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El Deportivo sobrevive a Caparrós

Gracias a una genialidad de Bruno Gama, los de Oltra logran ante el Mallorca un triunfo que se les resistía desde la primera jornada

Martí y Juan Domínguez disputan el balón.
Martí y Juan Domínguez disputan el balón.Cabalar (EFE)

El fútbol también trae urgencias en noviembre. Deportivo y Mallorca ya las sienten y las expusieron en Riazor en un partido sin concesiones, jugado por momento bajo una capa de agua que convirtió el césped en un escenario resbaladizo. Y hacer pie a estas alturas ya empieza a resultar complicado. El Mallorca se trastabilla con cinco derrotas consecutivas y la perspectiva inmediata de tener que recibir al Barcelona, para el Deportivo, fue la victoria y ya solo eso constituye noticia para un equipo que no ganaba desde la primera jornada.

Hubo una novedad más: el equipo de Oltra no encajó gol, hito que no conseguía desde el estreno liguero a mediados de agosto. El técnico insiste en que el juego es “alegre y vistoso”, pero llegadas ciertas situaciones, fruslerías las justas. Y el Mallorca no las permite, equipo con el sello de Joaquín Caparrós, capaz de explotar al máximo sus limitados recursos, atento de inicio al repliegue, con la zaga bien cerca de su portería, siempre con ayudas, fiado en ataque a su fortaleza en las acciones de estrategia, trabajadísimas. Lo repite el técnico de Utrera como si fuera un karma: “En aquello que es entrenable nadie puede ganarnos”. Y ahí pocos como el Mallorca.

Pero el fútbol es algo más que adiestramiento. Por eso lo juegan futbolistas. El Mallorca anda muy justito de talento, al Deportivo de vez en cuando se le desparrama alguno. El de Valerón, que firmó otro magnífico partido mejorando cada balón que le llegó, parece inagotable. El de Bruno Gama cae a cuentagotas. Como últimamente lo racionaba más de lo debido, algunos estómagos acostumbrados a la comida rápida especularon con la conveniencia de un paseo por el banquillo. Futbolista con recursos, Gama necesita participar en el juego, tocar la pelota y no esperarla. Ahí crece y justo eso es lo que hizo en la primera parte, cayó desde la banda hacia terrenos más centrados y de su sociedad con Valerón o Pizzi se esbozó algo diferente a la molicie a la que el Mallorca quiso llevar el partido. El gol, un zigzag y excelente golpeo, retrató a Bruno Gama y llevó el partido hacia la otra dirección. Ahí se evidenciaron los problemas del equipo de Caparrós para hacer algo diferente. Empujó, se desnudó incluso cuando adelantó a los laterales para poblar los terrenos del Deportivo, que pudo sentenciar en una vaselina de Bruno Gama tras una contra o en un libre directo de Pizzi al larguero. Buscó la lucidez y la sutilidad el Mallorca en Giovani, pero para entonces el Deportivo, por una vez, se había agrupado bien para salvar su ventaja, los tres puntos, un tesoro que le saca de los puestos de descenso.

DEPORTIVO, 1 – MALLORCA, 0

Deportivo: Aranzubia; Laure, Marchena, Zé Castro, Ayoze; Álex Bergantiños, Juan Domínguez; Bruno Gama (Camuñas, m. 73), Valerón, Pizzi; y Riki (Nelson Oliveira, m. 66) (Bodipo, m. 81). No utilizados: Lux:; Aythami, Evaldo y André Santos.

Mallorca: Aouate; Nsué, Anderson, Geromel, Bigas; Martí (Fontás, m. 63), Pina; Pereira (Marc, m. 57), Víctor Casadesús, Arizmendi (Giovani, m. 57); y Tomer. No utilizados: Miño; Pablo, Kevin y Alfaro.

Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Pizzi, Arizmendi y Geromel.

Goles: 1-0. M. 30. Bruno Gama.

Incidencias: Riazor. 28.000 espectadores

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