegantes. Por primera vez, David Ferrer se sintió como el jefe de la manada: el alicantino abrumó 6-2 y 7-5 al francés Jo Wilfried Tsonga, el número seis mundial, que no se llevó un mísero punto de break a la boca durante su enfrentamiento en cuartos del masters 1000 de París. Eliminados Novak Djokovic, Andy Murray y Juan Martín del Potro, ausentes desde el primer día Roger Federer y Rafael Nadal, Ferrer es el tenista de mejor ránking en el cuadro (número cinco). Su partido tuvo mensaje: solo mira al título, solo piensa en asaltar a los 30 años el primer masters 1000 de su carrera. El sábado, en semifinales, le espera Michael Llodra vencedor (7-6 y 6-3) de Sam Querrey. Tampoco hay nombres de resonancias épicas al otro lado del cuadro: Simon-Janowicz es la otra semifinal.

“En ningún momento coges el ritmo contra un jugador así”, dijo Ferrer de su duelo contra Tsonga, al que martirizó desde el resto hasta ver cómo el francés se diluía de revés en revés fallado. “No es fácil para mi”, continuó el número cinco en los micrófonos de Teledeporte sobre las acometidas del número seis, alérgico al ritmo y tendente a vivir en un continuo asalto a la red. “He sabido mantener la concentración en momentos importantes. Lo he podido sacar bien en momentos clave, estando ahí, tras un muy buen primer set y un segundo en el que no he sacado tan bien”, añadió. “Cualquiera de los dos [rivales en semifinales] son muy buenos sacadores. Tendré que estar muy atento”.

Ferrer ganó el domingo el torneo de Valencia. El título no fue para él una cosa cualquiera: levantó el trofeo en una cita bajo techo y sobre cemento, cosa rara en el tenis español, como demuestra que solo un tenista de La Armada haya ganado más títulos en esas circunstancias que él (Àlex Corretja tiene tres por sus dos trofeos) y que ningún otro haya celebrado más de uno. Con ese impulso, el español asalta París. Es el tramo final de una temporada extenuante. Todos los tenistas andan agotados, se suceden las derrotas sorprendentes, están los pulmones vacíos y las piernas ya están destrozadas. A Ferrer, sin embargo, le queda esta cita, la Copa de Maestros (5 al 12 de noviembre) y la final de la Copa Davis (16-18 de Noviembre, República Checa-España). Sus carrillos se hinchan como velas de soplido en soplido. Sus piernas se mueven como si no se apoyaran sobre pies, sino sobre ruedas. Es su momento, es su hora, es su fin de semana: ganar su primer masters 1000, ahora o probablemente nunca (los cuatro mejores se han repartido todos los títulos de la categoría desde 2010).

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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